Al servicio del paladar

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Es posible modernizar nuestra forma de cocinar con productos novedosos que facilitan las tareas y optimizan los tiempos. Opciones para todos los presupuestos.

El talento culinario es un don que se puede tener o no, pero al que se lo puede ayudar con algunas herramientas que facilitan ciertas tareas en la cocina y son una ayuda para la creatividad. Además, por lo general se trata de dispositivos portátiles, prácticos y tecnológicos.

Un producto de gran utilidad es la olla eléctrica multifunción, como por ejemplo la Instant Pot Easyways, que se puede usar para cocción tradicional, cocción lenta y a presión. Con esta última se alcanzan temperaturas muy superiores de ebullición en muy poco tiempo y se obtiene el mismo resultado que si se cocinara a fuego lento. Así se pueden elaborar carnes, pescados, sopas, arroces, mermeladas y yogur. La olla consta de una carcasa con un calentador y un cuenco extraíble interior para los alimentos. También incluye un display para seleccionar el programa deseado. 

Por su parte, los hornos de convección o freidoras inteligentes reemplazan a los microondas mediante un ventilador interno que hace circular el aire caliente, de modo tal que el calor se distribuye en todo el interior y cocina en forma pareja. En la Argentina los produce la firma BGH e incluyen una pintura antiadherente en el interior para evitar que se adhiera la grasa. 

La tecnología también llegó en auxilio de una de las tendencias que más está creciendo en la gastronomía hogareña, como es la de conservar alimentos al vacío, lo cual requiere guardarlos en bolsas selladas. Esto lo hace la pequeña y práctica empaquetadora Abox, que se carga con un rollo de plástico doble que corta las bolsas a la medida de cada alimento y las sella por calor, adaptándose a su tamaño para luego llevar al freezer.

A su vez, cualquier alimento congelado se puede cocinar rápidamente con un calentador portátil como el Kitchen Boss Sous Vide, que se sumerge en el agua fría dentro de la olla (sujetado a su borde) y la lleva a la temperatura deseada. Tanto la temperatura como el tiempo de hervido se pueden programar a través de su display.

Otra forma de entender la tecnología aplicada a la cocina es la del cuchillo térmico Spread That!, que se sirve del calor de la mano que lo empuña para ablandar y untar fácilmente manteca, quesos o cremas que se endurecen en la heladera. Puede hacerlo gracias a su aleación de cobre, titanio y silicona: un buen conductor del calor humano.

Por último, una opción casi insuperable es la procesadora inteligente Thermomix, de 2,2 litros, que resume en un solo artefacto casi todas las operaciones de cocina: amasar, revolver, triturar, rallar, hervir o cocinar y hasta pesar los ingredientes. Su última versión, la TM6, incorpora un display más grande con una guía de 60.000 recetas en distintos idiomas, con la ventaja de que se pueden seguir sus instrucciones en tiempo real. 

LA AYUDA DEL INGENIO

Existen productos que apelan al ingenio más que a la tecnología, como la tabla Monday Up, que ayuda a lavar verduras y cortarlas sobre la misma superficie. Se sujeta a los bordes de la pileta, debajo de la canilla, y posee un colador retráctil de silicona donde caen las cáscaras y drenan los líquidos que luego se quita para vaciarlo.

Otro ejemplo es el kit La Croquetera, para hacer albóndigas o croquetas: una tijera especial en cuyas puntas se insertan las dos mitades de los moldes de silicona que les dan forma a los diferentes bocados. Solo hay que llenarlos con la masa y cerrar la tijera para unirlos.