Gimena Mattus: La capitana

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Tiene 25 años, hace 11 que empezó a jugar al rugby y ya es la referente del seleccionado nacional, Las Yaguaretés. 

El rugby nunca le había llamado la atención. No sabía ni cómo se jugaba. Pero una tarde, su vecina, capitana de Nevado Rugby Club, en Chilecito, La Rioja, invitó a entrenar a Clara, su hermana. Gimena quiso ir, pero no porque tuviera ganas de jugar, sino para acompañarlas. El entusiasmo no llegó de inmediato. Es más: abandonó un par de veces la actividad, pero le insistieron y siempre volvió. Once años después de aquella primera vez, Gimena no solo sigue jugando al rugby, sino que es la capitana de Las Yaguaretés, la selección nacional. “Al principio, no me gustaba mucho este deporte, no lo entendía. No quería sumarme a los entrenamientos ni nada, pero el entrenador me convenció. Yo seguía yendo, sobre todo, por el grupo. Eso sí me gustó. Como me sentía cómoda con las demás chicas, terminé jugando”, cuenta.

Del primer entrenamiento compartido, las hermanas Mattus volvieron con raspones en las piernas, y Diego, el padre de ambas, se puso automáticamente en contra del nuevo pasatiempo. Durante semanas, Gimena y Clara le rogaron que cambiara su postura, lloraban para poder ir a entrenar y jugar, hasta que el entrenador invitó a Diego a verlas en un partido. Quedó fascinado: no solo dejó de oponerse, sino que les compró botines e indumentaria para que se sintieran más cómodas.

Gimena se destacó de inmediato, pero al ser menor que el resto del equipo, no estaba habilitada para jugar partidos oficiales. Solo se sacaba las ganas en algún que otro amistoso y en entrenamientos. Por eso su compromiso con el rugby decayó y lo dejó un par de veces. La insistencia del entrenador y su vecina hizo que volviera a competir.

En 2017 se produjo el clic definitivo: con Nevado clasificaron al Nacional de Clubes, que se disputó en Santa Fe. Luego de un partido, Daniel Villen, entonces entrenador de la selección, se acercó a Gimena para felicitarla y contarle que la estaban observando. Poco después, un mediodía, en la casa de los Mattus atendieron el teléfono y del otro lado Villen confirmó la citación oficial para una concentración en Buenos Aires.

Con la convocatoria a la selección, llegó la responsabilidad de hacer algo para sostenerse en el nuevo espacio ganado. Gimena decidió mudarse sola a Tucumán para sumarse a la Academia de Alto Rendimiento que tiene allí la Unión Argentina de Rugby. Estuvo allí hasta 2020: la llegada de la pandemia, con el cese de actividades, le impidió seguir manteniéndose en Tucumán y regresó a Catamarca para vivir con su familia. Ese mismo año se convirtió, a los 23, en la capitana de la selección.

“No me lo esperaba. Tomás Bongiorno, el entrenador de ese momento, me avisó en una concentración en Córdoba. A las tres semanas llegó la pandemia a la Argentina y se cerró todo. Mi anuncio fue por Zoom, con todas las chicas conectadas. Por eso no tengo muchos torneos como capitana. Estoy tratando de disfrutar, es un rol muy importante y es difícil tener un equipo unido y motivado. Por suerte las chicas y el staff me acompañan siempre. Es una linda etapa”, confiesa.

En junio, en la modalidad seven, Las Yaguaretés consiguieron la medalla de bronce en el Sudamericano disputado en Saquarema, Brasil. A pesar del resultado positivo, el objetivo era alcanzar la primera plaza clasificatoria para los Juegos Panamericanos de 2023, que quedó para las locales. Todavía les queda una oportunidad para alcanzar la clasificación, en los Juegos Odesur que se disputarán en Paraguay en octubre. “Estamos escribiendo nuestra historia recién ahora. Creo que gracias a eso también en cada provincia y en cada club se han sumado cada vez más jugadoras. Siempre animamos a que se sumen más. Queremos que los padres se animen a llevar a sus hijas de pequeñas a los clubes. Yo caí al club a los 14 años, y me hubiese encantado llegar de más chica. A los varones prácticamente los llevan desde bebés y pasan toda su vida en un club. Así se desarrollan mucho más en cuanto a destrezas del juego. En cambio, la mujer cae al club ya de grande. Te lleva una amiga o te invita alguien, y esos años que se perdieron se notan”, afirma.

  • En esta construcción de identidad, desde el año pasado tienen el apodo de “Yaguaretés”.

Sí, fue una iniciativa de las jugadoras que vienen ya de hace años en la selección. Yo estoy hace cuatro años y medio, cinco, pero hay otras que están hace más de siete años. Se venía hablando esto de tener nuestra propia identidad, nuestro propio nombre, para que la gente nos reconozca. Y se nos pudo dar. El nombre nos caracteriza mucho, porque es realmente lo que llevamos en el pecho, en la camiseta. Es bastante imponente y nos identifica. 

DE 7 A 15

Actualmente, Gimena juega en Catamarca Rugby Club. Tanto allí como en el seleccionado alterna entre las distintas modalidades de juego del rugby: con Las Yaguaretés disputa tanto competencias de seven como de union (de 15 jugadoras por equipo). En el club alternan entre encuentros de seven, union y también las alternativas para 10 o 12 jugadoras. “A mí me gusta todo, pero aprendí jugando seven y es lo que más me gusta. Es más dinámico y hay más espacios”, dice Gimena.