Sierras de la Ventana: Una comarca de ensueño

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En el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, la sierra de la Ventana le da el nombre a una comarca conformada por seis poblaciones de película. Cada una de ellas permite una íntima relación con la naturaleza, para todas las edades, los gustos y las posibilidades.

La sensualidad de las formas de los cerros solo le dan al visitante un elemento más, seguramente clave, decididamente necesario para que por cientos de kilómetros se sienta en una comarca que lo eleva, que lo transporta, que le brinda infinita paz y los más variados placeres provenientes de la naturaleza. Belleza impactante, formaciones de infinitos modelos como moldeados por el cincel de algún escultor surrealista. Sobre esas elevaciones de diferentes alturas que aparecen esculpidas en el horizonte serpentean hilachas de agua que bajan surcando por las rocas, que alimentan a arroyos y que, de repente, se convierten en inimaginables espejos absolutamente trasparentes. Todo está al alcance de la mano, entre pequeños bosques que abrazan y le dan cabida a un racimo de poblaciones de cuento, de diversa historia y tamaño, pero todas ellas unidas por la sierra y por esa sensible característica de estar generalmente muy bien instaladas, confortables y pensadas para el visitante. Tal vez, en algunos casos, alejadas de lujos, pero siempre tan acogedoras como las más atractivas. Además, claro, de la esmerada calidez de sus habitantes.  

Los lugareños le atribuyen esas características a la naturaleza. A la bella esencia de las sierras y de la historia de las poblaciones que integran la Comarca Turística de Sierra de la Ventana, que hace solo algunos años había adoptado la leyenda “¡Naturaleza, aventura y descanso absoluto!”. Todo allí gira alrededor de esa roca caprichosamente ahuecada por las erosiones de la naturaleza. “Llegar a la Ventana es llegar a la cima del paraíso”, también aseguran. 

Como en pocos sitios tan bellos, se mezclan el cielo y la tierra, el aire y el agua, lo verde, lo marrón, los infinitos tonos de la naturaleza. Esos paisajes desbordantes de elementos que se mixturan con el aporte extraordinario de un concierto de estupenda flora y fauna.  

El cerro Ventana, con 1136 msnm, es una de las cumbres de la provincia de Buenos Aires más altas, detrás del Tres Picos, que tiene 1238 msnm. Está enclavado en el imponente Parque Provincial Ernesto Tornquist, sobre la zona central del sistema de Ventania, también llamado de las Sierras Australes bonaerenses. Lo bordea la Ruta Provincial 76, a unos 100 kilómetros al norte de la ciudad de Bahía Blanca, en los dominios de la Estancia Funke. Está formado con rocas precámbricas que constituyen el basamento cristalino: tienen 480 millones de años de antigüedad. “La ventana” se trata de una formación natural establecida tras el derrumbe de una cueva en la cúspide del cerro. Tiene 9 metros de alto por 5 de ancho, le da el nombre al cerro, a la región, a la mística de la comarca. Invita a tomar coraje, y tratar de llegar hasta ese orificio atrapante, aunque, vale la aclaración, la aventura de arribar a la cima no es para cualquiera. Se trata de un trekking de alta dificultad, realizable únicamente con la colaboración de expertos guías. Quien se anime tendrá la enorme recompensa de tutearse con la magia. Su mirador comparte atractivos con el Cashuatí.

Otra opción menos complicada es ascender al “cerro del Amor”. Así se lo conoce, aunque su nombre oficial es, en realidad, cerro Ceferino. Se ubica cerca de Villa La Arcadia. En este caso el recorrido es corto y apto para toda la familia. Como también lo es el que llega hasta La Garganta Olvidada, tal vez menos espectacular, pero sin duda igual de recomendable. Se arriba a una preciosa cascada de 15 metros que no solo invita a un buen chapuzón, sino también a una pausa de descanso para seguir desarrollando un hermoso paseo serrano por el cauce de un arroyo, al que su frondosa arboleda le da un marco excepcional. Además, se recomienda prolongar la caminata hasta otra cascada, escondida por la naturaleza, denominada “Garganta del Diablo”. 

El cerro Bahía Blanca es otra alternativa para hacer trekking, accesible para toda la familia: se trata de un trayecto que se suele completar en una hora. La cima se encuentra a 739 msnm, lo que implica un esfuerzo moderado, pero con el magnífico regalo de paisajes alucinantes que van modificándose a cada metro. Eso hace que todo esfuerzo valga aún más la pena. Una de las muchas alternativas para completar este segmento de raid serrano es desandar el sendero Claro Oscuro, también muy accesible.

Para quienes buscan disfrutar de un paseo natural, la Comarca Turística de Sierra de la Ventana es una opción ideal.

CERCA DEL CIELO

La sierra de la Ventana le da su propio nombre a la comarca que está conformada por poblaciones de película. La más reconocida es, justamente, Sierra de la Ventana; y también están Tornquist (la cabecera del partido), San Andrés de las Sierras, Villa Ventana, Villa Serrana la Gruta y Saldungaray. Todas ellas le sugieren al turista un universo de alternativas para recorrerlas y para imbuirse de la inigualable paz que brinda la naturaleza del Parque Provincial Ernesto Tornquist. 

Para quienes buscan un excepcional paseo natural a solo 550 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, la localidad de Sierra de la Ventana es una opción ideal. Fundamentalmente porque ofrece todos los atributos de confort. Esto es, una gama de alojamientos para todos los gustos y los bolsillos, como así posibilidades de campamentos. Y su oferta gastronómica es amplísima, más allá de fiambres, quesos y chacinados que hacen honor a la fama absolutamente merecida que tiene la región. El centro cívico está colmando de comercios, galerías, paseos de compras y feria de artesanos. En realidad, muchos de los visitantes la prefieren para hacer base y, luego, trasladarse para desarrollar actividades al aire libre como ecoturismo y, por qué no, pesca con mosca de truchas arco iris. Las posibilidades de trekking o cabalgatas por las sierras son realmente infinitas.

El Museo del Mate representa uno de los paseos casi obligados: se trata de un emprendimiento familiar ubicado en la ruta de ingreso a Sierra de la Ventana. Hay más de mil modelos de mates de todas las regiones argentinas, recopilados casi artesanalmente, con diseños, materiales y formas de lo más variadas. Un recorrido por la laguna Las Encadenadas puede ser el complemento ideal para una tarde apacible.

La localidad que se encuentra más próxima al cerro es Villa Ventana, a nueve kilómetros. Parece abrazada por el cauce de dos arroyos, el Belisario y Las Piedras. Es recomendable para hacer un viaje a la armonía de los sentidos, con sus suaves lomadas, sus callecitas de piedra, escasamente iluminadas, pero intensamente forestadas, desde donde se puede observar buena parte de los cerros más altos de la región. Se encuentra a solo 17 km de la localidad central de la Comarca, con una altura sobre el nivel del mar de 450 metros. En Villa Ventana, todos los eneros se celebra la Fiesta Provincial de la Golondrina, que desborda de alegría y buenos espectáculos culturales y sociales durante dos jornadas. 

En la pintoresca Plaza Enrique Tornquist, en la ciudad de Tornquist, se destaca la Iglesia Santa Rosa de Lima.

Villa Serrana la Gruta, por su parte, se presenta como una variante moderna y muy interesante, con la característica del blanco de sus construcciones que la hace particularmente llamativa y bonita. Muy cerca de allí se encuentra el Santuario Nuestra Señora de Fátima, a solo tres minutos de la base del cerro Ventana. Otra población también nueva, pequeña y sumamente pujante es San Andrés de la Sierra, que fue erigida de frente al cordón serrano, una característica muy particular que la convierte en una especie de vigía de la naturaleza.

La región es de especial belleza. En 1937, Martín Tornquist donó parte de sus propias tierras, unas 3228 hectáreas, a las que se añadieron otros terrenos hasta completar las 6700 hectáreas actuales que conforman la superficie del parque nacional. El deseo de su mentor fue el de preservar la característica natural de la zona, advertido además del ambiente de pastizal pampeano, donde se destaca el llantén como exponente de su flora y la iguana de cobre que representa su fauna.

Además, en la región hay pinturas rupestres de más de 1500 años de antigüedad. El Parque Provincial Tornquist incluye a la Reserva Natural Sierras Grandes, que a su vez posee un importante bagaje histórico, antropológico, biológico, geológico y arqueológico, fundamentalmente en los cerros El Vavacuá, que se eleva a 980 msnm, y también en el cerro La Carpa, 80 metros más alto. Lo surca la RP 76, y por esa arteria se puede llegar al Establecimiento Rural Sierras Grandes, que tiene un servicio de visitas guiadas para observar la cría de ganado implementando usos sustentables de los pastizales.

Un paseo inolvidable que claramente combina del mejor modo la paz, la tranquilidad y el disfrute. Una conexión tan intensa con la naturaleza que difícilmente sea olvidada por quien transite por esta zona. 

EL MEJOR VINO

En los últimos años también creció la posibilidad de degustar vinos propios de la zona, con una condición que los caracteriza: su particular uva que los hace fuertes, potentes, sabrosos, propicios para paladares exigentes. Los que saben aseguran que ese sabor se obtiene aunando las bondades de la tierra con sus aguas que bajan de los cerros trasladando ciertos minerales. Y, por supuesto, mucha magia…

EL MEJOR CLIMA

Templado y húmedo. Durante el invierno, se incrementan precipitaciones y heladas sobre las laderas orientales en ambas regiones serranas. En verano crece notablemente la temperatura por las tardes, superando en muchos casos en promedio los 33º. La temperatura media anual es de 13,7 ºC. Por lo tanto, la recomendación es la de llevar ropa liviana y deportiva, por supuesto sin omitir algún buen abrigo.