Karina Hernández

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“Es muy loco estar arriba del escenario, mirar para el costado y que no haya nadie que te sostenga la mirada”, dice Karina Hernández, quien, por primera vez en sus veinte años de carrera, se enfrentará a un unipersonal. “También, es un desafío personal enorme, porque me hace salir de mi comodidad de actriz, estar atenta y alerta todo el tiempo. Es muy interesante, es al mismo nivel la excitación y el miedo que tengo”, agrega a días del estreno de Si salís con vida. 

Asegura que es una pieza “preciosa” y que plantea una reflexión sobre cómo las personas en la actualidad andan por la vida como autómatas sin preguntarse el porqué de la existencia o acerca de las necesidades del otro. Aclara que la obesidad no es el eje de la obra, pero que igualmente la atraviesa: “Es porque soy gorda, entonces soy yo actuándola con este cuerpo, que es mío y, por tanto, está en escena todo el tiempo”. 

En ese sentido, lamenta que la ficción argentina aún no elija como protagonistas a cuerpos no hegemónicos. “Tenemos tanto en esta industria, y tan bueno, que me da pena que las historias estén contadas para pocos. No llegó aún el momento de este cambio. En la Argentina es más una cuestión de completar el cupo marrón, trans o gordo para no quedar mal, pero no se están contando historias para esas personas”, sostiene.

  • ¿Una obra que recomiendes? 

Suavecita, de Martín Bontempo.

Si salís con vida

Una reflexión sobre el mundo que habitamos y la realidad que venimos creando en él. 

A partir del 13 de febrero, todos los martes, a las 21, en NÜN Teatro Bar, Juan Ramírez de Velasco 419, Buenos Aires.