Sabrina Critzmann: “La crianza es una aventura”

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En el consultorio y en las redes sociales comparte información sobre crianza respetuosa. La “gurú” de las madres y los padres de hoy acaba de lanzar un nuevo libro centrado en la alimentación. 

Nadie sabe mucho de crianza”, dice Sabrina Critzmann acercándose a la cámara con los ojos muy abiertos, como confesando una infidencia. Enseguida su risa atraviesa la pantalla y, con profunda calidez, asegura que no hay respuestas para todo mientras los chicos crecen. Ni siquiera las tienen quienes, como ella, estudian el tema. “La crianza es una aventura y es diferente para cada familia. Se dan infinidad de situaciones en el día a día. Hay que animarse, no hay manuales”, completa la idea la médica pediatra y puericultora que, además de miles de seguidores en redes sociales, editó dos libros con información para acompañar a las infancias desde una mirada respetuosa. 

Vive en Ciudad Evita, en la provincia de Buenos Aires, donde nació hace 34 años, porque prefiere un lugar más tranquilo, con plazas y familias en la calle. Confiesa que disfruta de tener la agenda completa, que siempre fue así, y se acuerda de que en la época de estudiante hacía de todo, desde voluntariados hasta cantar en el coro de la facultad. Hoy sus días comienzan temprano para llevar a su hijo al jardín, se divierten en el camino conversando y vuelve orgullosa de las viandas que le prepara. Lo último que sumó a sus actividades es tocar el ukelele solo por el placer de aprender. Es docente, atiende en un consultorio de Ramos Mejía y está al frente de Jacarandá, un centro de atención integral a las infancias y sus familias. 

Lo de ser influencer llegó sin querer, ni siquiera fue por Instagram. Empezó a replantearse la formación y el ejercicio de la medicina tradicional luego del nacimiento de su primer hijo. Los días en la sala de neonatología con Juani la ubicaron del otro lado, en el de “mapadres” durante la internación. Además, buscó leer sobre lactancia hasta que Juani falleció a los siete meses. Se emociona y sus ojos se ponen redondos como sus aros de perlas, porque cuenta que él tomó la decisión y ella le está agradecida porque pudieron donar sus órganos. En 2018 se enteró de que estaba embarazada de su segundo hijo, Lisandro. Al mismo tiempo, comenzaba un posgrado, pero cambió otra residencia hospitalaria por descansar y profundizar en puericultura. “Como necesitaba mantenerme fresca en lo académico, empecé a publicar en Facebook lo que estudiaba, sobre todo información que me hubiera gustado tener a mí. Las dudas que yo había tenido eran las de muchas personas”, cuenta. 

  • ¿Tu comunidad se armó porque falta información sobre crianza?

La información dentro del ámbito de formación profesional es muy escasa, y en el día a día hay mucha pero confusa y desactualizada, en relación a lo que nos exigen de las crianzas. Por ejemplo, volver rápido al trabajo remunerado fuera del hogar o que un bebé se quede quieto. Los bebés siguen siendo bebés, pero el sistema productivo trata de acomodarlos a su ritmo y no es así. Es repensar a las infancias como personas y sujetos de derechos. 

  • ¿Qué implica una crianza respetuosa? 

Se confunde la crianza respetuosa con decir “sí” a todo, lo cual no es bueno para la salud de nadie. Y por otro, con una lista de cosas por cumplir, como portear [llevar al bebé en un dispositivo ergonómico], los pies descalzos, el movimiento libre, y eso es otra cosa, son decisiones de cada familia de acuerdo con la información que tiene y sus posibilidades. La crianza respetuosa es comprender que es una persona a la que hay que respetar y acompañar en ese proceso. También replantearse las formas de crianzas y construir nuevas maneras de relacionarnos con todas las personas. 

  • ¿Por qué nos cuesta mirar al niño como persona a respetar?

Aun existiendo la Convención de los Derechos del Niño, nos cuesta respetar sus puntos, tanto a nivel político-estatal como individual. Es importante aclarar que no hay crianza sin apego. Los adultos somos como superhéroes para ellos, nos observan y copian, porque les parece fabuloso y la única manera que hay para hacer las cosas. Como nos creen todo, si le digo “Sos un inútil”, construye una imagen psíquica alrededor de eso. La gran parte de las familias buscan lo mejor para los chicos y, a veces, confían en que la forma en que han sido criadas es la correcta. Por eso, algunos piensan que les pegan por su bien o están quienes dicen “Me pegaron y no me pasó nada”, pero sí te pasó, porque considerás que pegarle a una persona es una manera de educarla. Sin embargo, si te ponés a pensar cómo te sentías cuando te pegaban, seguro recuerdes tu miedo, tu angustia y la sensación de que la persona a quien amás te puede hacer daño. Estamos repitiendo la misma historia y haciéndoles sentir lo mismo a esos niños. No es una crítica, tal vez no sabías, pero la crianza respetuosa no es algo nuevo, porque hay muchas familias que hace mucho tiempo vienen haciéndolo y pensando que pegar no soluciona nada. 

  • ¿Si no fuéramos violentos entre adultos, no lo seríamos con los niños?

Si yo trato de no ser violento con mi hijo, pero después en el mercado me pongo adelante de una señora en la fila o voy manejando y puteo, ¿qué sentido tiene? Es más que crianza respetuosa, es un modelo de respeto social, porque es algo que se enseña con el ejemplo. Es un trabajo que excede la crianza en casa, tiene que ver con la relación con todas las personas. 

EL LIBRO DE LA VIDA

Sabrina no quería ser pediatra. No solo son colores, dibujos y jugar con los chicos, es triste ver a una niña o un niño sufrir, hacer un diagnóstico de una enfermedad grave o ver la pelea de familias con las obras sociales. Ganaron la vocación y el amor que le despierta escuchar a sus “pacientitos”.

“La crianza respetuosa es comprender que el niño es una persona a respetar y que hay que acompañar ese proceso”.

“Algo que me gustaba de pediatría era que podíamos prevenir las cosas que sabemos que pasarán si los adultos seguimos con ciertos hábitos”, aclara. Por eso, en su último libro, Comer y criar, se dedicó de lleno a la alimentación. “Las infancias están enfermando cada vez más, más tempranamente y con enfermedades que antes eran solo de adultos, como hipertensión o diabetes. Esto tiene que ver con cómo están comiendo y moviéndose”, explica.

  • ¿Por qué el interés en la alimentación?

En mis estudios de lactancia y alimentación infantil, comprendí cómo la alimentación transversaliza todos los procesos del ser humano. Es clave en los primeros 1000 días. Esto es muy claro, no hay controversia. He visto gente de escasos recursos económicos que se mata por comprar un yogur que cuesta una fortuna, encima le hace mal y dentro de diez años le hará gastar más dinero en medicación y tratamientos. Y no lo sabemos, hasta los profesionales lo indicamos y no desde el conflicto de intereses, sino porque lo aprendimos como lo mejor. De esto somos conscientes hoy, antes no se comía tanto procesado. La medicina cambia; si vos seguís diciendo lo mismo que hace veinte años, seguramente habrá algo que repensar, porque sabemos cosas nuevas. Para que las próximas generaciones sean más sanas, tenemos que intervenir urgentemente, porque el impacto es en todos los ámbitos de la vida, sobre todo en el neurodesarrollo. Hablar de esto es contar ciertas cosas que son incómodas, pero hay que dar la información. Después, cada persona elige, si no la tenés, no podés elegir. 

  • ¿Por qué un libro?

Para mí, en ambos libros el gran trabajo es la bibliografía, ponerle un sustento científico a lo que uno plantea, no tirar frases en el aire o cosas que sean más creencias que ciencia. Generar conceptos propios, pero con sustento científico. 

  • Sos muy lectora, ¿releés tu libro? 

No tanto, porque si releo, quiero agregar cosas. Además, la ciencia avanza muy rápido, entonces terminás de escribir y ya salieron trabajos nuevos que me hubiera gustado poner. El anterior tenía 400 páginas, este más de 600, y hubiera escrito más [se ríe]. Sí cuando releo me acuerdo del momento que atravesaba cuando lo escribía. 

PING-PONG

Dulce o salado: Ahora, salado.

Un juego: Carrera de mente.

Una canción de cuna: Noni noni, de Canticuénticos.

El último libro que leíste: Las malas, de Camila Sosa Villada, la amo.

Película o serie: Serie. Terminé Modern Family.