Mascarillas, el nuevo it en las rutinas

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El producto facial estrella de esta temporada viene en varios formatos de laboratorio y caseros para resolver en el hogar. Conocé todas las propuestas.   

Las mascarillas faciales se emplean de manera puntual para complementar el ritual diario, reforzar la nutrición y la hidratación, y descongestionar o iluminar la piel. Para que los beneficios que prometen sean realmente efectivos, es necesario buscar la más adecuada para cada tipo de piel y que, además, contenga los activos necesarios que ayuden a mejorar la calidad de la dermis.

En tan solo unos minutos, estas permiten purificar, hidratar, iluminar o aliviar las distintas áreas, y sus ingredientes actúan tanto en pieles grasas, mixtas, sensibles o con tendencia a enrojecerse, como también en pieles secas y deshidratadas. 

Los ingredientes activos de cada una dependerán de su uso. Por ejemplo, para pieles secas, se recomienda utilizar hidratantes que pueden ser en crema, y hasta en monodosis (cápsulas de 6 ml para un único uso) para probar distintas alternativas hasta encontrar la indicada para cada dermis, sin necesidad de hacer grandes inversiones en cada una.  

El formato de estas también ofrece una gran variedad que puede ser clave a la hora de viajar o llevar en la cartera o bolso de uso diario. Las mascarillas más comunes vienen en crema, pero también las hay bajo el sistema peel off: el ungüento se transforma, luego de unos minutos, en una película fina que puede ser de color o transparente y permite retirarla de una vez. También existen las mascarillas tipo velo o de algodón, impregnadas con los ingredientes activos. Estas se adaptan a la forma de la cara, se dejan actuar entre 15 y 30 minutos y no hace falta aclararlas. Al retirar la tela, se aconseja continuar el tratamiento masajeando la cara suavemente ya que son las que ejercen una acción más oclusiva. 

En caso de pieles con acné, se recomiendan mascarillas purificantes y descongestivas. En cambio, las pieles con tendencia a enrojecerse se benefician del uso de las hidratantes y calmantes. Para las dermis fotoenvejecidas, los antioxidantes ayudan a iluminar e hidratar la piel, y si el rostro tiene manchas, se necesitarán ingredientes que unifiquen el tono. 

Antes de su uso, los especialistas aconsejan lavarse bien las manos y realizar una limpieza y exfoliación sencilla para una mayor absorción de los ingredientes activos, excepto en el caso de las pieles con acné. Se aplican de forma homogénea sobre la piel seca y se deja actuar o secar durante los minutos que indique su envase. Mientras que la mascarilla actúa, es ideal relajarse para obtener mejores resultados. Una vez completado el tiempo, se aclara con agua templada y se seca el rostro suavemente, para continuar la rutina de belleza diaria. 


PARA HACER EN CASA 

No hace falta gastar fortunas en productos carísimos cuando la naturaleza nos provee de muchos de los ingredientes para hacer mascarillas caseras. Si se quiere exfoliar la piel, se puede masajear circularmente el rostro con una mezcla de siete cucharadas de azúcar con cinco de aceite de almendras, será ideal para eliminar las células muertas. También puede mezclarse el azúcar con limón, para, además, quitar las manchas de la piel, o mezclar café molido con una crema hidratante. Para nutrir, lo mejor será acudir a una crema de bananas procesada y aplicar sobre la cara, al final del día, durante 15 minutos y después aclarar. Contra las arrugas y ojeras, una mascarilla a base de clara de huevo batida, jugo de limón y miel, durante 20 minutos, hará milagros; y, contra el acné, se recomienda aplicar tomate frío picado y dejar actuar 15 minutos, para hidratar, tensar y exfoliar la piel.