Luz Vítolo

0
9

“Para poder ser una persona luminosa, que se ríe, tengo que poder sacarme mis obsesiones de encima y ponerlas en algún lado”, confiesa Luz Vítolo, quien encontró ese espacio de exorcismo personal en la literatura. “Descubrí una gran tranquilidad en la escritura, intento que sea un lugar donde descanso, aunque no lo sea en realidad. Tuve que asumir la necesidad que tenía, es como respirar”, cuenta la autora de 35 años, quien es licenciada en Letras, pero no había previsto convertirse en escritora.

Varias preguntas la inquietan, y también la angustian, como “¿Por qué contamos con un cuerpo?, ¿Por qué tenemos que sufrir?, ¿Por qué nos duele?”. Estos son los temas que eligió abordar en Fruta de verano, su segundo libro. Los protagonistas de sus historias, en general, son niños: “Hay algo muy salvaje de la infancia, es un momento muy bestial y anómico. Veo mucho material por explorar allí, en la niñez, aprendiendo de la violencia, de la muerte; me resulta muy fértil eso”.  

La tendencia a abordar temáticas fuertes y complejas de la existencia humana ya era evidente en La lógica del daño, su debut literario. Sin embargo, para su próximo material promete un cambio de registro: “Estoy en una etapa experimental, así que no quiero ponerle nombre todavía, pero sería algo más liviano. Me gustaría escribir una comedia”.  

  • ¿Un libro que recomiendes? 

Las correcciones, de Jonathan Franzen.

FRUTA DE VERANO 

Abusos, tortura, culpa, parejas apacibles, una muñeca sexual de alquiler… Los personajes de estos cuentos hurgan en las miserias cotidianas y desencadenan su potencia. 

160 págs. 

Tusquets