Por eso, Sofía Viola está dispuesta a la aventura y abierta al mundo. “Quiero disolver las fronteras y el lenguaje. Incorporar nuevos ritmos, unir piezas, mezclarme con otros colegas, seguir creciendo musical y espiritualmente”, le dice la cantante y compositora a Convivimos. Ese deseo sustenta su nueva producción discográfica, La huella en el cemento, que se editó en España y es el primero que graba con el Combo Ají, su banda más estable hasta el momento. “Los músicos que conforman este conjunto son gente muy querida en mi vida familiar y musical”, cuenta. Si bien se trata de una nueva etapa respecto de sus trabajos anteriores, las sonoridades y búsquedas se mantienen: “Tratándose de música, nada se queda atrás, al contrario, todo se incorpora, se asimila, se trae y se lleva en sí”, confiesa.
Es multiinstrumentista, pero su voz se destaca por el cuerpo y la versatilidad. Está atenta a cuidarla, porque reconoce que en la escena sobran el humo, la música fuerte y los malos hábitos. “Es una responsabilidad terrible para un cantor popular. Además, en ese rol necesito vivencias para expresar lo que sucede en mí y afuera, la voz me motiva a componer y me la paso cantando y haciendo letras fáciles de canturrear”, finaliza.
¿Un disco que estés escuchando?
El sueño puro, de La Plaza del Puma, una banda de hip hop folklórico que me vuelve loca.
¿Uno que recomiendes?
La chusma inconsciente, de la maravillosa Evelyn Cornejo.
La huella en el cemento
Realidad urbana y sonido mestizo en diez canciones inéditas. Sus letras son originales y con un toque de humor ácido; musicalmente ofrece diferentes ritmos entre cumbias, folklore y blues.
Los Años Luz Discos
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