¿Le o les?

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Mientras pensaba la columna de esta edición, trataba de buscar elementos interesantes para no convertirme en la “maestra Siruela” de la revista. Y ya que menciono esta expresión, sería bueno entender esta “s”, ¿no?

Vamos a comenzar nuestro recorrido por Siruela, un municipio de la provincia más extensa de España, Badajoz. Cruzamos “el charco”, porque allí nació la frase que dio origen al popular docente: “Maestro de Siruela que no sabía leer y puso escuela”.

Los movimientos de la lengua economizaron el dicho y hoy empleamos “maestro Siruela” para definir a quien da lecciones a todos u opina sobre asuntos que conoce poco y mal.

No existe documentación que dé cuenta de este señor español; tampoco hay un relato de ficción que funcione como puntapié para la creación del personaje. Todo parece indicar que simplemente fue la rima la que condenó a los maestros de Siruela.

Ahora sí, vamos al tema que quería presentarles.

Les quiero hablar de un error que no suele ser detectado fácilmente, pero que es bueno corregir para hacer un uso prolijo de nuestra lengua: el uso del pronombre “le” y de su plural “les”.

Hay una tendencia a hacer coordinar el pronombre personal “le” con el sujeto de la oración, y ahí está la clave del error.

El pronombre “le” o “les” por sí mismo no tiene significado, su característica es que refuerza o reemplaza el complemento indirecto, por este motivo debe coordinar en número con el núcleo de este complemento.

Ah, sí… clarísimo… ¿Qué es el complemento indirecto?

El complemento indirecto es el que indica la persona o el animal que es destinatario o beneficiario de la acción nombrada por el verbo. Siempre aparece encabezado por la preposición “a”. Entonces en los ejemplos “Avisó a su tía” y “Dio un abrazo al gato”, descubrimos que “a su tía” y “al gato” son los complementos indirectos, porque son los destinatarios de la acción del verbo.

“Hay una tendencia a hacer coordinar el pronombre personal ‘le’ con el sujeto de la oración, y ahí está la clave del error”.

Revisemos algunos ejemplos más para entender de manera más acabada la teoría del empleo de la preposición “le” y “les”.

Josefina le dio caramelos a sus sobrinos. (Forma incorrecta).

“Josefina”: sujeto de la acción.

“dio”: verbo.

“caramelos”: complemento directo (su función es precisar lo que expresa el verbo).

“a sus sobrinos”: complemento indirecto, plural.

La oración correcta es “Josefina les dio caramelos a sus sobrinos”. El pronombre correcto es “les” (su forma en plural se corresponde con “sobrinos”, núcleo del complemento indirecto en plural).

Los concejales les pidieron una opinión al intendente. (Forma incorrecta)

“Los concejales”: sujeto de la acción.

“pidieron”: verbo.

“una opinión”: complemento directo.

“al intendente”: complemento indirecto, singular.

La oración correcta es: “Los concejales le pidieron una opinión al intendente”.

En resumen, y sin ánimos de convertirme por completo en una maestra Siruela, es bueno recordar que, a la hora de revisar los pronombres personales “le” o “les”, siempre hay que fijarse en el núcleo del complemento indirecto (lo que sigue a la preposición “a”) y nunca en el sujeto de la oración. 

Ilustración: Pini Arpino.