La cultura de la nostalgia

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En los últimos años, comenzó a haber como una reivindicación de las décadas pasadas, moda que se vio reflejada rápidamente en las series. En esta nota, un repaso de todas las que nos dan un vistazo al pasado.

«Todo tiempo pasado fue mejor”, reza la famosa frase. Es muy probable que eso no sea así, pero sí es cierto que en los últimos años se ha ido gestando una “industria de la nostalgia”, por llamarla de alguna manera, en casi todos lados. Es una moda, claro está, pero es una fuerte y que parece que va a tardar bastante en irse. En lo que tiene que ver con el espectáculo, hace rato que el cine viene haciendo remakes de clásicos de décadas pasadas (en su mayoría sin que funcionen muy bien) o films que se desarrollan en esos años dorados llamados “los 80”. La industria de la televisión –o las plataformas digitales– sí le encontró la veta y pueden gastar sus recursos en hacer series cuyas tramas estén ambientadas en esas épocas. Una película dura algunas horas, una serie varias temporadas. La nostalgia se vende mejor en capítulos, claramente.
No caben dudas de que el estandarte de todos estos programas es Stranger Things (2016-), que el mes pasado estrenó su tercera temporada. El show no solo está pensando para que se desarrolle en los 80, sino que además es un mix de homenajes al cine, la literatura y la música de esa década (Steven Spielberg, Stephen King, John Carpenter). Además, tiene referencias todo el tiempo por todos lados. Narcos (2015-2017), que trata sobre los esfuerzos de las autoridades para acabar con Pablo Escobar y el cartel de Medellín, combinó los 80 con otro tema que siempre funciona bien: los narcotraficantes y sus excesos.
Tiene una secuela, Narcos: México (2018-), que habla sobre el ascenso al poder del cartel de Guadalajara. Hay que decir que, años antes, la serie colombiana Pablo Escobar: El patrón del mal (2012) había demostrado lo exitoso de la temática. En el rubro comedia tenemos a American Wet Hot Summer (2015), que narra las aventuras de un grupo de jóvenes en el campamento Firewood en el verano de 1981. Hace poco estuvo en boca de todos la miniserie Chernobyl (2019), que contó con lujo de detalles lo ocurrido en 1986 en la explosión de la planta nuclear. The Americans (2013-2018) trata sobre espías rusos infiltrados en los Estados Unidos, simulando ser una familia común y corriente, en plena era de la presidencia de Ronald Reagan. En Halt and Catch Fire (2014-2017) se muestra cómo fue la revolución tecnológica en los 80 a través de los ojos de un visionario de los negocios, un ingeniero y un prodigio. La enigmática Dark (2017-) comienza con la extraña desaparición de dos niños que desvela un retorcido misterio que viene desde hace décadas. Sí, hay viajes en el tiempo y tenemos secuencias en el pasado.

“En la Argentina algunos programas también apelaron a contar historias del pasado”.

GLOW (2017-) es una comedia sobre luchadoras de catch en Los Ángeles de la década del 80. Imprescindible para ver. Otro de los ejemplos que tenemos es Hap and Leonard (2016-), una serie basada en las novelas de Joe R. Lansdale que narra cómo dos amigos (uno un exconvicto blanco y el otro un veterano de Vietnam, negro y abiertamente homosexual) tratan de evitar los problemas en el Texas de los 80. De la televisión germana también salió Deutchland 83 (2015), sobre un espía de Alemania Oriental que se infiltra en el ejército de Alemania Occidental. Por el lado del terror, tenemos Dead of Summer (2016-2019). Año 1989: la escuela cierra durante las vacaciones y los chicos van al campamento de verano, en donde serán aterrorizados por una oscura y ancestral entidad mitológica. Para terminar, no podemos no nombrar The Toys That Made Us (2017-), un programa
documental que se dedica a mostrar quiénes fueron los creadores de icónicas franquicias de juguetes y cómo las desarrollaron. Imperdible.
Por su parte, en la Argentina hubo algunos programas que también apelaron a contar historias que reflejaban el pasado. La trama de Graduados (2012) comenzaba en la fiesta de egresados de unos adolescentes en 1989, y cada tanto había secuencias de flashbacks que aportaban a la historia principal. Después hay ficciones que recorrieron diferentes épocas, como Cuéntame cómo pasó (2017), que seguía a una familia y la realidad política del país entre 1974 y 1983.
Historia de un clan (2015) retrataba el raid criminal de la familia Puccio en los 80. Sandro de América (2018) repasaba los inicios de El Gitano llegando hasta su época de gloria. Algo similar pasa con Monzón (2019) y se espera lo mismo con Sueño bendito, la serie que se viene sobre Diego Maradona. Como todo lo que pasa en la televisión –y en el cine también–, esta moda pasará y pronto los realizadores y las productoras centrarán su atención en el próximo negocio que les dé dinero rápidamente y de forma efectiva. Más allá de eso, dar un salto al pasado es siempre volver a un lugar en donde las preocupaciones no existían y el mundo era algo visto con ojos inocentes. De vez en cuando, no está mal darse una vuelta por ese lugar tan cálido y lleno de buenos recuerdos, ¿no?

ADN SOBRE SERIES AMBIENTADAS EN EL PASADO

• Cada show debe saber aprovechar el factor nostálgico del público, y para ello apuntar a los temas que le den rédito.
• Las tramas que más se utilizan son las que implican primeros amores, el paso de la infancia a la adolescencia, aventuras del grupo de amigos.
• Cuantas más referencias a esos años pueda tener la serie, mejor: música, vestimenta, cine, televisión, cómics, modos de hablar, videojuegos, etc.
• El combo perfecto es tratar de construir una trama que toque los temas de actualidad, pero vistos desde la óptica de esos años.