Rincones que inspiran

Muchas veces las ventanas de la casa parecen grandes vidrieras y no suelen ser integradas al espacio interior. En esta nota, cómo generar una convivencia perfecta entre lo externo y lo interno para ganar profundidad.

JARDÍN INTEGRADO

En este caso, el jardín externo cuenta con mucha vegetación e invade casi por completo el ventanal. Eso brinda la opción de intentar integrar el espacio desde adentro. Para eso se pueden colocar plantas en diferentes alturas simulando que forman parte del jardín. Siempre se debe tener en cuenta que las más altas irán atrás y las más bajas por delante. Entre ellas se pueden colocar bancos bajos, maceteros de diferentes tamaños y objetos como mantas, canastos (Falabella), tazas y almohadones (Modern Macramé) para aportar distintas texturas.

Una lámpara rústica baja va a ayudar a integrar también el espacio aéreo para que todo conviva a la perfección (MG Iluminación).

PAISAJE PRESTADO

Esta ventana, si bien no es tan grande como la anterior, regala una vista abierta que también es posible integrar a la perfección.

En este caso, la pared está pintada de color verde: eso ayuda visualmente y hace que el espacio parezca más grande.

Sobre el marco de la ventana se colocaron diferentes macetas de cerámica con cactus y suculentas (Mil Gracias Objetos).

Por delante, y para dar mayor profundidad, se pusieron macetas en cestas y latas rústicas con plantas más grandes (Flores para Filomena).

Para enmarcar este espacio se colgaron jaulas antiguas vacías y una silla Mar del Plata con almohadones y un muñeco de trapo. Sin dudas, un rincón de la casa para disfrutar.

Cuando se vive en la ciudad, muchas veces no se cuenta con un espacio al aire libre para poder relajarse, por eso es importante aprovechar el verde que se puede ver desde la ventana o el balcón, e integrarlo para sentirse a gusto en la propia casa y así crear nuevos rincones.