Ahorrar dinero y cuidar el planeta

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Cómo ahorrar energía eléctrica en el hogar, reducir la factura de electricidad y cuidar el medioambiente. Consejos sencillos y prácticos que hacen la diferencia.

En un mundo en donde es cada vez mayor la preocupación por el cuidado del medioambiente, ahorrar energía se convirtió casi en una meta obligada para todas las personas que lo habitan. No solo porque ayuda a reducir considerablemente las facturas, sino porque es una apuesta a que los recursos naturales duren mucho más. Surge entonces la necesidad de ser “eficientes energéticamente”. Pero ¿cómo lograrlo? El primer paso es contar con electrodomésticos eficientes en el consumo, es decir, que tengan una etiqueta entre A+++ y B. Pero esto no es todo, hay muchas otras formas de reducir el gasto. Algunas de ellas son:

1. Aislamiento adecuado. Un buen aislamiento del hogar puede reducir el consumo de calefacción y aire acondicionado hasta un 70 por ciento. Asegurarse de aislar térmicamente paredes, techos y pisos. Además, puertas y ventanas que minimicen las filtraciones de aire y cuenten con doble vidriado hermético evitarán pérdidas de calor y mejorarán el confort de la casa.

2. Uso inteligente de termostatos. Programar termostatos de acuerdo con las necesidades y los horarios ayuda a evitar el desperdicio de energía. Por ejemplo, durante los meses de invierno, mantener una temperatura moderada y constante en los sistemas de calefacción.

3. Mantenimiento regular. Los sistemas de calefacción, ya sean eléctricos o de gas, requieren revisiones para garantizar su eficiencia. Un sistema defectuoso puede estar consumiendo energía de más.

4. Uso eficiente de la iluminación. Optar por bombillas led de bajo consumo y apagar las luces cuando no se necesiten. Además, aprovechar la luz natural al máximo.

5. Ahorro de energía en electrodomésticos. Para mayor eficiencia energética en el hogar, se recomienda lavar la ropa con agua fría siempre que sea posible.

“VAMPIROS ENERGÉTICOS”

En esta categoría entran esos dispositivos que aun “apagados” siguen consumiendo electricidad, porque –en general– quedan en modo stand by o espera. Algunos ejemplos son: 

• El televisor que está en esa habitación a la que rara vez se accede, apagado pero conectado al tomacorriente, sigue engordando la cuenta de luz.

• La computadora. Sea de escritorio o portátil, no tiene por qué estar siempre conectada. 

• El cargador del celular. Muchos reposan siempre enchufados, consumiendo electricidad. Es conveniente enchufarlo solo cuando esté cargando la batería del teléfono. 

• Consola de juegos. Cuando no se la está usando, también es recomendable desenchufarla.

• Cafetera. También es frecuente que quede enchufada, pero mejor desconectarla si no se usa.

No se trata de hacer enormes esfuerzos, sino de detectar en qué se está derrochando y comenzar a adoptar simples conductas ecológicas que pueden hacer la diferencia para reducir la huella de carbono y, así, cuidar el medioambiente y el bolsillo.