Luis Ziembrowski

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Pasaron muchos años sin que Luis Ziembrowski viera a su padre, ausente durante su infancia. El día que fue al reencuentro con él, llevó una cámara para grabar las conversaciones y sensaciones de aquel momento, desconociendo que ese registro se convertiría en el documental El villano. “Después de un tiempo, pude ir a abordar el material, como si hubiera estado guardado en una valija vieja y desde allí me gritara sordamente ‘Sacame de acá, qué hacemos’. Cuando fui a buscar los mini-DVD, algunos ya habían sido regrabados encima”, dice el actor. Así, entrelazó estas imágenes con charlas con sus hermanas y la reconstrucción ficcional de algunas escenas de su historia familiar que creía de una manera, pero que en realidad habían sido de otra.  

A medida que se adentraba en estos recuerdos fragmentados, detectó que su papá pertenecía al mundo del hampa, entonces se preguntó si tal antecedente tendría alguna conexión con su inclinación a interpretar a los malvados. “De todas maneras, soy un villano vulnerado. No tengo esa sensación de poder destruir todo alrededor”, aclara. 

Después de casi una década de trabajo, el proceso llegó a su fin, sentía la necesidad de cerrar y juntar los pedazos de memoria que había recogido. “Es liberador, es reparador y también es una película, lo que me deja orgulloso de que no sea solo una cabalgata narcisista”, comenta. 

¿Una película que recomiendes? 

Cuando acecha la maldad, de Demián Rugna.

EL VILLANO

Cuando era muy chico, su padre formó una banda delictiva, fue detenido y abandonó la familia. Motivado en reconstruir ese pasado, indaga en la memoria de sus parientes mientras se pregunta si tanto él como su padre no son meros simuladores. Una emotiva película autobiográfica.
Dirección: Luis Ziembrowski y Gabriel Reches.