Ganadora de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río, en 2016, lideró a la delegación argentina en el desfile de la ceremonia de apertura de Tokio 2020, un logro más personal que deportivo. Se prepara para París 2024 con nuevo equipo.
Foto: Red Bull Content Pool.
Si todo sale como espera, en 2024, en París, competirá en sus quintos Juegos Olímpicos. Se trata, al mismo tiempo, de un recorrido continuo y de un camino de cambios constantes: desde su debut olímpico, en Pekín 2008, Cecilia Carranza pasó por tres clases diferentes dentro de su deporte, el yachting (Laser, Nacra 17 y, ahora, 49er FX). En el medio, alcanzó el oro y, sobre todo, recibió un reconocimiento que vivió como una validación personal más que como un logro deportivo. “Crecí creyendo que por ser homosexual era perversa. A las personas del colectivo se nos ha catalogado mucho de una muy mala manera. Toda esa información entra en tu cabeza y vivís pensando en que estás haciendo algo mal. Cuando me designaron abanderada [N. de la R: junto a su compañero, Santiago Lange, en la ceremonia de apertura de Tokio 2020], para mí fue mucho más que un resultado deportivo, porque al resultado lo busco yo. Ese día es como que el Comité Olímpico me dijo
‘Cecilia, tenés los valores para estar al frente del equipo argentino’. Estuve llorando un día entero cuando me avisaron. Ese reconocimiento derribó lo que sentí durante tantos años, que no era un buen ejemplo”, confiesa.
Incluso antes de esa distinción, Cecilia participó en campañas del colectivo LGBTQI+ y contó sus experiencias: “Lo que estoy viviendo en estos últimos años es muy positivo para poder ayudar a otras personas que quizás hayan pasado por lo mismo que yo. En el deporte, en cuanto a la homosexualidad, lo tienen más difícil los varones, por la sociedad en la que vivimos. Cualquier comentario ya discrimina a un varón homosexual, como si serlo tuviera que ver con cómo vas a rendir deportivamente… Todavía tenemos que seguir derribando los estereotipos de género, porque no todos los varones homosexuales son amanerados ni femeninos. Y ser femenino no es ser débil. Tuve entrenadores que me han dicho ‘Para vos es más fácil, porque sos homosexual’, como si todas las mujeres homosexuales fuéramos como varones o machonas…”, reflexiona.
Desde el mes pasado, en TNT Sports se emite la primera temporada de Identidades, un ciclo de entrevistas que Cecilia mantuvo con deportistas de sexualidad diversa. Inquieta, también fue parte de Summit Aconcagua, un proyecto solidario que incluyó la participación de deportistas olímpicos como ella: Lange, David Nalbandian, entre otros. También, por fuera o como complemento de sus entrenamientos, es aficionada a andar en bici y al running. Y desde que está en pareja con la actriz Micaela Pierani Méndez, se acercó al arte: tomó clases de canto y danza. “Me pasaba antes que cuando estaba muy obsesiva con lo mío, no tenía ojos para otra cosa, pero acá encontré cosas que verdaderamente me llegan, que me ayudan a poner la cabeza en otro lugar. Soy una persona sensible y lo disfruto mucho”, cuenta.
Lo suyo, su actividad principal, sigue siendo el deporte. En Tokio 2020 terminó su proyecto compartido con Santiago Lange. Una medalla de oro en Río 2016 y una actuación destacada en Japón a pesar de no alcanzar el podio fueron los resultados deportivos de la dupla.
A fines del año pasado, Cecilia comenzó a navegar junto a Sol Branz, quien quedó muy cerca de obtener una medalla en Tokio. Su anterior coequiper, Victoria Travascio, es ahora la nueva compañera de Lange (“Somos los swingers del río”, bromea Cecilia).
“Yo no tenía muy en claro cuál era el rumbo que quería tomar, si quería hacer otra campaña olímpica o no. A comienzos de este año lo decidí, sabiendo del compromiso y la dedicación que requiere embarcarme en esto”, cuenta.
- Aunque el equipo y sus dinámicas son nuevos, ¿te toca el rol de la experta del grupo?
Si bien siento que he aprendido mucho en estos años y tengo mucho por aportar en el equipo, creo que las demás personas que lo integran también son muy inteligentes, que han sabido capitalizar su experiencia y tienen mucho para aportar. Además de Sol y de mí, están el entrenador Bocha Pollitzer y Klaus Lange, uno de los hijos de Santiago. Creo que va a ser un equipo que trabaje principalmente de manera horizontal y que respete mucho las opiniones de cada parte, para que entre todos construyamos un proyecto que nos lleve a dar lo mejor.
- Es la tercera clase diferente en la que vas a competir en forma olímpica…
Así es. Es lindo navegar en categorías nuevas, se aprende mucho. Y motiva mucho también. Cuando empezás una categoría nueva, tenés todo por aprender, así que es muy divertido. Soy una persona que cree que estar quieta no ayuda a clarificar tu cabeza. Me parece que hay que ir haciendo camino al andar, dar un paso y que ese paso motive otro más.
COMPROMISO Y FAMILIA
Con su pareja, Cecilia había planificado ser madres una vez que finalizaran los Juegos de Tokio, en 2020. La postergación del evento por la pandemia también implicó una extensión en los plazos familiares. Y para un deportista de este nivel, la competencia suele ser la prioridad.
“El último año fue muy complejo en términos profesionales para mí. Me trajo dificultades en casa, y creo que a todas las personas les pasa cuando a niveles profesionales muchas cuestiones te atraviesan. Te afectan también puertas adentro. Es interesante ponerlo sobre la mesa, hablar, porque al final puede pasar en muchas carreras y profesiones”, analiza.
