Federico Molinari:
“El deporte es una de las mejores escuelas”

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Heredó la gimnasia de sus padres y la legó a sus hijos. El referente máximo de esta actividad en el país encara la recta final de su carrera.

Por Juan Martínez
Foto Adrián Fiesta

Por un minuto, el mundo se detiene y el que gira es él. Sus brazos, que se afirman en las anillas, son el eje alrededor del cual su cuerpo se mueve sin pensar. Es un movimiento mecánico, una repetición de lo entrenado tantas veces en innumerables sesiones. Mientras más mecánico sea y menos pensamientos se cuelen durante la ejecución, mejor. Al cabo de ese minuto, Federico Molinari sale de su ensimismamiento y llegan a él todas las sensaciones que anuló para poder llevar a cabo la rutina: imágenes, ruidos, gritos de aliento.
El gimnasta lleva más de 30 años en este deporte, al que llegó de manera casi inevitable: sus padres eran entrenadores y, ante la imposibilidad de dejarlo en otro lugar, lo llevaban todos los días al club, donde absorbió este modo de vida (circular, ya que ahora la escena se repite con él y sus hijos, Valentino y Ciro).
  • Después de tanto tiempo, ¿el impulso es el mismo? ¿En qué cambió tu relación con este deporte?

Las ganas son las mismas, sí. El problema es que los dolores que aparecen en las articulaciones por la edad te van frustrando, y antes eso no pasaba. Antes el cuerpo respondía siempre, ahora tengo que estar más fuerte de la cabeza, porque a veces en una semana puedo entrenar bien dos o tres veces, nada más. Eso, si no estás bien preparado mentalmente, te va bajoneando.

En los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012, Federico se convirtió en el primer gimnasta argentino en alcanzar una final en ese tipo de eventos. Su popularidad creció rápidamente, apoyada también en sus incursiones en teatro (integró el elenco de Stravaganza, estados del tiempo) y televisión (estuvo dos temporadas en el ciclo Combate), y él aprovechó la exposición para impulsar este deporte.

  • ¿Cómo llevás el hecho de ser uno de los factores principales que hicieron que este deporte se haya popularizado en otros sectores?

Hay muchas variables que causaron que eso pasara. Yo hago mi trabajo, entreno y me dedico a lo mío. Aprovecho todo lo que me dio haber estado en una final olímpica, en el teatro y la tele para poder tener tres escuelas de gimnasia y dedicarme el resto del día a formar chicos y hacer que este deporte vaya creciendo más. Estoy muy agradecido con la suerte que tuve. No tomo un rol particular por ser un referente, trato de colaborar en lo que vaya surgiendo para que la gimnasia sea cada vez más conocida.

«Trato de colaborar en lo que vaya surgiendo para que la gimnasia sea cada vez más conocida».

  • También te involucraste a nivel dirigencial…

Sí, el año pasado me involucré bastante con la confederación, porque había que terminar de una vez por todas con los dirigentes que hacía muchos años estaban atornillados en el sillón. En nuestra confederación mantuvimos a los mismos dirigentes por más de 35 años… Fui partícipe de una campaña para armar un nuevo grupo, para entrar a la federación con gente nueva, joven, con ganas de trabajar. Hoy por suerte esa gente desapareció de la federación. Yo no tengo ningún cargo, pero logramos que muchos exgimnastas y personas nuevas puedan hoy estar manejando la gimnasia de un modo muy diferente. Todo eso ayuda a que hoy yo pueda ir a un gimnasio y laburar tranquilo, sabiendo que hay quienes trabajan por nosotros y no por ellos mismos. Es importante que los dirigentes laburen para los deportistas y no para ellos.

  • ¿Qué se siente iniciar a tus hijos en esta actividad?

Es muy lindo ver que ellos disfrutan de la gimnasia como lo hice yo cuando era más chico. No hay una obligación mía ni de mi mujer para que lo hagan, simplemente los llevamos al gimnasio porque no tenemos dónde dejarlos, y ellos se la pasan jugando: se cuelgan, se trepan, se les nota que es algo que les va natural, y eso me gusta mucho. Soy una persona que nació en el deporte y quiero que mis hijos lo practiquen. El que sea. Creo que es una de las mejores escuelas que hay. La educación que te da el deporte no te la da ni siquiera el colegio, porque aquí uno aprende haciendo algo que le gusta. Los conocimientos son mucho más fáciles de adquirir así.

  • Venís hace un tiempo pensando en el retiro, pero no parece que lo sufras…

No, porque cuento con muchas actividades paralelas. Estoy con los gimnasios, la energía está puesta en otro lado, no es que me voy a quedar sin nada. Tengo objetivos muy importantes por delante. Este año puede ser el último si todo va bien. Quiero ganar una medalla en los Juegos Panamericanos, que son en Lima, para quedarme tranquilo con que pude hacer todo lo que quise en este deporte. Tengo muchas ganas de hacer un gran año y anunciar el retiro, aunque no es seguro, porque si se llega a dar la posibilidad de clasificar a Tokio 2020, voy a seguir un año más. Si no es este año, será el que viene. El retiro se acerca y no se podrá extender más.

MENTE FUERTE

Para Federico, lo más importante, en la gimnasia y todo lo demás, es tener la mentalidad para cumplir los objetivos propuestos. “Si no tenés ganas de ganar y capacidad de sacrificarte para lograr un objetivo, es muy difícil que lo puedas conseguir, por más que seas el más talentoso del mundo. Vi chicos mucho más talentosos que yo que no llegaron a lograr sus objetivos. Los deportistas más ganadores son los que tienen la capacidad mental para hacerlo, los que saben hacia dónde van, los que se sacrifican para eso”, sentencia.