Delfina Merino: Una Leona con sentido colectivo

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Es una histórica de la selección y fue elegida como la mejor del mundo hace un par de años. Se ilusiona con un gran resultado en los Juegos Olímpicos de 2021. 

Foto Gentileza Field Hockey Fotos

En su pie izquierdo, el escudo de Banco Provincia de Buenos Aires, el club en el que, a los cinco años, comenzó todo. O quizá antes: en ese mismo lugar sus padres jugaron al hockey y sus abuelos al tenis; y sus bisabuelos manejaron la concesión del bar. Hoy, como hace 26 años, Delfina Merino sigue defendiendo esos colores.

“De chica estaba todo el día en el club, con mis amigas y mi hermano, que hoy también es jugador de la Primera. Cuando nos venían a buscar a la noche, no nos queríamos ir, la pasábamos muy bien”, recuerda Delfina, que durante algunos años fue la única jugadora de la C en ser parte de Las Leonas. En ese tiempo la buscaron muchos clubes de categorías superiores, pero ella estaba decidida a llegar a la A con su club y sus amigas, y no de otra manera: “Es mi segunda casa, y mis sueños deportivos los quería cumplir de forma grupal, en mi club, no de manera individual”.

Ese sentido colectivo es una de las claves que la mantienen como referente de la selección, de la que fue capitana y hoy es subcapitana. Desde los quince años es parte de las selecciones juveniles y desde 2009 integra el grupo de Las Leonas. “La selección es una parte muy importante de mi vida –reconoce quien en 2017 fue elegida como la mejor jugadora del mundo–. El estar hace tanto tiempo y vivir tantas experiencias hace que por ahí trate de transmitir esas experiencias o momentos a las más chicas cuando lo necesitan. Me parece que la relación que se tiene hoy con ellas es muy amena, tienen la posibilidad de acercarse y, si necesitan algo, obviamente, apoyarse en nosotras. Las más grandes somos un sostén para el equipo. Lo somos mediante ejemplos y no solamente hablando. Creo que así se lidera de una manera mucho más firme y consistente”. 

La tercera camiseta que usó Delfina en su carrera fue la del Stichtsche Cricket Hockey Club, de Holanda, donde tuvo tres etapas: “Es un hockey de elite, con muy buena infraestructura: todos los clubes cuentan con canchas de agua, mientras que en la Argentina la mayoría son de arena [N. de la R.: se refiere al tipo de sintético utilizado]. Acá hay clubes que por ahí no tienen todavía su cancha, su lugar donde jugar, como es el caso de mi club. Hay una gran diferencia en cuanto a la infraestructura, y eso, obviamente, influye en el juego”, explica.

  • ¿Por qué creés que, a pesar de esa gran diferencia entre los clubes, históricamente Las Leonas estuvieron a la par o por encima de las potencias?

Porque somos argentinas, porque no nos damos por vencidas y porque, por ahí, con otros recursos y otras circunstancias que a veces nos cuestan más, ponemos esa cuota extra de corazón y le damos para adelante. Porque lo que hacemos es lo que nos gusta y lo que amamos. En muchas ocasiones, esas adversidades te hacen más fuerte y te permiten ganar desde otro lado. Te dan otras fortalezas que son más profundas y muchas veces ayudan en torneos o momentos importantes.

  • En algunos de los últimos torneos bajaron del cuarto puesto, algo que hace tiempo no pasaba, ¿cómo lo asimilaron?

Es parte de esto, ¿no? Cuando uno practica un deporte, puede ganar o puede perder. La verdad es que Las Leonas malacostumbramos a todo el mundo. Las que estuvieron antes y nosotras. Incluso, nosotras mismas estamos malacostumbradas a no bajar del podio. Pero es un deporte en el que todo puede pasar, a veces se gana y a veces se pierde. El anhelo y la idea de cada una de nosotras es siempre dar lo mejor para estar ahí arriba. A veces las cosas no salen, pero me parece que siempre hay que dejar todo en la cancha para después, más allá del resultado, poder estar tranquilas.

“Las Leonas tenemos un gran equipo que puede lograr grandes cosas. La medalla no es un peso, al contrario: es una ilusión”.

  • ¿Cómo te afectó la suspensión de los Juegos Olímpicos para este año?

Era el objetivo deportivo más importante del año y, en el momento en el que ese objetivo cambia totalmente, te moviliza. Pero estaba consciente de que era muy poco probable que se hicieran, fue muy razonable, y no podíamos ser ajenas a la realidad del mundo y del país. En lo personal, tuve más margen para hacer entrenamiento físico y de gimnasio después de volver de una lesión grave, y pude ganar masa muscular. También pude adelantar materias en la Facultad de Derecho.

  • ¿Qué esperás de los Juegos Olímpicos del año que viene? ¿Es un peso no haber ganado nunca la medalla de oro?

Las expectativas son muchas, considero que Las Leonas tenemos un gran equipo que puede lograr grandes cosas. La medalla no es un peso, al contrario: es una ilusión. 

HUELLA

Delfina es parte del programa Huella Saint-Gobain, que impulsa proyectos solidarios de distintos deportistas olímpicos. Ella es la madrina del merendero Las Trincheras, de la localidad santiagueña de Icaño: “Doscientos chicos comían a la sombra de un árbol, pero ahora se construyó un espacio para que puedan hacerlo sin problemas, sin importar el clima. También se les enseñan habilidades o manualidades para el trabajo o el estudio, y se está desarrollando una huerta para que cultiven sus propios alimentos. Todo eso les da más oportunidades para el futuro”.