Qatar: Entre el lujo, el futuro y la tradición

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Todo es extremo en el pequeño país del golfo Pérsico de solo tres millones de habitantes. Ciudades extraordinarias, playas alucinantes y la incomparable inmensidad del desierto.

Parece un apéndice pequeño pero sumamente codiciado, resguardado por las aguas del golfo Pérsico, que genios locos surgidos de lámparas mágicas incrustaron en la península arábiga. 

Una leyenda milenaria afirma que en Qatar todo es posible. Tal vez sea por su historia relacionada con los califatos. Tal vez sea por el tremendo esplendor actual de sus edificios majestuosos, horizontes supermodernos, emprendimientos que estremecen, atractivos imperdibles… Y por ser el horizonte turístico dominante en estos tiempos, que promete experiencias siempre muy intensas, íntimamente ligadas con el lujo extremo. O, si faltara algún otro argumento, por ser la extravagante sede del Mundial de Fútbol, en pocas semanas. 

Un pequeño país ubicado en el corazón del golfo Pérsico, con menos de tres millones de habitantes –el doble de la provincia de Tucumán–, pero con la mitad de su superficie. Una nación regida por una monarquía absoluta, gobernada por la familia Al Thani desde mediados del siglo XIX, que fue un protectorado británico hasta que logró independizarse en 1971. Un estado árabe resplandeciente con un exultante poderío económico por el rico subsuelo desbordante de petróleo y de gas natural, por su riqueza en perlas preciosas y por su comercio marítimo. El país de los contrastes, entre el lujo y la tradición. Posee una zona rural muy amplia, extensiones inmensas de desierto y una costa muy bella, prolongada y codiciada, repleta de paseos marítimos. Y su capital futurista, Doha, con una arquitectura sofisticada y ultramoderna, lujosa, mixturada con la tradición que atesora un territorio plagado de historias marineras. 

Uno de sus atractivos es el Aspire Tower, un rascacielos de 300 metros de altura y 50 pisos, en el corazón de la ciudad: “la antorcha de Doha” (fue erigido para los Juegos Asiáticos 2006). Buen lugar para comenzar un recorrido por Doha. O bien Souq Waqif (“el mercado de pie”), un sitio milenario reconvertido con su arquitectura original, en el que se puede reconocer la historia en artículos diversos como vestimentas y artesanías, con un polo gastronómico de primer nivel. Por sus terrazas, sitios predilectos para fumar la shisha, deambulaban beduinos y comerciantes de ganado. Miles de visitantes frecuentan sus galerías y hasta su teatro Al Rayyan. El Villaggio Mall es la otra cara del antiguo mercado: fenomenal shopping ubicado en la zona de Aspire, construido a semejanza de los canales venecianos, con centenares de locales que contienen marcas regionales y las más renombradas del mundo. 

La cultura de Medio Oriente también se puede disfrutar en la Biblioteca Nacional, con su millón de ejemplares, entre ellos, los principales textos históricos del país. Y, por supuesto, también en el Museo del Arte Islámico, enclavado en una bahía flotando en el mar con su malecón curvo, en el que se exponen verdaderas reliquias, algunas del siglo VII. Desde manuscritos hasta telas, pinturas, esculturas y otros objetos de cerámica, metal y vidrio, de muy alta calidad y que provienen de los diversos países del mundo árabe. El museo suele inaugurar un paseo marítimo tradicional, como el Doha Corniche, que luego de unos 7 km finaliza en el lujoso hotel Sheraton y tiene dos segmentos: uno, el parque y paseo de la Corniche Street, que se conecta con el distrito financiero de West Bay; y el otro, la zona gubernamental de edificios administrativos, con sus vistas a la bahía. En el Doha Corniche suelen celebrarse las fiestas qataríes, como el Día Nacional, cada 18 de diciembre: este año, la jornada coincidirá con la final de la Copa del Mundo.

Otro paseo imperdible es el de la Film City, una ciudad pequeña construida como una recreación de un pueblo árabe antiguo, que es habitualmente utilizada como set de filmación para ciertas películas: por caso, allí se rodó Transformers. Está ubicada en la península de RasAbrouq, a 80 km de Doha. 

Más cerca, en la laguna West Bay, está La Perla de Qatar, un archipiélago artificial sobre una superficie de 4.000.000 de metros cuadrados, con 32 km de costa y decenas de lujosos edificios ubicados en un arco circular, que contemplan más de 15 mil viviendas. Conviven con hoteles de cinco estrellas, centros comerciales, sociales y artísticos, y 13 islotes para otras muchas actividades. Debe su nombre a que en ese sitio preciso se realizaba la búsqueda de perlas. Una gran escultura, imponente, lo simboliza. 

Hay otros lugares muy turísticos, como el impresionante anfiteatro Katara Cultural Village, incluida una mezquita sobrecogedora. Así como el Al Thuraya Planetarium y el distrito cultural Msheireb Downtown con su atrayente museo. Son impactantes el Aspire Park y los parques temáticos Gondolandia, Al Bidda Park Jungle Zone, Al Khor Park, Dahl Hamam y el Oxigen Park.

MÁS ALLÁ DE DOHA

Además de su capital, Qatar presenta con orgullo otras ciudades muy atrayentes. Por ejemplo, Al Zubarah, con su fuerte, que es Patrimonio de la Humanidad, situado junto a la ciudad costera amurallada. Se trata de un lugar histórico que alberga palacios residenciales, mezquitas, casas con patios, calles, un puerto y un canal. A unos 105 km de Doha, el municipio de Madinat ash Shamal fue un importante centro para los comerciantes de perlas y otros mercaderes. Luego quedó casi en ruinas, fue abandonado y posteriormente resultó reciclado a pleno. 

Dukhan es una ciudad en el municipio occidental de Al-Shahaniya, unos 80 km al oeste de la capital, administrada por QatarEnergy, la agencia petrolera estatal del país. Un lugar emblemático porque allí se realizó el primer descubrimiento de yacimientos petroleros. La ciudad costera de Al Jor, al norte del territorio, a 50 km de la capital y con una población de apenas 30 mil habitantes, también es muy bonita y visitada, al tiempo que representa el hogar de muchos de los empleados de la industria del petróleo y de gas natural, debido a su proximidad con la zona industrial de Ras Laffan. 

Y como si fuera poco, Qatar tiene playas. Muchas y diversas. Quienes las recorrieron aseguran que las de Dukhan son inolvidables. Las mejores, las de Zekreet, Barzar y Uqair, con sus extensiones y mares de tonalidades turquesas.

Finalmente son imperdibles los safaris por los desiertos de arena, que pueden ser en confortables camionetas 4×4 que, de todos modos, prometen aventuras comparables con “una ensalada rusa de emociones” a pura adrenalina, como se anuncia oficialmente. Lo es también la posibilidad de realizar un safari de dune bashing. Hay quienes prefieren el contacto directo con la arena y en algún momento del recorrido se animan a deslizarse con un sandboard. Y desde ya, una experiencia extraordinaria será montar en camello y realizar el paseo por las dunas, algo habitual para los habitantes del Oriente Medio y que cada vez concita más adeptos entre los visitantes. 

Otra posibilidad es pasar una noche en el desierto, en el corazón de un campamento beduino: una experiencia singular en la que se observan las estrellas al tiempo que se escucha música tradicional, junto a una hoguera, mientras se prueban deliciosos platos típicos, desde los wraps y el té de Chapati y Karak, hasta los asombrosos mariscos frescos de Lawazar.

Otra recomendación pasa por una travesía para reconocer el Mar Interior de Khor Al Adaid. A solo 60 km de Doha, es una reserva natural reconocida por la Unesco. Un ecosistema que sirve de hogar para una fauna compuesta de especies como tortugas y dugongs, muchas de ellas amenazadas de extinción, así como extrañas aves regionales. El paisaje es increíble: las dunas se vuelcan en el mar tras llegar a la costa. Aseguran en Khor Al Adaid que “no hay otro sistema lagunar de este tipo en otras partes del mundo”. 

Qatar se asemeja a un apéndice resguardado por las aguas del golfo Pérsico. Posee playas extensas y muy diversas, bañadas por aguas de tonalidades turquesas
MONEDA E IDIOMA

La moneda oficial es el rial catarí. Como todo centro internacional de turismo, se maneja con la mayoría de las monedas y las tarjetas. El idioma oficial es el árabe, aunque un gran número de personas se comunican en inglés, francés y otros idiomas. 

Petróleo, riquezas y monarquía. Vale la pena reconocer y disfrutar el cenit turístico del momento.
UN VERDADERO HORNO

El clima de desierto se caracteriza por la presencia permanente del sol y de altas temperaturas. Las medias mensuales oscilan entre los 25 °C en enero y los 42 °C en julio. Es por ese motivo que el Mundial de Fútbol se realiza en una fecha inusual.