Toda ayuda es bienvenida

0
91

La lucha contra el coronavirus cuenta con diversos productos que fueron diseñados para otros usos, pero que hoy resultan útiles para evitar contagios.

Por suerte, no estamos tan desprotegidos contra la pandemia. A las medidas de precaución ya conocidas se les suma una serie de productos útiles e ingeniosos para prevenir el contagio. Lo curioso es que algunos de ellos habían sido creados –e incluso lanzados a la venta– apenas antes de que empezara la pandemia, pero resultaron ser tan útiles en esta circunstancia que nadie podría sospecharlo. De hecho, es como si hubiesen encontrado una nueva razón de ser en la lucha contra el virus Sars-CoV-2, causante del COVID-19.  

Es el caso de la pulsera Immutouch, que activa una alarma cuando la mano se acerca a la cara. La ideó una startup de Seattle y debía servir para evitar rascarse la cara o morderse las uñas compulsivamente, pero encontró una utilidad imprevista para evitar el contagio del coronavirus por boca y ojos. Funciona asociada a una aplicación en el smartphone: para programarla hay que acercar la mano con la pulsera puesta a esas zonas sensibles de la cara y cliquear un botón, de modo que el sistema registre cuándo tiene que hacer sonar la alarma.  

Del mismo modo, los barbijos electrónicos Purely KN95 de la firma china Xiaomi fueron concebidos para protegerse de la contaminación ambiental y ahora frenan las microgotas. Se adaptan a la forma de la cara y llevan adentro una pantalla mucho más eficiente que el relleno habitual de los barbijos caseros. Pero además traen incorporado un respirador eléctrico con un pequeño ventilador que airea el interior y una pantallita que filtra todo tipo de partículas, lo cual garantiza la purificación del aire al mismo tiempo que refresca la cara.

La misma multinacional había lanzado a la venta casi en simultáneo su sistema Youpin Dunhome DH-003 para desinfectar superficies de muebles o puertas, en especial tablas de mesas o pupitres. Se trata de un recipiente eléctrico comparable a una licuadora en el que hay que verter dos litros de agua de la canilla y una cucharada de sal, y luego se lo enciende durante dos minutos para que el compuesto reciba la energía eléctrica: así se obtiene un líquido desinfectante y esterilizador que mata bacterias y virus, incluido el del COVID-19. Incluso se lo puede usar para rociar la ropa. 

Por último, la estadounidense Larq, especializada en facilitar el acceso al agua potable, diseñó una botella que elimina los gérmenes del agua que almacena bañándola con rayos ultravioleta emitidos por su propio tapón hermético. Y es sabido desde hace mucho que los rayos UV rompen la cadena de ADN de cualquier virus, incluido el corona. 

EXTENDEDOR DE MANOS

Así como muchos productos creados como ayuda a distintas situaciones resultaron ser útiles para evitar el contagio del COVID-19, también ocurre a la inversa: un dispositivo como el Hygienehook (literalmente “gancho higiénico”) creado por el diseñador inglés Steve Brooks para girar picaportes servirá también a la hora de protegerse de cualquier otro germen. Incluye un gancho y una punta de goma para apretar botones sin tocarlos, es lo suficientemente pequeño como para entrar en un bolsillo y está hecho de un plástico no poroso que no retiene la suciedad y es fácil de limpiar. El pack incluye siete unidades.