Eso dice este historietista reconocido por creaciones como Las puertitas del Sr. López. “Los límites del humor los marcan el autor y el lector. Lo que no tiene que haber es censura. No haría chistes sobre terrorismo o discapacidades, porque no me salen. Sin embargo, reivindico que cada cual haga lo que quiere hacer, después uno es libre de leerlo o repudiarlo, pero no estoy a favor de prohibir”, explica.
Vive en España hace más de 30 años, aunque confiesa que nunca se terminó de ir de la Argentina. En mayo estará de visita en el país presentando su libro Ficcionario y dibujando en vivo los textos de Hernán Casciari en el espectáculo Cuentos dibujados. Del escritor le atrae la habilidad para generar conexión con sus relatos: “Es algo que los autores siempre deseamos al contar una historia. Es una búsqueda: primero sacarnos del corazón y la cabeza lo que tenemos dentro; y luego, tratar de que llegue a la mayor cantidad de personas para que completen el mensaje”.
Si bien sostiene que es difícil mantenerse con la profesión, piensa que las nuevas tecnologías ayudan a la difusión. “Además, en la última década, el ingreso de más mujeres al mundo de la historieta permitió correrla del público infanto-juvenil masculino hacia la idea de que es un modo de expresión adulto que puede abordar cualquier temática”.
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en Barcelona.
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Cuentos dibujados
Mientras Hernán Casciari lee sus historias, Horacio Altuna las ilustra en pantalla gigante. Son las únicas funciones del espectáculo en la Argentina.
15 de mayo, a las 21, en Ciudad Cultural Konex, Buenos Aires; 16, a las 21, en Teatro Mateo Booz, Rosario; 17, a las 21, en Teatro Cultural Cañada, Córdoba; y 18, a las 21, en Teatro Lido, Mar del Plata.
