Simone, como Nadia y Carola

0
20
Osvaldo Wehbe.

Carola era un rubiecita que competía en gimnasia artística representando a nuestro colegio secundario. Era un poco más grande que los de nuestro curso y un mito viviente en la escuela, en una edad de pura ilusión, inocencia y fantasía. Nuestros quince años tenían mucho de eso. Y si Carola entrenaba en el gimnasio cubierto del colegio a la misma hora de nuestra clase de Educación Física, tratábamos de dejar en tandas, el partido de handball o fútbol para espiarla y enamorarnos a morir.

Por esos tiempos, la película Melody nos llevaba de las narices al cine para mostrarnos el amor de dos chicos de esa edad. Y Carola se nos representaba la Tracy Hyde de nuestro lugar en el mundo. Tracy era la actriz de Melody.

Tiempo después, la figura de Nadia Comaneci en los Juegos Olímpicos de Montreal, en 1976, fue comentario de los que aún nos juntábamos finalizado el secundario, a charlar de bueyes perdidos, y concluíamos en la fantasía de que era nuestra Carola, versión rumana.

A ese estilo refinado de Nadia, con todas las medallas colgadas en su cuello de tanto asombrar y ganar, en aquella década, le han sucedido otras gimnastas maravillosas.

Parece que el hoy de Simone Biles se le pone a la par. Con otro cuerpo, con más fuerza y con una fascinación para los entendidos y el público en general extraordinarios.

Simone Arianne Biles nació Ohio en 1997, y en los tiempos del campeonato mundial de gimnasia artística que se está desarrollando en Stuttgart, Alemania este mes, la figura de Biles aparece como la estrella a mirar, la figura a seguir. Y es que Biles, con sus 19 años, 1,45 metros y 47 kilos, había revolucionado el mundo de la gimnasia artística.

Concluyó su participación en las Olimpíadas de Río 2016, con cuatro medallas de oro en las pruebas de suelo, salto, general individual y general por equipos, lo que ninguna mujer de EE. UU. había conseguido hasta ahora.

A estas victorias se sumaron 10 títulos mundiales. Pero no quedó todo ahí.

Biles, que tuvo una infancia realmente dura y triste (debieron adoptarla sus abuelos, debido a la adicción al alcohol de su madre y al abandono de su padre), llegó a sorprender nuevamente en agosto de este año cuando en Kansas, en el campeonato nacional de EE. UU., se convirtió en la primera mujer en hacer un triple doble en la prueba de piso de gimnasia artística. Un día antes, se había despachado con otro movimiento jamás antes visto, para bajarse de la viga de equilibrio: una doble voltereta y un salto mortal doble. Increíble y grandioso. Recomendable para ver en las redes.

Por ganar todo en el mundial en Alemania y con la mira en Tokio 2020, Simone Biles sigue rebotando, haciendo equilibrio y saltando como ninguna. A los 22 años va camino a convertirse en un mito, hasta cuando su potencia de piernas y su flexibilidad digan basta.

Por lo pronto, es bueno disfrutarla, como lo hacíamos en la tele en blanco y negro con Nadia Comaneci, y, por supuesto, en las clases de gimnasia cuando entrenaba nuestra Carola. 

Ilustración: Pini Arpino