Numerología: los números de la vida

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La numerología acompaña a la humanidad desde hace miles de años. No es una ciencia, pero hasta las personas más poderosas suelen asesorarse con especialistas en el tema. Nos adentramos en una disciplina cada vez más consultada.

Por Julieta Qeb
Foto AFP

Para cada día de la vida, la numerología tiene algo que decir. Se trata de una disciplina basada en los números que, al analizar sus posibles combinaciones, permite obtener datos del carácter y destino de cada persona. Entonces, el día de nacimiento, la fecha actual del calendario y hasta la dirección postal brindan información interna de cada uno y sobre su meta en el universo. Incluso las palabras son traducibles a su valor numérico, por lo que el nombre y el apellido también son una fuente determinante en la carta numerológica personal.
No es considerada una ciencia, más bien se la ubica en el campo de los conocimientos esotéricos o de la metafísica. Sus seguidores la definen como una práctica para el autoconocimiento, la búsqueda del equilibrio y la armonía con el mundo.
Precisar sus inicios no es una tarea fácil. Se sabe que ya la practicaban miles de años antes de Cristo y que ha dejado huellas en diferentes culturas. Por ejemplo, se conocen antecedentes en civilizaciones antiguas como China, Arabia y Egipto, y se estiman tres ramas: la numerología pitagórica, la cabalística y el simbolismo numérico cristiano-medieval.

“Estudiamos numéricamente el destino y la meta de la vida”.
Emilia Cozzi

En Occidente, predominan las enseñanzas que transfirió Pitágoras, el creador del teorema que se estudia en la matemática escolar, para quien el mundo, material y abstracto, era traducible a números. Es como si el universo tuviera su propio lenguaje de programación o fuera un gran código de barras.
El filósofo y matemático griego entendía que los números eran más que signos y cantidades, y que su estudio permitía encontrar un valor cualitativo, una vibración interna. Según sus teorías, los dígitos del 1 al 9 revelan los ciclos del universo y tienen influencia en los caminos de la vida de cada ser humano y las fuerzas de la naturaleza. Además, propone la existencia de números maestros, el 11 y el 22, los cuales, si aparecen, tienen un “plus” en el significado de los resultados.
Emilia Cozzi es numeróloga y explica que esta disciplina se puede aplicar con fines adivinatorios, pero que fundamentalmente consiste en un asesoramiento que atiende a las tendencias que marca la vibración de los números. “Estudiamos numéricamente el destino y la meta de la vida, es decir lo que cada uno viene a trabajar, interna y externamente, y cómo debe realizarse ese camino. Es identificar rasgos para que la persona deje de ver ciertas características o una determinada situación como algo maligno o como un castigo divino, y que encuentre las herramientas que tiene dentro de sí para lograr un equilibrio”, afirma la especialista. Aclara que, para realizar los cálculos, se cuenta con fórmulas específicas y que no se puede hacer una lectura del camino de la vida o de la misión de cada uno solo con tablas disponibles en la web.
Hace más de 20 años que Emilia recibe consultas para entender y superar momentos de crisis emocional, o encontrar el mejor nombre para un nuevo comercio o el día más recomendable para inaugurarlo. “Últimamente se acercan muchos empresarios para preguntar sobre la situación de su negocio o para pedir recomendaciones para la selección de personal. Con la numerología, llevás la toma de decisiones a la excelencia”, sostiene.
En la actualidad, hay una tendencia social a buscar formas de introspección y métodos que se complementen con la medicina tradicional. De esta manera, tanto la numerología como alguno de sus primos, es decir la astrología y la biodecodificación, van sumando adeptos.

PARA PROBAR EN CASA
Emilia Cozzi invita a hacer el siguiente ejercicio para descubrir el número de “Destino” a partir de la fecha de nacimiento de cada uno. Este número se relaciona con un aprendizaje que viene a realizar la persona a esta vida. Luego de hacer la cuenta, se pueden leer los valores básicos asociados al resultado. Cozzi aclara que hay que considerar que “esto es una parte y no el todo, pues este número en una carta de numerología se analiza junto a otros factores que lo afectan y lo modifican, lo potencian o lo debilitan”.
Ejercicio: Escribir la fecha de nacimiento, y luego reducirla sumando los números de cada campo (día, mes, año). Por ejemplo, 10 de mayo de 1970, se reduciría: Día 10 = 1+0. Mes 05 = 0+5. Año: 1+9+7+0. El resultado obtenido es: 1+5+17, lo que suma un total de 23. A este número volvemos a deducirlo de la misma manera: 2+3. Entonces, el número de “Destino” es el 5.

El significado de cada número:
Uno: aprender a tener iniciativa, decisión y autoconfianza.
Dos: aprender a ser emotivo, sensible, flexible.
Tres: aprender a ser sociable, optimista.
Cuatro: aprender de la practicidad, el orden, la disciplina.
Cinco: aprender el manejo de la libertad en todos los sentidos.
Seis: aprender dentro del campo de la familia.
Siete: aprender la unión de la intelectualidad y el espíritu.
Ocho: aprender a ser productivo, ser del área de la competitividad.
Nueve: aprender dentro del ámbito de lo humanitario.

OTRAS CORRIENTES

Si bien la numerología pitagórica es la más conocida, con el tiempo y los avances en investigación han ido apareciendo fusiones con otras ramas de análisis, como la numerología con ángeles y la numerología con astrología.
Entre ellas también se encuentra la numerobiología, a la cual se dedica Jazmín Sagardoy Jaime. “En algún punto se conectan, porque apuntan a la cuestión de autoconocerse para resolver cuestiones personales frente a las cuales muchas veces se buscan las respuestas en el exterior. En general –explica–, desconocemos que en nuestro interior poseemos sabiduría. Son disciplinas que contribuyen a que cada uno pueda explorarse y comprenderse. La numerobiología permite obtener herramientas para ser más plenos en nuestras decisiones y saber de dónde vienen ciertas maneras de pensar o ciertas reacciones”.