Cómo reducir el desperdicio de alimentos

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Una heladera limpia y bien organizada, junto con los principios de reducir, reutilizar y reciclar, puede minimizar el desperdicio y ayudar al planeta.

En nuestro país se pierden y desperdician 16 millones de toneladas de alimentos por año, de los cuales 14,5 millones corresponden a pérdidas en la producción, el almacenamiento, el transporte y el procesamiento, y 1,5 millones al desperdicio en la comercialización y el consumo, según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (MAGyP).

De hecho, en todo el mundo, el 30 por ciento de los alimentos que se producen se pierden o desperdician: unos 1300 millones de toneladas, según la iniciativa mundial Save Food. El 6 por ciento de las pérdidas se da en América Latina y el Caribe, una región donde 47 millones de personas están subalimentadas.

El desperdicio de alimentos tiene un fuerte impacto en el ambiente por significar el derroche del agua, el suelo, la energía, la mano de obra y el transporte que se usa para producirlos, afectando además a la seguridad alimentaria. Y este año no fue la excepción. 

La pandemia se sintió en cada parte de las cadenas de valor, provocando mayores pérdidas y desperdicio, acelerando procesos como el uso de aplicaciones y plataformas digitales que podrían servir para reducirlo, y aumentando a la vez las donaciones a organizaciones sociales y bancos de alimentos.

En nuestro país, el freno económico dejó a las empresas con productos en sus almacenes. Esto, junto con el espíritu solidario, permitió que los 25 bancos nucleados en la Red Bancos de Alimentos Argentina (RedBA) rescataran en 2020 más de 31,6 millones de kilos de comida, productos de higiene y limpieza que llegaron a 5237 comedores y merenderos, entre otras entidades asistidas. Estos números más que duplican las 13.000 toneladas rescatadas en 2019, cuando atendían a unas 450.000 personas. Hoy asisten a 950.000 en todo el país. 

“En estos dos últimos años se duplicó la cantidad de personas a las que asisten los bancos; sin embargo, los kilos que pudimos rescatar y entregar son más o menos los mismos que en 2020, con lo cual la situación que hoy tenemos es complicada”, expresa a Convivimos Fernando Mendoza, director ejecutivo de la RedBA, y agrega: “Tenemos unas 1500 organizaciones en lista de espera que no estamos pudiendo atender por falta de alimentos”.

“En 2020 mucha gente aportó dinero, pero este año bajó mucho. Las donaciones de las empresas también se redujeron, porque ajustaron sus planes de producción y no generan esos excedentes que podrían donar habitualmente”, aclara, pero comenta que “todavía hay muchísimo trabajo por hacer en supermercados y en la producción agropecuaria. Se pierde muchísima cantidad de frutas y verduras por precio, por problemas de cosecha y por otros inconvenientes: se estima que casi el 40 por ciento de lo que se produce queda en el campo”.

VALORAR LOS ALIMENTOS

En la lucha contra el desperdicio, nuestro país es pionero en la región: en 2015 el MAGyP creó un programa nacional y en 2017 formó la Red Nacional para la Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos. También impulsó una nueva Ley Nacional 25.989, el Régimen Especial para la Donación de Alimentos, que se concretó en 2018. La llamada “Ley Donal” excluye la responsabilidad objetiva del donante, lo que marcó un punto de inflexión, permitiendo aprovechar productos que de otra manera se desperdiciarían.

El año pasado el MAGyP lanzó la Estrategia Argentina 2030 Valoremos los Alimentos, que se propone “reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita en la venta al por menor y a nivel de los consumidores”. En línea con esta iniciativa, algunos consejos para minimizar el desperdicio en casa:

1. Comprar lo justo y necesario. Hacer listas antes de salir permite ahorrar tiempo en el momento de la compra y no dejarse tentar con promociones que no se necesitan. Una compra consciente considera si es realmente indispensable lo que se comprará, cuál es su impacto sobre el ambiente y el uso que se le dará. 

2. Cantidad y momento justos. Conviene adquirir poca cantidad si se trata de productos frescos como frutas o verduras para disfrutarlas en su mejor momento y volver directo a casa después de comprar para que los refrigerados no pierdan la cadena de frío. En la verdulería, no rechazar los elementos feos o diferentes siempre que estén en buen estado. 

3. Orden en la heladera y las alacenas. Ubicar lo más nuevo al fondo y lo más viejo adelante evita que la comida se venza. Una heladera y un freezer limpios y sin escarcha optimizan el uso del aparato. La temperatura de la heladera debe estar entre 0 y 5 grados, y el freezer, a -18 grados. 

4. Conservación. Los verdes se lavan, secan y guardan en la heladera en un contenedor con papel de cocina separando las hojas. Las papas van en lugares secos y oscuros, al igual que los tomates, hasta dos semanas. El apio, el brócoli, la zanahoria y el puerro se envuelven en papel aluminio. Las cebollas se pueden guardar en medias de nylon o en bolsas perforadas de papel, fuera de la heladera. 

5. Calcular las porciones. Para evitar cocinar de más o de menos, es importante saber cuánto va a comer cada integrante de la familia, y para esto es útil conocer las medidas. Para usar solo lo necesario es aconsejable congelar la comida en porciones.

6. Reutilizar comida. Si sobró de la cena, está próxima a vencer o perdió sus propiedades originales, esta se puede transformar. Las verduras pueden ser sopas, salsas o guisos. Las sobras de pollo, carne o pescado pueden ser un buen relleno de empanadas o tartas. A veces hay maneras de recuperarlas: por ejemplo, las zanahorias se pueden mantener unas horas en un frasco con agua; al otro día estarán listas para rallar.

7. Bolsas para llevar. Si se come afuera y sobra comida, siempre se puede pedir una bolsa para llevar las sobras. De la misma manera, si se hace una fiesta, se puede repartir entre los comensales lo que quedó.

8. Donar. Si se trabaja en una empresa alimenticia o en otra organización que cuente con alimentos próximos a vencer o con defectos en los envases, se puede donar lo sobrante al banco de alimentos local (www.redbda.org.ar). 

PÉRDIDAS EN LOS MERCADOS

Según un estudio de We Team, Consumer Goods Forum y GS1 Argentina, en 2019 los autoservicios y supermercados locales tuvieron un 4,76 por ciento de merma operativa. Esto es una diferencia entre el inventario teórico y el real equivalente a más de 123 mil toneladas con un impacto económico de $26.130 millones por devoluciones (20,2 por ciento), no clasificados (15,4 por ciento), desperdicio (6,5 por ciento) y vencimiento (4,3 por ciento), entre otras causas. Con estos datos en claro, se podrían empezar a diseñar estrategias contra el desperdicio.