Las cajas sanitizadoras con luz ultravioleta eliminan los gérmenes adheridos a las superficies lisas del smartphone y otros objetos de uso cotidiano.
El smartphone es uno de los objetos que las personas más suelen tocar a lo largo del día: con las manos y también con la cara, las dos principales vías de contagio del COVID-19. Como, además, es sabido desde hace años que los celulares suelen estar invadidos por una infinidad de gérmenes, en especial su pantalla, resulta imprescindible contar con instrumentos eficaces para eliminarlos y evitar todo peligro de contagio.
En este sentido, la luz ultravioleta (UV) es una herramienta que ya demostró gran eficacia para eliminar distintos organismos patógenos como bacterias, hongos y virus, y está comprobado que los rayos UV destruyen sus estructuras moleculares. Por eso, se la emplea desde hace años en muchos países para potabilizar aguas o desinfectar el interior de vagones de trenes y subtes, entre otros usos.
También utilizan luz UV los distintos modelos de esterilizadores de smartphones para uso doméstico que se pueden adquirir en nuestro país a través de las redes locales de comercio virtual a precios promedio de $7000.
Las cajas germicidas –como también se las llama– son estuches herméticos para evitar que la luz llegue a los ojos del usuario y dañe su vista, y son muy fáciles de usar. Solo hay que enchufarlas, colocar adentro el celular y presionar un botón para encender las lámparas UV ubicadas en su interior. La limpieza se concreta en cinco minutos promedio, con gran efectividad y también con ahorro de tiempo y energía.
En general, sus dimensiones son suficientes para albergar, además del celu, los anteojos, un reloj, alhajas y llaves, aunque apoyados unos sobre otros, por lo cual se aconseja esterilizarlos en forma separada. Entre ellas, Vmax se destaca por su diseño muy estilizado, lo que la hace “ideal para el escritorio”, e incluye un mecanismo para verter unas gotas de perfume que aromatizan el celu. En tanto, los sanitizadores Phonesoap y G&G permiten esterilizarlo y recargarlo en forma simultánea.
Existen, también, modelos el doble de grandes, como eRase Greeter, con 25 centímetros de altura y forma cúbica. Es posible depositar adentro todos los objetos que se traen de la calle y sin que se toquen entre sí: celular, billetera, llaves y tapaboca. Su precio se acerca a los $20.000.
Cabe señalar que mientras algunos fabricantes garantizan sin titubear que su producto es apto para eliminar el COVID-19, otros aclaran que aún no tienen permitido afirmarlo públicamente. De todas formas, como su eficacia contra otros virus de la misma “familia” –caso del SARS-CoV-2– ha quedado absolutamente demostrada, su uso puede considerarse más que recomendado.
PAÑO, AGUA Y ALCOHOL
La forma más elemental para desinfectar el smartphone de cualquier germen, incluido el COVID-19, es la limpieza manual. En especial la pantalla, porque es la parte que más se ensucia y que más contacto tiene con la cara. Para eso, según las directivas de Apple y Samsung, se precisa una gamuza o un paño de microfibra –como los que se usan para limpiar los anteojos– rociado con alcohol isopropílico 70 (o del 70 por ciento). Este último es fácil de conseguir e incluso se comercializan gasas ya rociadas con él.
