Marcelo Larraquy. Historia secreta de la Guerra de Malvinas

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Después de 39 años, aún hay secreto sobre las operaciones británicas en el continente. Marcelo Larraquy cuenta lo que ocurrió a partir del impacto de un misil Éxocet en el destructor Sheffield, el 4 de mayo de 1982.

Foto: Alejandra López

En la guerra reina la confusión, la incertidumbre. La guerra es la actividad más compleja del hombre. No hay ninguna certeza de que lo que se prevea vaya a suceder”. La frase de Charles De Gaulle, presidente de Francia y artífice de la liberación francesa de la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial, fue utilizada por el capitán de la escuadrilla de aviones Súper Étendart, Jorge Luis Colombo, en el lejano 1982. Colombo preparaba así a sus hombres para la guerra con los británicos por las islas Malvinas. Nunca más justas respecto de las intervenciones que realizarían y que tendrían un enorme impacto en la contienda, pese a la disparidad de recursos de unos y otros.

Quien la recuerda es Marcelo Larraquy, periodista, historiador y autor de once libros. En su último trabajo, La guerra invisible (Editorial Sudamericana), cuenta sobre la travesía de un comando británico del SAS (Special Air Service) al mando del capitán Andy Legg, que aterrizó en Tierra del Fuego con la orden de eliminar aviones y pilotos argentinos luego del hundimiento del Sheffield, el 4 de mayo de 1982. “El impacto del Éxocet en el Sheffield modificó el centro de gravedad de la guerra, que pasó de Puerto Argentino al continente. La flota británica se sintió vulnerable”, relata desde Buenos Aires vía Zoom. 

Larraquy aborda hechos que son mantenidos en secreto tanto por el Gobierno británico como por el argentino y que muestran cómo la guerra también se libró en territorio continental. 

  • ¿Cuál fue el disparador para escribir el libro?

Estuve en Gran Bretaña en marzo de 2019. Fue un viaje de estudios, de paseo y también familiar. Así que iba a las librerías y bibliotecas. Una de ellas era Waterstone, en Blackberry, un barrio londinense cerca del museo británico. Miraba, leía y en eso andaba cuando encontré un libro que decía Los secretos de Malvinas. En dos de sus páginas contaba que había un comando que había ido al territorio argentino a hacer una misión. Estaba con el radar abierto, viendo si encontraba algo, y lo había encontrado. Quería ver la visión británica de los hechos, y ese fue el disparador. Me acuerdo como si fuera hoy: sentado en la librería, que tiene cuatro pisos, leyendo ese libro. Me sorprendió totalmente. Dije: “¿Esto existe? ¿Puede ser que hayan ido al continente en plena guerra?”. No había visto nada publicado. Esa fue la historia, y a partir de ahí me metí de cabeza y no paré de trabajar hasta terminarlo.

  • Después de leer el libro, queda una palabra dando vueltas en la cabeza: imprevisión. Estaba claro que los militares de la Argentina se habían lanzado a una aventura, pero no así los ingleses. ¿Gran Bretaña no previó que la Argentina pudiera hacer funcionar el misil Éxocet? 

El continente ofrece, a través del poderío aéreo argentino y de los Super Étendart, básicamente, la mayor complicación para Gran Bretaña. A Gran Bretaña el ataque y hundimiento del Sheffield le cambió el centro de gravedad de la guerra. Luego del desembarco en bahía San Carlos, estuvieron cuatro días parados porque temían un contraataque aéreo argentino. Ellos tenían una gran incertidumbre, que era la incertidumbre de la guerra. No sabían. El Super Étendart y el Éxocet eran algo nuevo a nivel tecnológico, eran armas nunca probadas en combate; el misil se disparaba desde una distancia de 40 kilómetros del objetivo. Era un arma de otra generación respecto de la guerra que se estaba librando, de una generación tecnológica superior. Por eso, el centro de gravedad del conflicto estuvo marcado en el continente. Winston Churchill decía que había que atacar al enemigo desde el punto de partida, y el punto de partida era la base de Río Grande. 

“A Gran Bretaña, el ataque y hundimiento del Sheffield le cambió el centro de gravedad de la guerra”.

  • ¿Por qué han estado ocultas estas operaciones en el continente?

Sigue siendo información clasificada en Gran Bretaña y en Argentina. Muchos soldados del continente están haciendo demandas judiciales para que se los reconozca como tales y piden información al Ejército, que a cuentagotas se las da. Me parece que, en el cese de hostilidades, la Argentina y Gran Bretaña prescindieron del continente, como diciendo “Esto no existió”. ¿Por qué? Porque Gran Bretaña vulneró la propia zona de exclusión que había delimitado. La Argentina podría haber convocado al TIAR (un tratado de defensa continental) si quería. El continente debía estar fuera del conflicto y no estuvo fuera del conflicto. Gran Bretaña también invadió el continente, no solo con la patrulla, sino electrónicamente. Hizo acciones de sabotaje, de perturbación y psicológicas sobre el continente. Había alarmas constantemente sobre todo el sur argentino. En una guerra, los países se juegan todo, y en ese jugarse todo el acto desesperado de Gran Bretaña era invadir y atacar la base de Río Grande, que fue un objetivo militar.

  • ¿Si hubiera tenido éxito el ataque del comando, qué habría pasado?

Habría sido un impacto mundial, también una contienda a otra escala y con más actores.

  • ¿Cuánto pesó el factor humano, que el capitán Legg fuera matemático, un hombre con pensamiento lógico?

Legg hizo un cálculo de probabilidades, actuó racionalmente, aunque eso no lo libró de sentirse mal por no haber cumplido la misión que le habían encomendado. Probablemente se dio cuenta de que era imposible y desistió. Si bien era una guerra y todos pueden morir o deben hacer cosas imposibles, se convertía en una misión de sacrificio. Dice “No” cuando está en el territorio enemigo y advierte que se encuentra a 50 kilómetros de la base de Río Grande, no a uno o a diez kilómetros.