Magui Bravi tiene sus objetivos claros. Quiso que el país supiera que era bailarina y logró mostrar sus aptitudes en televisión y teatro. Luego, decidió colgar las puntas para dedicarse a la actuación y su nombre figuró en marquesinas teatrales y largometrajes, como ¿Qué puede pasar? “Los trabajos me fueron llevando a mostrar la actriz. Me llamaron para el teatro y ahí me redescubrí a mí misma, entendí que podía ser un oficio a largo plazo. Entonces me seguí formando para buscar nuevos caminos, sabía que la bailarina no iba a acompañarme siempre. También, como soy muy exigente conmigo, iba a bailar hasta que lo pudiera hacer de manera perfecta, si no, no. Ahí vi que la actriz me podía durar toda la vida”. Asegura que su próxima meta es un protagónico: “Cada vez voy intentando papeles nuevos y más grandes. Me siento preparada para encarar uno principal”.
Este mes se estrena Panelista, proyecto al que se sumó “porque era un elenco muy tentador, no había trabajado con ellos”, cuenta refiriéndose a Florencia Peña y Favio Posca, entre otros. Además, adelanta que su papel es muy divertido. “Disfruto mucho de participar de la búsqueda de cada personaje, lo previo, el ensayo, el color que va a tener”. Por eso se inclina por directores que le sepan trasmitir lo que quieren de ella para contar la historia y que tengan apertura para recibir ideas.
¿La última película que viste?
El Ángel, de Luis Ortega.
¿Una que recomiendes?
El perfecto asesino, de Luc Besson; y El cisne negro, de Darren Aronofsky.
Panelista
Dos panelistas de un programa de espectáculos, Ricardo Toledo y Marcela Robledo, quieren dar su gran salto. Ella consigue una primicia sobre el galán de la TV que podrá cambiar su situación, pero Toledo querrá robársela. Sin embargo, cinco minutos antes del aire, por defender su noticia, Robledo mata a su compañero y su cadáver queda en el camarín, mientras “la bomba mediática” deja a todos boquiabiertos.
Estreno: 7 de febrero.
