Educar con perspectiva de género

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El reclamo por el respeto de los derechos de la mujer impulsó la creación de diferentes iniciativas para abordar, desde las escuelas, los temas relacionados con el trato igualitario.

La demanda social de mayor equidad entre varones y mujeres ha ido en aumento en los últimos años, razón por la cual el Estado nacional responde con diferentes propuestas. De hecho, una de las prioridades del Ministerio de Educación es que la sociedad visualice a las escuelas como “escenarios de protección de derechos de mujeres, niñas y adolescentes”. Para lograrlo, se creó un marco normativo que promueve la incorporación de contenidos relacionados con el género a lo largo de la escolaridad, se desarrollan jornadas de concientización sobre equidad y se fomenta una mayor participación de las alumnas en la educación tecnológica, desde varias áreas. Sin embargo, aún falta mucho por hacer para que, efectivamente, la perspectiva de género forme parte del diálogo cotidiano en las escuelas y empiece a modificar construcciones culturales que todavía impiden el trato igualitario, tanto en las aulas como fuera de ellas.

“Predomina aún una mirada adultocéntrica, una idea de infancia muy antigua”.

Clarisa Chiachiarelli

A través de la Ley 26.150, de 2006, se busca, entre otros propósitos, garantizar la equidad de género. El año pasado, el Consejo Federal de Educación aprobó una resolución en la que detalla los núcleos prioritarios de aprendizaje que deben desarrollarse en las escuelas. Allí se incluyen el respeto por los derechos, la igualdad de oportunidades y la aceptación de la diversidad, el conocimiento y el cuidado del propio cuerpo, y el análisis del papel que mujeres y varones desempeñaron en la historia. El horizonte por alcanzar es “la valoración de las personas independientemente de su apariencia, identidad y orientación sexual”.
El Ministerio de Educación considera que esos contenidos deben abordarse de manera transversal, mediante proyectos institucionales o de grado/año, encuentros de reflexión u otras estrategias.

PROPUESTA A LAS ESCUELAS
En concreto, las autoridades proponen que en el jardín de infantes se eviten los estereotipos de género en situaciones de juego y de trabajo, se genere un clima de confianza y libertad para expresar ideas y opiniones, y también se valore el respeto por la intimidad de las personas. Pero, además, debe haber reflexión sobre distintas formas de organización familiar y modos de vida diferentes de los propios, así como el reconocimiento y la valoración de los trabajos de varones y mujeres en diversos ámbitos.
En el nivel primario, se deben analizar los estereotipos corporales, los prejuicios y las actitudes discriminatorias y la vulneración de derechos. También hay que hacer prevención del grooming (engaño de un adulto hacia un niño/joven, a través de Internet, con oscuras intenciones) y evaluar entre todos “nuevas formas de la masculinidad y la femineidad”.
A su vez, en el nivel secundario los contenidos relacionados con el género abarcan los cambios en el cuerpo durante la adolescencia y la juventud, los modelos de belleza típicos de la publicidad, el acceso a los servicios de salud sexual, el cuidado mutuo en las relaciones afectivas y su contracara, las situaciones de violencia.

“Urge que los conceptos salgan de los manuales y formen parte de prácticas educativas más justas”.

Clarisa Chiachiarelli

Sin embargo, falta mucho por hacer para que estos temas alimenten el debate y empiecen a modificar conductas instaladas en detrimento de la equidad entre varones y mujeres. Eso observa Clarisa Chiachiarelli, psicóloga especializada en temáticas de género y profesora en el Instituto Superior de Formación Docente 142, de San Andrés de Giles (provincia de Buenos Aires), quien señala: “Hay un trabajo desde el Ministerio de Educación para que las prácticas sean más inclusivas, hay instancias de formación, de convocatoria federal. Pero desde la enseñanza terciaria noto que hay un largo camino por recorrer. A su vez, no todos los docentes están en las mismas condiciones para aplicar el programa de la Educación Sexual Integral con la libertad que quisieran. Predomina aún una mirada adultocéntrica, una idea de infancia muy antigua. Y no informar es una forma de vulnerar derechos”.
La especialista indica que, en las aulas, el reconocimiento del valor de un trato igualitario no emerge entre niños, sino entre adolescentes que “empiezan a notar que sus compañeros dicen cosas que a ellas les parecen machistas. Sin embargo, hay otras que no están atravesadas por la problemática de género y consideran que es parte de una moda”. En su opinión, esto refleja la falta de información:
“Los chicos terminan repitiendo algunos mitos que transmiten los adultos, pues no reciben
información para analizar la temática con la complejidad que merece. Urge que los conceptos salgan de los manuales y formen parte de prácticas educativas más justas”, afirma.

FORMACIÓN TECNOLÓGICA
Otra estrategia para promover la equidad entre mujeres y varones es el programa Mujeres
Programadoras, desarrollado en el marco del plan de alfabetización digital Aprender Conectados. A través de esta iniciativa se busca disminuir la brecha que existe entre los géneros en la formación tecnológica.
El objetivo es impulsar la participación efectiva y el empoderamiento de niñas, jóvenes y mujeres en actividades relacionadas con la educación digital y la programación.
“Sabemos que las actividades vinculadas con la programación, que suponen dominar el lenguaje de construcción de los sistemas digitales, han sido tradicionalmente dominadas por los varones. Para lograr la paridad de género en este campo hay que trabajar desde la educación obligatoria, es decir que las mujeres también cuenten con la oportunidad de tener contacto con el lenguaje de la programación, y así puedan entusiasmarse en carreras con futuros más promisorios”, explica Florencia Ripani, directora nacional de Innovación Educativa.
Una de las iniciativas es la Maratón Nacional de Programación y Robótica, que se organiza desde 2018.
Este año hay dos desafíos para los estudiantes de primaria y secundaria: el desarrollo de videojuegos educativos sobre alfabetización digital y la elaboración de proyectos asociados a energías renovables.
Habrá distinciones especiales para los equipos integrados solo por mujeres que tengan mejor puntaje.
“Así fomentamos que el liderazgo sea ejercido por mujeres. Pues en los equipos mixtos son los varones los que tienden a liderar, debido a la tendencia a pensar que ellos tienen mayor habilidad para eso”, agrega la funcionaria.
La maratón se organiza a través de una plataforma que cuenta con tutoriales y material de formación para preparar a docentes y alumnos, y una final presencial. Acaba de cerrar la inscripción y hay unos 12.000 participantes. Ya el año pasado lograron que hubiera paridad de género entre los ganadores.

ACCESO A LAS ESCUELAS TÉCNICAS
Por otra parte, Ana Rappoport, coordinadora de la Comisión de Equidad de Género, que depende del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), cuenta que desarrollaron por segundo año un seminario dirigido a profesores y equipos directivos para “analizar los estereotipos y las barreras que desalientan el acceso de las mujeres a la escuela técnica [en el nivel secundario, representan solo un 32 por ciento de la matrícula], y visibilizar proyectos institucionales que logran revertir esa situación, fortaleciendo la permanencia y animando a seguir carreras universitarias afines”.
Las adecuaciones curriculares para incorporar contenidos relacionados con el género, la distribución de material orientativo en los establecimientos educativos y la formación de los futuros docentes en relación con esta problemática son estrategias del Estado para hacer frente a una realidad social que reclama desde respeto hasta igualdad de oportunidades para varones y mujeres. Según cuenta Chiachiarelli, se trata de un camino que, en muchos lugares, los mismos jóvenes reclaman que se siga abriendo.