Incontinencia urinaria

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Afecta no solo a las mujeres posmenopáusicas, con frecuencia puede inquietar a quienes padecen sobrepeso o en ocasiones de poca ingesta de líquidos.   

La incontinencia es una pérdida involuntaria de orina que ocurre con frecuencia. Aunque es más común en adultos, algunos jóvenes también pueden sufrirla. Las mujeres son más propensas debido a los partos y la menopausia”, explica Francisco Castro Montiel, urólogo del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento. Las causas son múltiples: déficits hormonales, problemas neurológicos, debilidad del piso pelviano, infecciones urinarias y problemas prostáticos. Los factores que aumentan el riesgo de padecerla son, por su parte, la cirugía pélvica, la cirugía prostática, los partos y la menopausia. Pero la buena noticia es que existen muchos tratamientos para esta problemática, por eso es clave la consulta con un especialista. “Lo primero, para poder planificar los estudios y el tipo de tratamiento, es determinar si la incontinencia se debe al esfuerzo, cuando se pierde orina al toser, reír, estornudar, correr, saltar o levantar peso; si es de urgencia, cuando no se puede posponer la necesidad de hacer pis; o si es mixta, porque combina ambas”, sostiene Castro Montiel. 

DIAGNÓSTICO

Es fundamental que el urólogo realice un interrogatorio completo junto al examen físico y que evalúe cómo trabajan los músculos del suelo pélvico. “Algunas veces le pedimos al paciente que lleve una cartilla miccional en la cual haya anotado durante dos días y dos noches a qué hora orina y qué volumen hace para conocer la capacidad de su vejiga”, comenta Castro Montiel. También es conveniente descartar la presencia de infección urinaria con un análisis de orina, evaluar la estructura general de la vejiga con una ecografía y hacer un testeo con paños para anotar la cantidad que se mojan por día y establecer el grado de incontinencia.

TRATAMIENTO

“En los casos de incontinencia urinaria de urgencia se debe revisar la ingesta de irritantes vesicales. Además, se pueden realizar tratamientos farmacológicos con diferentes medicamentos, kinesiología de piso pelviano y reeducación vesical”, señala Castro Montiel. En el caso de la incontinencia urinaria de esfuerzo, según el grado de afección, puede ser útil la kinesiología de piso pelviano, así como el tratamiento quirúrgico. La cirugía más frecuente es el sling (colocación de una malla por debajo de la uretra), que da soporte a los músculos del suelo pélvico y ayuda a la uretra a resistir mejor la presión de la vejiga llena. 

Sin embargo, podemos tener en cuenta algunas medidas de autocuidado para sobrellevar esta problemática. Ellas son:

1. Alimentación. Es importante evitar el té, el mate, la cafeína, el cigarrillo, los picantes, las especias, el alcohol, los quesos fuertes, las bebidas cola.

2. Cantidad de líquidos. Conviene determinar con el médico la cantidad de líquidos que se pueden beber. Tomar poca agua concentra la orina y eso también irrita la vejiga. 

3. Sobrepeso. La obesidad y el estreñimiento predisponen a la incontinencia de esfuerzo. 

4. Reeducación vesical. Llevar adelante una cartilla miccional sirve para que el médico determine qué volumen de líquido maneja la vejiga, y en función de eso se la reeduque para que alcance un tamaño normal. 

5. Ejercicios de suelo pélvico. Se indican para fortalecer los músculos que sostienen la vejiga y el intestino. Los ejercicios Kegel se deben realizar con la vejiga vacía (nunca hacerlos al orinar). La idea es contraer los músculos como cuando se detiene la orina, y la sensación es la de apretar y ascender. Para que sean efectivos, se aconseja hacer diariamente series de diez contracciones de tres segundos cada una, tres veces por día.