Plantar en la vereda

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En 2012 nació Ciudad Frutal, un movimiento que llenó las veredas de Necochea y Quequén con árboles frutales y huertas. A continuación, consejos para replicar la experiencia.  

Ciudad Frutal nació de un grupo de amigos que en 2012 soñaban con llenar espacios públicos con alimento saludable para sus habitantes. Para ponerlo en práctica, investigaron y encontraron en la ciudad inglesa de Todmorden a su musa inspiradora. El paso siguiente fue plantar los frutales, una iniciativa bien acompañada por los vecinos. “Los árboles son entes vivos que nos acompañan y nos brindan muchísimos beneficios: regulan el clima, aportan oxígeno y absorben el ruido ambiente. Que además nos den frutos es algo extraordinario”, explica Eugenia Podlesny, una de las fundadoras del movimiento. Con el tiempo decidieron sumar una huerta comunitaria que hoy abarca una hectárea y media del Hospital Municipal Doctor Emilio Ferreyra. La mayor parte de lo que se cosecha se utiliza en la cocina del hospital, y otra parte se destina a los talleres de cocina saludable para que los niños incorporen verduras. Otro gran logro de Ciudad Frutal es la biblioteca de semillas: “Estas se prestan y vuelven cuando lo sembrado da frutos. Cada semilla nueva viene con conocimiento y experiencias para compartir”, concluye Eugenia.

PASOS PARA REPLICAR LA EXPERIENCIA

• Contactar a las autoridades del municipio y solicitar permiso para llevar adelante la propuesta. 

• Si se comparte el arbolado de calle con vecinos, es importante conversar para ponerse de acuerdo.

• No hay necesidad de quitar otros árboles, ya que es posible ampliar el cantero y colocar un frutal de pequeño porte (limonero, lima, quinotero, ciruelo) que no requiera tanto espacio. 

• Si el cantero ya tiene un árbol, también existen opciones para aprovecharlo, como recurrir a especies aromáticas (romero, orégano, salvia, perejil, cilantro), arbustos (arándano) o frutillas; sembrar hortalizas (tomate, lechuga, zapallo, melón, sandía dependiendo de la época). Es importante colocar una o dos plantas, ya que el lugar es escaso. 

• Localizar los canteros municipales en donde falte arbolado y aprovecharlos para plantar árboles de mayor porte, como nogales, almendros, perales, cerezos, paltas o manzanos.

• Conversar con hospitales y escuelas para ver si están de acuerdo en el armado de una huerta orgánica comunitaria que los abastezca, y que el sobrante quede para quienes trabajan en ella.    

• Establecer normas de convivencia para la recolección: todos pueden servirse fruta e intercambiarla, pero el vecino que cuida el árbol y las plantas posee prioridad. 

CIUDADES FRUTALES

Todmorden. Ubicado en las afueras de Manchester (Inglaterra), este pueblo posee frutales, verduras y hierbas en más de 70 espacios públicos para que vecinos y turistas se abastezcan a voluntad. 

Copenhague. En 2020, las autoridades de Dinamarca decidieron que plantarán árboles frutales en los espacios públicos de la capital –como parques, instalaciones deportivas, cementerios y plazas infantiles– para ofrecer alimento saludable y gratuito a sus habitantes. Algunas de esas especies serán los manzanos, las moras y los arándanos.