Amor por los cuerpos reales

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Celulitis, canas, kilos de más. Las imperfecciones parecen salir del ostracismo. Body Positive, el movimiento global que surgió para volver a poner el acento en los cuerpos reales, se traduce hoy en una tendencia de la moda más inclusiva y sin estereotipos.

Lo que comenzó como una tendencia, parece haber tomado la fuerza necesaria como para poner en jaque el paradigma establecido respecto a la belleza corporal. Los cuerpos delgados y sin imperfecciones, que marcaron la moda y la publicidad durante décadas, comenzaron a ser cuestionados como parámetros estéticos. La vida real era otra cosa, y de este modo empezó a mostrarse. Hubo, incluso, figuras internacionales que reclamaron a las revistas por el exceso de retoques a los que se vieron expuestas en las fotos que publicaban.  

VALIDACIÓN SOCIAL

“Lamentablemente, estamos en 2020 y estas cosas siguen pasando: falta de respeto, agresión y burlas por el cuerpo del otro. Por eso, cientos de personas se sienten incómodas en las playas, les da vergüenza ir o se tapan; y no por nada somos el segundo país con más trastornos alimentarios a nivel mundial”, alertó, recientemente, la nutricionista Agustina Murcho desde sus redes sociales, donde tiene más de 300 mil seguidores. La autora del libro Podemos querernos más es una de las que se ocupa de advertir acerca de los peligros de perseguir los estándares de belleza que impone la sociedad y los regímenes “milagro” que se venden para alcanzarlos. “La realidad es que cada uno es diferente. No podemos parecernos a otro por más dieta exótica que hagamos, porque la genética no es la misma, porque tenemos un cuerpo distinto, con su propio metabolismo y su contextura”, asegura Murcho. 

Sin dudas, uno de los mayores peligros que se corren es tomar decisiones respecto de la alimentación que puedan perjudicar la salud, aunque a este, se suma otro fantasma: la presión social, ya que buscando la aceptación de los otros se puede caer en problemas de autoestima. En este sentido, Beatriz Goldberg, especialista en crisis individual y de pareja, observa mucho acoso en las redes sociales. “Las selfis son un hedonismo puro, cuando se muestra y se sufre al no obtenerse los likes que se esperan. Más aún en los adolescentes. Hay un mandato muy grande del cuerpo perfecto, y no siempre se rinde mejor con el peso ideal”, señala la psicóloga, para quien hay un conflicto de valores, donde la gente está muy centrada en el envase. “Antes –recuerda– las curvas eran sinónimos de belleza y salud. Lo importante es que uno esté feliz y seguro. Una mujer puede ser linda sin tener las medidas que se consideran ideales. Si tenés una actitud de estar conforme, se destila ese lifting natural. Hay personas que apenas entran, ya se les ve un sex appeal, sean flacas o rellenitas”. 

En su libro No estoy conforme con mi cuerpo. ¿Qué hago?, Goldberg asegura que “casi nunca somos lo suficientemente altas, lo suficientemente delgadas, lo suficientemente rubias, lo suficientemente morenas o lo suficientemente encantadoras como para poder considerarnos mujeres bellas. Sin embargo –advierte– lo somos y podemos serlo aún más, si logramos liberarnos de las presiones sociales, de los estereotipos instituidos, para buscar nuestra propia belleza, nuestro propio estilo personal”.

BODY POSITIVE

Hace más de una década, comenzó a expandirse por el mundo un movimiento que habla de los “cuerpos en positivo”. Sus preceptos llegaron a la Argentina desde el Reino Unido, a través de la organización Anybody, que asume el compromiso de combatir el odio corporal y transformar la cultura visual actual para incluir a una gran diversidad estética. Una de sus iniciativas fue, por ejemplo, premiar con una calcomanía en la vidriera de cada local a aquellas firmas de indumentaria que ofrecían a su clientela una amplia variedad de talles. Simultáneamente con el desarrollo de este movimiento, surgieron las modelos plus size, como es el caso de la salteña Mar Tarrés, quien se convirtió en noticia cuando en 2016 ganó el concurso “Chica del Verano” de Villa Carlos Paz. No conforme con ello, creó su propia marca de ropa. “Hoy –cuenta– tengo 13 sucursales en distintas provincias. Queremos seguir creciendo, pero es un mercado complicado. Los costos son altísimos y a las gorditas las convencieron de que no se pueden poner determinadas prendas”.

«Hay personas que apenas entran, ya se les ve un sex appeal, sean flacas o rellenitas”.

Sin embargo, poco a poco, no solo los cuerpos reales van ganando terreno, sino que también se dejan ver las canas, la celulitis y las estrías; como hace poco hicieron cuatro amigas norteamericanas para mostrar los rastros del posparto. Mujeres y hombres van empoderándose frente a los cánones de belleza establecidos, optando vivir sus cuerpos y sus vidas con mayor conciencia y libertad. También las marcas se suman a esta nueva ola, eligiendo mujeres reales para protagonizar sus campañas; mientras que las modelos XL comienzan a posicionarse y ganan lugar en la portada de revistas como Vogue y Cosmopolitan. De hecho, la periodista María Julia Oliván recientemente aceptó ser la cara de una campaña de ropa interior para terminar “con la dictadura de los cuerpos anoréxicos”. Con su altura de 1,58 metros y sus 70 kilos disfrutó la experiencia: “Ahora quiero ser la modelo gorda argentina”, aseguró la comunicadora. 

Ley de Talles

Luego de una larga batalla llevada adelante por distintos organismos sociales, el año pasado el Congreso Nacional votó a favor de la Ley de Talles. Esta normativa establece el Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (SUNITI) con medidas corporales estandarizadas para fabricar, confeccionar, comercializar e importar indumentaria destinada a la población a partir de los doce años. Además, exige a los comercios garantizar trato digno y equitativo a los consumidores. La nueva norma contempla tanto indumentaria como calzado.

FOTO: AFP.