Poné a Francella

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A principios de este mes llega a los cines La extorsión, la última película protagonizada por Guillermo Francella. Esta es una buena oportunidad para hablar de su carrera cinematográfica.

Con 68 años, Guillermo Francella se erigió como uno de los actores más convocantes del medio (televisión, streaming, cine, teatro, etc.). Para llegar a eso recorrió un largo camino que comenzó en la década del 80 en la televisión, con programas como De carne somos (1988) y La familia Benvenuto (1991), que fueron los que lo colocaron en el trono de uno de los mejores cómicos. Sus primeras películas fueron también de este género: El telo y la tele (1985), Brigada explosiva (1986) y Camarero nocturno en Mar del Plata (1986), por ejemplo. Su éxito en la pantalla chica hizo lo suyo y enseguida fue encasillado. Fue así como participó de la saga de Los bañeros más locos del mundo y Extermineitors, y cambió un poco su perfil con comedias más familiares con Un argentino en Nueva York (1998), Papá es un ídolo (2000) o Papá se volvió loco (2005). 

El camino en su carrera parecía sellado para siempre en la comicidad, pero su sorprendente interpretación de Pablo Sandoval en la ganadora del Óscar El secreto de sus ojos (2009) marcó otro registro en su trabajo. Su caracterización dejó a más de uno con la boca abierta, y cómo le dio vida a su personaje terminó por sellar su performance. Ese papel y anteriormente su participación en la película Rudo y Cursi, del mexicano Carlos Cuarón, posibilitaron que al actor se le abrieran otras oportunidades y que fuera considerado para otros roles. Estuvo en Los Marziano (2011) bajo las órdenes de Ana Katz, algo que nadie hubiese imaginado en su futuro. Junto a Nicolás Cabré protagonizó el policial Atraco (2012), basado en hechos reales, en donde tenían que recuperar las alhajas de Eva Perón. Con Inés Estévez se atrevió al drama romántico en El misterio de la felicidad (2014) y, un año más tarde, perturbó a todos con un nuevo cambio de look para ponerse en la piel de Arquímedes Puccio en El clan (2015). Allí fue el padre de una de las familias más violentas de la historia criminal de nuestro país. Bajo la dirección de Alejandro Maci, se reunió nuevamente con Luisana Lopilato tras Casados con hijos (2005-2006) para trabajar en la adaptación de la novela de Adolfo Bioy Casares Los que aman odian (2017). En Animal (2018), de Alejandro Bo, fue un hombre desesperado capaz de cruzar cualquier límite para conseguir lo que quiere. No podemos dejar de mencionar a su inescrupuloso dealer de arte Arturo de Mi obra maestra (2018) y al ladrón de bancos Mario Vitette en El robo del siglo (2020), otro rol en que tuvo que componer a una persona real.

Francella siempre será Francella, y una sonrisa, un gesto, una mirada o incluso una expresión suya ya son suficientes para hacer reír a la gente. Pocos actores tienen ese poder sobre su público, por eso es muy valiente el giro que le dio a su carrera. Bienvenido ese cambio y que sigan llegando los retos.