Guillermo Pfenning: “Aprendo un montón en los rodajes”

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El actor argentino protagoniza la serie de HBO Foodie Love y se prepara para filmar su próxima película con Cecilia Roth como protagonista. 

Fotos Gentileza HBO

Guillermo Pfenning es uno de esos actores que destacan en la pantalla, con una gran capacidad para construir personajes llenos de matices, que se sienten cercanos, como si los hubiéramos cruzado en la vida. Reservado, pero de opiniones claras y decisiones fuertes, como cuando su vida personal estuvo un rato en todas las revistas porque había decidido tener un hijo con una amiga y romper los límites de la familia tradicional y preconcebida. En Foodie Love –primera serie producida por HBO en España y dirigida por Isabel Coixet– su personaje conoce al de Laia Costa en una aplicación de citas que tiene a la gastronomía como lugar común. El amor nacerá entre encuentros y desencuentros, pero ¿podrá sobrevivir a los tiempos que corren? Habrá que ver los ocho capítulos que están disponibles en la plataforma del canal. Mientras tanto trabaja en Alice, su próxima película, donde dirigirá a Cecilia Roth en un papel basado en su madre, una médica dermatóloga adicta a las cirugías estéticas. Como en Caito, su film anterior, Pfenning vuelve a bucear en su propia vida para contar, esta vez, la historia de su mamá, que se suicidó en 2008. Mientras escribe, produce y se prepara para filmar cuando el mundo lo permita, y disfruta de su casa junto a su hija y su pareja.

  • ¿Cómo te adaptaste a esta nueva normalidad?

Me acostumbré, al principio nos parecía un delirio no poder salir a escuchar música, ir a un bar, al teatro, y ahora el delirio me parece salir. Cuando abrió todo, no salí corriendo, fui a tomar un café, tranqui, el miedo está un poco todavía. 

  • ¿Sos un foodie como tu personaje en la serie?


Me gusta mucho cocinar, recibir en casa, ir a comer afuera, hacer asados; y cuando viajo, soy más del foodie callejero, pero no sé si tanto como mi personaje. 

  • ¿Desde qué lugar lo construiste?

Foodie Lover está planteada como una historia de desencuentros, y desde ahí me identifico mucho. Desde el capítulo uno, cuando se conocen, la comida termina siendo una excusa para contar ese encuentro. Es una trama de relaciones personales, y me gusta mucho esa manera intimista de encarar una actuación, son personajes que empiezan a perder las máscaras de a poco, que se encuentran y desencuentran todo el tiempo, se besan y se alejan, hacen el amor y vuelven a desencontrarse, se separan y vuelven, es toda una mezcla, ahí es donde me identifico con el personaje. 

  • ¿Cómo llegaste al proyecto?


Isabel me dijo que escribió el personaje pensando en mí, ella era la coproductora de Nadie nos mira, una película de Julia Solomonof donde trabajé, aunque cuando lo leí pensé que no se parecía a mí en nada. Es introvertido, matemático, muy esquemático y estructurado, es más miedoso que yo, pero me concentré en descubrir cómo conectaba con Laia. En el primer capítulo esa conexión está muy concentrada, es muy intimista, pero va floreciendo, y la serie es así, como una mesa servida llena de manjares, música, edición, colores. Explota con el correr de los capítulos y te dan ganas de comer, de hacer el amor, de bailar…

  • ¿Cómo es Isabel Coixet como directora?

Isabel es una mujer que a uno le gustaría tener siempre cerca, una celebradora de la vida, te invita, te cocina, te pone música porque es DJ, y terminás bailando en el living de su casa. Es una persona supercariñosa, y como directora es muy libre, arriesgada, aprendí muchísimo con ella.

  • ¿Sentís que te parecés como director? 

Yo aprendo un montón en los rodajes, soy un actor que dirigió una película, no me considero un director. Ver a Isabel trabajar es un aprendizaje, estás todo el tiempo tomando nota. El rodaje es algo que está abierto, vos en tu casa podés haber planificado todo, pero cuando te encontrás en el set, ese momento es algo vivo. Isabel tiene eso, sentir el guion en el rodaje, vas conectando con el material a medida que vas rodando, la película o la serie te hablan, te piden también.

«CREO QUE EL CINE ARGENTINO CUENTA CON UNA MARCA MUY PERSONAL EN EL MUNDO».

  • Este es un momento de muchísimo consumo cultural y, al mismo tiempo, muy duro para toda la comunidad del cine, el teatro y la televisión. ¿En qué te parece que va a desembocar todo esto? 

Soy optimista, creo que cuando todo pase, va a haber mucho trabajo, las plataformas han ganado mucho dinero y están ávidas de contenido, todos tuvimos que hacer un curso acelerado de on demand. Hasta gente que tenía una relación más alejada con la tecnología y que estaba acostumbrada a esperar el horario de la novela en la tele, ahora sabe cómo entrar y buscar lo que quiere, se democratizó el consumo y se abren el juego y las temáticas, se arriesga un poco más.

  • ¿Hay una mirada argentina en el cine o la televisión, cuál sería nuestro aporte?

Afuera se nos considera muy resilientes, adaptables, y creo que el cine argentino cuenta con una marca muy personal en el mundo, además de muy buenos técnicos, actores, directores. Los argentinos tenemos una historia de lucha de todo tipo, social, de género, luchas intensas, y creo que de todo eso al final terminan saliendo buenas historias, como fue después del 2001. 

  • ¿Qué cosas incorporaste a tu rutina que llegaron para quedarse?

¡Quedarme en casa! Siempre estaba con la sensación de que había que tener un programa, salir, y ahora es un plan quedarme en casa, con mi hija, solo o con mi pareja. 

  • ¿Sentís que aprovechaste el tiempo? 

¡Sí, ahora soy mejor cocinero y mejor amo de casa! Me quedó pendiente haber aprovechado el tiempo para estudiar un poco más de inglés o algún instrumento, pero aún estoy a tiempo. Avancé mucho con el guion de Alice, con la financiación de la película, y ganamos el Festival de Málaga, que nos dio el espaldarazo para conseguir una coproducción con México. Ahora queda esperar y seguir trabajando en lo que se viene.