Papá por siempre

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A lo largo de los años, las series familiares han retratado a los papás de distintas maneras. Muchos de ellos se han convertido en íconos de algunas generaciones, y no siempre por su bondad y sabiduría. Repasamos los mejores padres que nos dejó la pantalla chica.

Por Leonardo González

No todo el mundo sabe el origen del Día del Padre y, de hecho, existen varias hipótesis al respecto cuyo eco más fuerte está dado por una razón comercial. Según el país en donde se haya nacido, la celebración cambia de día, y hasta en algunos lugares de significado. Lo que también es interesante en torno a la figura, es cómo se retrató el rol del padre en la televisión a medida que pasaron los años. Lo bueno es que los programas viejos se pueden encontrar y volver a ver, y eso nos permite advertir el cambio constante y la evolución que tuvo la sociedad con los años.
Uno de los primeros padres icónicos fue Jim Anderson (Robert Young), de Papá lo sabe todo (Father Knows Best, 1954-1960). Jim trabaja y todas las noches regresa a su casa para lidiar con los típicos problemas de su familia. Jim es sabio, comprensivo y tiene siempre el consejo apropiado. Otro es Ben Cartwright (Lorne Green), de Bonanza (1959-1973). Es viudo y dueño del impresionante rancho La Ponderosa. Tiene tres hijos, cada uno de una esposa distinta, y todos de personalidades diferentes. Este western se dedicaba a retratar la relación entre cada miembro de la familia. La familia Ingalls (Little House on the Prairie, 1974-1983) tuvo a uno de los padres más emblemáticos: Charles Ingalls (Michael Landon). Bueno, trabajador, comprensivo. Él, su esposa Caroline y sus tres hijas se mudaban a una pequeña granja en busca de un mejor futuro. La serie mostraba las experiencias familiares en esa comunidad. A fines de los 70, en la pantalla había padres de la talla de Philip Drummond (Conraid Bain), de Blanco y negro (Diff’rent Strokes, 1978-1986). Drummond era un “papá del corazón” que le había prometido a su ama de llaves que cuidaría de sus hijos cuando ella muriera. Es así como adopta a Arnold y Willis, se los lleva a vivir a su departamento de Park Avenue y los presenta como sus hijos. Todo un cambio de paradigma para la época. Lazos familiares (Family Ties, 1982-1989) presentaba a Steve (Michael Gross), un hombre que vivió los idealistas y gloriosos años 60. Se casó con Elyse y tuvieron tres hijos. Pero luego, en plena década del 80, deben lidiar con sus hijos, que rechazan la contracultura de esa década y son ultraconservadores. En tiempos modernos tenemos exponentes más “humanos”, si se quiere, con tantos defectos como virtudes. Es el caso de Tony Soprano (James Gandolfini), de Los Soprano (The Sopranos, 1999-2007), un capo mafia que es capaz de cometer los crímenes más atroces por el bien de su familia.

Lo interesante es cómo se retrató el rol del padre a medida que pasaron los años.

Peligroso, sanguinario, pero con un amor férreo por los suyos. Walter White (Bryan Cranston), de Breaking Bad (2008-2013), primero aparece como un responsable profesor de química, respetuoso de la ley, hasta que le diagnostican un cáncer terminal. Con tal de dejar a su familia con un buen pasar económico una vez que muera, Walter se dedica a producir metanfetaminas de máxima calidad. Por último, vamos a quedarnos con Mitchell (Jesse Tyler Ferguson) y Cameron (Eric Stonestreet), de Modern Family (2009-). Esta pareja, que adopta a una niña vietnamita, es una de las tres en las que se focaliza la serie. Matrimonio igualitario, adopción, integración racial, este programa tiene todo para mostrar.

LOCALES
En nuestro país el formato serie no fue tan popular como las telenovelas, las comedias costumbristas o los unitarios. Pero aún así se puede ver la evolución de la figura paterna a través de los años. Uno de los primeros, y que marcó toda una época, fue el que encarnaba Pedro Quartucci en La familia Falcón (1962-1969). Conservador, firme y un modelo a seguir. Un poco más acá en el tiempo estaba don Carmelo (Adolfo Linvel), de Los Campanelli (1969-1974). Familia “tana”, de clase media con hijos en ascenso social. En los años 90, aparecería otra con las mismas características, pero más osada: Los Benvenuto (1989-1995). La televisión argentina tuvo no uno, sino dos padres que debieron cuidar a sus hijos al quedar viudos. Uno fue Maximiliano (Norberto Suárez), de Papá corazón (1973), que quedaba al cuidado de su hija “Pinina” (Andrea del Boca). Y, el que no puede faltar, don Arturo (Arturo Puig), que cuidaba de sus tres “chancles” en ¡Grande, pa! (1991-1994). Cada una con sus distintos problemas, según su edad. Más cerca en el tiempo tenemos a Pepe Argento (Guillermo Francella), de Casados con hijos (2005-2006), con un retrato satírico de un varón del nuevo siglo. Por último, podemos nombrar a El Chori (Luciano Castro), Nacho (Joaquín Furriel), Franco (Luciano Cáceres) y Mauro (Peto Menahem) de Sres. Papis (2014), en donde cada uno encarnaba a un modelo diferente y con distinta forma de relacionarse con sus hijos.
Como casi siempre pasa, la televisión y el cine son el fiel reflejo de las tendencias que atraviesa la sociedad.

ADN SOBRE PADRES TELEVISIVOS

– En las series más viejas era el padre el que trabajaba y llevaba el dinero a la casa. Estaba en otro “plano” y generaba muchísimo respeto (se le decía “señor”).
– Con el cambio de rol de la mujer en la sociedad, los papás se ven menos rígidos e impenetrables. Se acercan más a los quehaceres familiares, atienden a sus hijos y hasta se hacen cargo de su crianza.
– Un par de décadas atrás, se comienza a ver la conformación de nuevas familias. Los homosexuales, las madres y los padres solteros crían sus propios hijos y dejan de ser mal vistos.
– Los padres de shows recientes son problemáticos, absurdos, necios, irresponsables, egoístas o ridículos, ya sea por el propósito de la comedia o del drama, según cuál sea el caso.