Agosto de poda

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Consejos útiles para podar árboles y arbustos en un mes ideal para hacerlo. Qué partes se deben cortar y cómo. Una tarea indispensable y entretenida.

Fotos: IStock

La poda de los árboles y arbustos del jardín tiene básicamente dos objetivos. Por un lado, ayudarlos a crecer de un modo más saludable, y por otro, darles el tamaño y la forma que se desee.

Es una tarea que indefectiblemente se lleva a cabo una vez al año, por lo general en los meses fríos de otoño o invierno, ya que es la época en que todas las plantas disminuyen estacionalmente su producción de clorofila y, por lo tanto, también su ritmo de crecimiento. Así que, para quien no lo haya hecho aún, agosto o incluso las primeras semanas de septiembre son un momento adecuado.

En el caso de los árboles, el objetivo principal de la poda es eliminar las ramas secas, enfermas, rotas o con pocas hojas, así como aquellas que se rocen o interfieran con las que están saludables. Además, es preciso quitar las que hayan crecido hacia abajo o hacia adentro –aunque estén sanas– y mantener solo las que lo hayan hecho hacia arriba y hacia afuera. Por supuesto, hay que cortar los chupones, esos brotes verdes que consumen mucha energía del árbol y le quitan años de vida.

Para podar una rama, se la debe cortar en el lugar adecuado: justo en el punto más angosto de su vinculación con el tronco (o rama más gruesa) desde donde nace. Primero se practica un corte ascendente, de abajo hacia arriba, para que, cuando la rama caiga –cosa que siempre ocurre antes de lo esperado– no arranque más corteza de la estrictamente necesaria. Luego se continúa el corte en forma pareja desde distintos ángulos hasta llegar al centro de la rama.

En el caso de los arbustos, en cambio, el objetivo es quitar las ramas secas o enfermas, así como las sanas que sobren o molesten, como es el caso de las ramas grandes que se curvan hacia el suelo por su propio peso. Esto sirve para sanear toda la planta, emprolijarla y darle la forma deseada.

También hay arbustos como la abelia, la corona de novia o el membrillero de flor, que se caracterizan por tener una infinidad de ramas muy finas y sin hojas, a las que se debe cortar desde su nacimiento para favorecer el crecimiento de las más gruesas, que funcionan como estructura de sostén de todo el conjunto, y además aportan el verde y las flores. Es decir, la belleza del jardín. 

CONSEJOS ÚTILES

• Para que el corte de las ramas sea preciso y prolijo, si la sección de la rama tiene hasta tres centímetros de diámetro hay que usar tijeras de poda, y si es más gruesa, serruchos de poda.

• Un corte perfecto requiere que las herramientas estén en óptimo estado y muy bien afiladas.

• En las ramas gruesas, después del corte es necesario limpiar bien el tajo o la herida, e inmediatamente aplicar un fungicida que impida el surgimiento de hongos y mohos que puedan afectar a todo el árbol.

• Es necesario cubrir el tajo con una pasta cicatrizante. Todas estas curaciones deben llevarse a cabo apenas se arranca cada rama, y no todas juntas al final.