Tandil y Sierra de la Ventana:
Conexión natural

0
11159

Durante todo el año, la sierra bonaerense ofrece una alternativa de extraordinaria serenidad, con multiplicidad de formas y colores, para realizar un profundo contacto con la naturaleza en un entorno de armonía, paz y belleza deslumbrante.

Por: Ricardo Gotta
Fotos: Turismo Tandil/Sierra de la Ventana

Belleza impactante, cerros de escasa altura como esculpidos en el horizonte, espejos de agua y arroyos que los surcan como sutiles arterias, pequeños bosques que les dan cabida a poblaciones muy bien instaladas, confortables y pensadas, normalmente alejadas de lujos, pero tan acogedoras como las más atractivas. La calidad de una atención esmerada y amigable. Todo eso se encuentra en Tandil y Sierra de la Ventana, que están separadas 337 km entre sí, enlazadas por la RP 74, la RN3 y la RP 72,y con localidades cercanas como Coronel Pringles, Coronel Suárez, Tres Arroyos, González Chávez, Benito Juárez y Laprida, que forman un rombo de extraordinaria producción agropecuaria.
Tandil y la zona de Sierra de la Ventana representan un conjunto para disfrutar. En esa unión imaginaria, constituyen un extraordinario circuito turístico, especialmente para el verano, pero de ninguna manera vedado para el resto del año. La belleza de la naturaleza y la inmensa paz de sus rincones atraen principalmente para desarrollar actividades de esparcimiento, aventura y relax, seductoras jornadas de cabalgatas, trekking de montaña, senderismo, travesías en 4×4, mountain bike, pesca de truchas. Completan la oferta recorridos por museos u otros sitios históricos, el profundo recogimiento por paseos religiosos, el atractivo de las ferias de artesanos, visitas a estancias centenarias o el disfrute en sus ciudades de la variedad de restaurantes, bares, casas de té, cervecerías, pastelerías regionales, paseos de compras, siempre con una oferta de alojamiento para todos los gustos, las exigencias y los bolsillos.

Las esculturas de Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza se complementan con una increíble vista al Lago del Fuerte.

Más allá de la piedra
A pesar de que el 29 de febrero de 1912 esas 300 toneladas de piedra que hacían un curioso equilibrio sobre un vértice redondeado cayeron misteriosamente partiéndose en tres para reposar en la ladera del cerro, la Piedra Movediza siempre fue un ícono de Tandil, el epicentro serrano turístico del centro de la provincia de Buenos Aires. Y volvió a serlo aún con más fuerza en 2007, cuando durante el Gobierno nacional se decidió darle un renovado empuje a la región y, como símbolo de ello, se erigió una réplica exacta de la piedra original que fue ubicada en el mismo lugar con un sistema especial para que no vuelva a caerse. Desde entonces, el predio se denomina “Parque Lítico La Movediza”. Hasta allí se llega por la calle Misiones, tras recorrer la Dante Alighieri y la avenida Intendente José Emilio Lunghi, desde el centro mismo de Tandil, una ciudad que estremece por el enorme crecimiento que tuvo en las dos últimas décadas.
En el paseo por el cerro Centinela, por su parte, se mixturan la recreación, el descanso, la educación y la gastronomía en un entorno de naturaleza deslumbrante. Se nutre de la historia de la Piedra India, una gran roca de miles de años, enhiesta, en equilibrio sobre otra que le sirve de base. Se cuentan miles de leyendas de su formación geológica, incluso la que la vincula al amor de dos indios, la aversión a esa relación de sus dos familias y la consecuente muerte de ambos, petrificados. Se puede llegar a su pie por una aerosilla, en un extraordinario viaje de 1260 metros, en el que se admiran los pinares plantados a mano por Luis Cerone y su familia, lagos con peces de colores, antiguas canteras y parte del sistema serrano Tandilia.

El Palacio Municipal durante el lanzamiento de la temporada de verano.

El Monte Calvario, junto al vía crucis con sus 14 grupos de esculturas ilustrando las estaciones -el tercero en importancia a nivel mundial-, configura el turismo religioso de la zona. También se encuentra el Cristo en la Cruz, una réplica fiel del de la localidad francesa de Bretaña que se inauguró el 10 de enero de 1943. El raid debería pasar por el Cristo de las Sierras, la capilla de Santa Gema y la parroquia del Santísimo Sacramento.
Al regresar a la ciudad, tal vez lo mejor sea recorrer las viejas pulperías o los almacenes de ramos generales, con su gran diversidad de quesos regionales, salames, salamines y otros embutidos que tienen el prestigio de ser los más ricos de la Argentina. Incluso se enseña el proceso de fabricación. El entorno renueva la nostalgia por su mobiliario, con cajas registradoras y elementos campestres de vieja data.
Hay una larga lista de variantes para el turista, como el Club de Planeadores de Tandil y sus célebres vuelos a vela. El Club de Paracaidismo resulta el sitio ideal para un salto de bautismo. También, recorridos por las múltiples estancias o por los museos y edificios históricos: el Fuerte Independencia, el Museo Municipal de Bellas Artes, el de Vehículos de Época, el Palacio Municipal de Tandil. Una visita a la Reserva Natural Sierra del Tigre, la plaza Independencia, el monumento a Don Quijote o el Parque del Centenario, una vuelta por el lago y dique del Fuerte, son otras de las opciones.
Y, por supuesto, el monumento a Pappo, en el que se ve al célebre roquero sentado en su moto. Fue inaugurado en 2015 en la calle Saavedra Lamas al 7000. Una particular obra realizada por artistas de Cultura Vallese, con hierros donados por vecinos de la ciudad.

La Piedra Movediza, otro ícono tandilense, se derrumbó en 1912 y fue repuesta en 2007. Pesa 300 toneladas.

Una ventana a la paz
La denominada comarca turística de Sierra de la Ventana, 100 km al norte de Bahía Blanca, se constituye por las localidades de Sierra de la Ventana, Tornquist (la cabecera del partido), San Andrés de las Sierras, Villa Ventana, Villa Serrana la Gruta y Saldungaray, todas con particularidades y distintos atractivos, junto al muy especial Parque Provincial Ernesto Tornquist.
Justamente, ese parque está enclavado en la zona central del sistema de Ventania o Sierras Australes bonaerenses. En 1937, Martín Tornquist donó parte de sus tierras con el fin de preservar la belleza de la zona y el ambiente del pastizal pampeano, su flora –como el llantén y la iguana de cobre–y pinturas rupestres de más de 1500 años de antigüedad. Son unas 3228 hectáreas, a las que luego se añadieron otros terrenos, hasta llegar a las 6700. Se encuentra en el km 220 de la RP 76.
En Sierra de la Ventana se conjugan los infinitos tonos de verdes mezclados con los murmullos de las corrientes breves y los sonidos de la naturaleza silvestre resaltados en sentidos, paisajes, tradiciones y aventura. Son muchas las opciones. El cerro Tres Picos, con sus 1239 metros, brinda una vista inigualable de los cordones de las sierras Australes. Se encuentra en la Estancia Funke y reúne uno de los circuitos de trekking más interesantes. El mirador del Casuhatí es un pequeño pero atractivo cerro frente al mirador del cerro Ventana. Se recomienda el ascenso al cerro Ceferino, también llamado “cerro del Amor”, una recorrida corta y apta para toda la familia, en Villa La Arcadia; y la Garganta Olvidada, un paseo serrano sobre la base del Ventana, en el cauce de un arroyo y su frondosa arboleda, para acceder a una cascada de 15 metros. Por supuesto se pueden realizar tours privados de excursiones y campamentos.
Ir a Villa Ventana es como hacer un breve viaje a la nostalgia, con calles de tierra, escasa iluminación, el encanto de lo tradicional. Es una villa de montaña intensamente forestada, rodeada por los arroyos Belisario y Las Piedras, y los cerros más altos de la región, de 1000 a 1200 metros. Se encuentra a solo 17 kilómetros de la localidad central de las sierras, con una altura sobre el nivel del mar de 450 metros. Es la sede de la Fiesta Provincial de la Golondrina, que se realiza todos los años en enero con espectáculos culturales y sociales durante dos días.
La cercana y flamante Villa Serrana la Gruta es muy blanca, muy bonita. Y otra opción de paseo es Saldungaray, con su Fortín Pavón, declarado sitio histórico nacional, y el muy atractivo Sendero Claro Oscuro, para empezar a completar un raid serrano en una conexión tan intensa con la naturaleza que difícilmente sea olvidada para quien lo transite.

La peregrinación al Cristo en la Cruz, con sus 22 metros de alto, en el Monte Calvario. Una recorrida muy recomendable junto al Cristo de las Sierras.
DATOS ÚTILES

CLIMA
Templado y húmedo. Durante el invierno, se incrementan precipitaciones y heladas sobre las laderas orientales en ambas zonas serranas. En verano crece notablemente la temperatura por las tardes, superando en promedio los 33º. Temperatura media anual: 13,7 °C. Por lo tanto, la recomendación es que se lleve ropa liviana y deportiva, por supuesto sin omitir algún abrigo.

DISTANCIAS
A Tandil: Buenos Aires 375 km; Rosario 580 km; Mar del Plata 140 km; Mendoza 1200 km; Jujuy 1800 km; Iguazú 1465 km; La Rioja 1310 km; Bariloche 1350 km; Bahía Blanca 380 km; Puerto Madryn 1030 km; Ushuaia 2783 km; Montevideo (Uruguay) 1781 km.

CÓMO LLEGAR
A Tandil: En auto; desde CABA, por RN 3, RP 30, RN 226. Desde la costa atlántica: RP 11, RP 74 y RN 226. Desde Salta, Jujuy, Tucumán y Córdoba: RN 9, RP 4 (Córdoba), RN 8, RP 94 (Santa Fe), RP 65 (Bs. As.), RP 46 (Bs. As.), RP 51 (Bs. As.) y RN 226. Desde la Patagonia Andina: RN 40, RN 258, RN 237, RN 22, RN 3 y RP 74. A Sierra de la Ventana: Desde Tandil por RP 74, RN 3 y RP 72; desde Bahía Blanca, 107 km por la RP 33. Desde Tornquist, 49 km por las RP 72 y 76.

ALOJAMIENTO
Tanto en Tandil como en todas las localidades de la comarca serrana hay diversos tipos de hospedajes, de acuerdo con los gustos y las posibilidades económicas del visitante: hoteles de diferentes estrellas, residenciales, cabañas, apart hoteles, departamentos, casas y diferentes variantes al servicio del turista. En todas las localidades de la zona existen diferentes posibilidades de campings y zonas libres y especiales para vans.

GASTRONOMÍA
Toda la zona ofrece variados estilos y centenares de opciones para disfrutar. Claro que resulta casi imprescindible probar las especialidades regionales: quesos, salames, picadas, dulces, miel, alfajores, licores, cervezas y vinos. Además, representan una alternativa muy atractiva y ciertamente particular para convertirse en souvenir o como un recuerdo distinto de la visita para, tras el regreso, compartir con familiares o amigos.