San Miguel de Tucumán: Historia, música y colores

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Es una de las regiones más bonitas del país: el Jardín de la República, la Cuna de la Independencia o la tierra natal de Mercedes Sosa, quien le cantó como nadie. Representa a la Argentina con su alegría, su música, su gastronomía, toda su gente. 

Nueva Tierra de Promisión” fue su primera denominación. Muchas son las acepciones de Tucumán: un ave, un pueblo, un territorio fronterizo, la imagen de un rumbo hacia el río. Aunque concretamente se llama “San Miguel” para honrar al arcángel de ese nombre. Diego González de Villarroel y Aguirre era un hidalgo que nació en Toledo (España), en 1520, viajó a América a los 24 años, y a los 45, el 31 de mayo de 1965, la fundó tras participar de la gestación de Santiago del Estero. Probablemente se haya deslumbrado con el colorido de su follaje, con la belleza de sus horizontes. 

Aunque seguramente jamás imaginó que esa preciosa ciudad que acababa de fundar sería la sede de la Declaración de Independencia de la Argentina, el 9 de julio de 1816. Y que ese mismo día, pero en 1935, nacería allí la Voz de América. Nadie representa a Tucumán como Mercedes Sosa. 

Desde el norte traigo en el alma / la alegre zamba que canto aquí / y que bailan los tucumanos / con entusiasmo propio de allí, / cada cual sigue a su pareja / joven o vieja de todo vi.

El primer enclave de San Miguel de Tucumán fue en los Campos de Ibatín, muy cerca de donde hoy se levanta Monteros. No había pasado medio siglo cuando los solcos, aborígenes calchaquíes liderados por el cacique Gualán, destruyeron buena parte de la ciudad, que entonces fue reconstruida a unos 55 kilómetros al noroeste, en La Toma, donde se ubica hoy el casco histórico, a orillas del cauce del río Salí. “‘Tucumán’ fue el nombre que cubría en la época de la conquista la más extensa porción de la tierra argentina. Hoy es el nombre de la más pequeña de las provincias argentinas”, asegura el historiador y filósofo Juan B. Terán, tucumano de pura cepa. 

La ciudad es el punto de referencia inequívoco del norte del país. San Miguel de Tucumán tiene una población de unos 605.000 habitantes, pero en 1816 el poblado no superaba los 5000, con una economía quebrada. Sus edificios públicos, templos y conventos eran una muestra de esa decadencia. Ante la decisión de reunir en la ciudad al Congreso Nacional, se optó por la casona de la señora Francisca Bazán de Laguna, que sí mostraba condiciones apropiadas y era la más amplia de la región. Aunque al salón principal debieron anexarle un sector para que pudiera llegar a medir los quince metros por cinco que se requerían para contener a los representantes de todas las provincias. El mobiliario fue prestado: las sillas, por las Iglesias de Santo Domingo y San Francisco; y los escritorios y el tintero, por el gobernador de entonces, Bernabé Aráoz. 

Se encuentra en lo que era la calle del Rey (actualmente calle Congreso), con la numeración 151. En 1869 fue adquirida por el Estado, que la convirtió en museo y oficina de correo. Se salvó de la demolición que en 1903 ordenó Julio Argentino Roca. En 1941 fue declarada Monumento Histórico Nacional y remodelada, conservando el color blanco, sus típicas columnas en espiral, las salomónicas, dos grandes ventanales con rejas, el techo de tejas rojas y un muy amplio patio central en el que resalta un generoso aljibe en su centro. Todas las habitaciones están en su derredor. Hoy es uno de los grandes atractivos de una ciudad cubierta de gran historia.

Media vuelta y la compañera / forman la rueda para seguir / viene el gaucho y le hace un floreo / y el zapateo comienza allí / sigue el gaucho con su floreo / y el zapateo termina allí.

La Casa Histórica de la independencia, una postal icónica de una provincia que vive en su belleza y en su historia.

Ocupa una superficie de 90 kilómetros cuadrados, pero muy amplias áreas de la ciudad son ocupadas por parques floridos. La Plaza Independencia es un claro ejemplo, con su riquísima historia y su patrimonio cultural: allí funcionó la Plaza de Armas durante la colonia. Cercada por las calles San Martín, Laprida y 25 de Mayo, y la avenida 24 de Septiembre, se halla a escasos 150 metros de la casa histórica y de Mendoza, una emblemática peatonal que surca la urbe. En su centro, emerge La Libertad, una estatua tallada sobre mármol en 1904 por la escultora tucumana Lola Mora.

Otro parque no menos atractivo es el 9 de Julio, con sus 190 hectáreas, generoso en jardines y arboledas, en derredor del pintoresco lago San Miguel. Tiene varias zonas de juegos infantiles y otras de locales de comida. Contiene al Hipódromo y la Casa del Obispo Columbres, refaccionada y convertida en Museo de la Industria Azucarera. 

El Avellaneda es un parque de cuatro manzanas siempre muy coloridas. Y el Guillermina –también conocido como “Batalla de Tucumán”– cuenta con un pequeño anfiteatro, sede de múltiples representaciones culturales en épocas de normalidad. La Plaza Urquiza, la Belgrano, la Alberdi y la San Martín asimismo justifican que San Miguel sea reconocida como “el Jardín de la República”.

Para las otras no / pa’ las del norte sí, / para las tucumanas, mujer galana / naranjo en flor, / todo lo que ellas quieran, / que la primera ya terminó.

La basílica de San Francisco, uno de los epicentros religiosos del amplio circuito místico de la ciudad.

La Catedral de San Miguel (Monumento Histórico Nacional desde 1941) es una de las más bonitas del país. Fue inaugurada en 1856 por fray Mamerto Esquiú. Posee una fachada de estilo neoclásico y en su interior se encuentra la cruz de la primera fundación de la ciudad. Contempla un recorrido religioso junto a otros fascinantes templos, como la Iglesia Nuestra Señora de La Merced, la de San Francisco y la de Santo Domingo, y también la Capilla Nuestra Señora de Lourdes. 

Una atracción no menor son sus museos: el Histórico Presidente Nicolás Avellaneda; el de Bellas Artes “Timoteo Navarro”, riquísimo en obras de los artistas tucumanos más destacados; el amplio Museo del Ejército, con un sector destacado para la Guerra de las Malvinas; el Juan B. Terán (paleontología), dependiente de la UNT; el de Arqueología, Prehistoria y Antropología, que contiene al CC Eugenio Flavio Virla; y el de Arte Sacro, con su patrimonio de obras de pintura, indumentaria religiosa y documentos coloniales o misales.  

También es recomendable un recorrido por el Teatro San Martín, la Legislatura, el ex-Cine Plaza, el Casino, la Casa de Gobierno, el Centro Cultural Alberto Rouges y la Casa Ricardo Rojas (el Hotel Mediterráneo). Y, por supuesto, el Museo Folklórico, con sus muestras de artesanía popular (cerámicas, platería, tejidos, instrumentos) y también de la música norteña, que a su vez se replica en miles de centros culturales, locales y peñas. En realidad, hasta el más pequeño es bien proclive a que repiqueteen los acordes de una guitarra que reproduzca la extensa música que refleja de forma vívida a la cultura tucumana.

No me olvido vieja compadre / de aquellos bailes que hacen allí / tucumanos y tucumanas / todos se afanan por divertir / y hacen linda esta mala vida / así se olvidan que hay que sufrir.

La plaza de la Independencia es el principal paseo público, el corazón de San Miguel de Tucumán.

Desde ya que todo visitante encuentra hermosos atractivos en los alrededores de la ciudad. Por caso Tafí del Valle, de una extraordinaria belleza, 126 kilómetros hacia el oeste. Una verdadera muestra de las culturas originarias y con atractivos arqueológicos, entre sierras y cumbres de los Valles Calchaquíes y la Sierra del Aconquija. 

Las Ruinas de los Quilmes representan a una de las ciudades precolombinas más grandes de la Argentina, sitiada por los conquistadores españoles en el año 1667. Se encuentra a apenas 73 kilómetros de Tafí, en una región atestada de lugares, uno más fascinante que el otro, que conforman el Circuito Las Yungas, y reúne localidades como San Javier, Villa Nougués, Yerba Buena, Raco, El Siambón, El Saladillo, San Pablo y el dique Celestino Gelsi.

Un paseo imperdible es el de los “árboles dispersos”, la significación en quechua de Taco Ralo. Se ubica a 110 kilómetros de San Miguel, en el Departamento Graneros, y atrae además por sus aguas termales. 

En cada rincón de la ciudad se anida la tradición del folklore norteño, su historia, su música, su gastronomía. 

Claro que a solo 25 kilómetros de San Miguel el turista puede acceder al cerro San Javier. Su cumbre, llamada “Taficillo”, se encuentra a 1876 msnm. También convoca por el Cristo Bendicente, obra del artista local Juan Carlos Iramain, de 28 metros. Las panorámicas desde su base son impresionantes. 

Otro recorrido muy habitual es el de las granjas educativas que surgen en los alrededores de la ciudad: la Santa Clara o la Vidalita, ambas a pocos kilómetros, propicias para la contemplación de las actividades campestres y, por supuesto, para que grandes y chicos participen de ellas.

Empanadas con vino en jarra / una guitarra, bombo y violín / y unas cuantas mozas bizarras / pa’ que la farra pueda seguir / sin que falten esos coleros / viejos cuenteros que hacen reír.

Nadie como la Negra para representar a una ciudad que es la celebración misma de la alegría, la danza, el amor por el suelo y su gente. Nada mejor que El Jardín de la República, la letra compuesta por Virgilio Ramón Carmona y eternizada por Mercedes para homenajear a San Miguel de Tucumán.

Para las otras no / pa’ las del norte sí, / para las de Simoca / mis ansias locas de estar allí / para brindarles mi alma / con esta zamba que canto aquí. 

LA CIUDAD DE LA ALEGRÍA 

En épocas de normalidad, Tucumán es una ciudad tan musical como religiosa. Esa característica se puede contemplar en las festividades. Las más populares son la representación de “La Pasión” en Semana Santa; la de San Cayetano el 7 de agosto; la de San Roque el 16 de agosto; y la de la Virgen de La Merced el 24 de septiembre. También se destacan los festivales musicales, como la Fiesta Atahualpa Yupanqui o la Fiesta Provincial de la Zamba, que se realiza todos los meses de octubre.

DATOS ÚTILES

CÓMO LLEGAR

Vía terrestre: San Miguel de Tucumán se encuentra a 1203 km de Buenos Aires; 307 km de Salta; 340 km de San Salvador de Jujuy; 838 km de San Juan; 767 km de Santa Fe; 590 km de Córdoba; 1190 km de Santa Rosa; 3818 km de Ushuaia; y 1784 km de Viedma. Se llega desde el sur por RN 9, RN 38 y RN 157; desde el este, por RN 34; desde el norte, por RN 9; y desde el oeste, por la RN 40. La estación terminal se encuentra frente al Parque Centenario 9 de Julio (Av. Brígido Terán y Bernabé Aráoz; Tel.: +54 381 5211491). Llegan las empresas Aconquija, Albatuc, Almirante Brown, Andesmar, Balut, Benjamín Aráoz, El Práctico, El Rápido, El Simoqueño, Argentina, Gutiérrez, Exprebús, Flecha Bus, La Nueva Estrella, La Unión, La Veloz del Norte, Nueva Chevallier, Río Paraná, San Juan, San Pedro de Colalao, Santo Cristo, T.A.C., Tafí Viejo, Tesa, Urquiza, Sierras de Córdoba, Vía Bariloche, Vosa y 7 de Julio. 

Por tren: Hay dos servicios semanales a Buenos Aires, desde la estación Mitre (Corrientes 1045; Tel.: +54 381 4309220). 

Vía aérea: Al Aeropuerto Internacional “Teniente Benjamín Matienzo”, a 9 km del centro, al este de la ciudad. Hay vuelos diarios a la CABA y con Córdoba. Dirección: Ruta A016, km 9. Cevil Pozo (T4172). 

ALOJAMIENTO

Como en todas las localidades importantes se ofrece diversidad de hospedaje, de acuerdo con las preferencias y las disponibilidades económicas: hoteles, residenciales, cabañas, aparts y casas. También hay variedad de campings privados y zonas libres.

ENTRETENIMIENTOS

Toda la zona posee un relieve agreste de las yungas y bosques que invita a la práctica de muy diversos entretenimientos y deportes como trekking, senderismo y cabalgatas, o a algunas actividades más agitadas como mountain bike, vuelos en parapente o ala delta. 

CLIMA

San Miguel de Tucumán posee clima subtropical, particularmente húmedo de octubre a marzo y muy seco en invierno. Ofrece veranos muy calurosos, otoños cálidos de día y frescos de noche, inviernos frescos y primaveras cálidas. La primavera es ideal para el ecoturismo y el deporte aventura. El invierno invita especialmente a conocer la ciudad y sus alrededores. 

GASTRONOMÍA 

Toda la provincia mantiene la impronta de la cocina autóctona, la indígena, y la española. En sus recetas abunda el maíz, con la característica central de contener fuertes condimentos, entre los que se destacan el pimentón y el ají. Los platos típicos son las empanadas de carne cortada a cuchillo, el locro, los tamales, la humita en chala, junto con la carne de cordero o de llama. Y son imperdibles los dulces, como los alfajores de miel de caña y los alfeñiques, clásicos del norte argentino.