Los amores de una vida

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En una serena noche de invierno, una mujer busca en la web de noticias a su primer amor. Es tal la sorpresa ante lo que encuentra que se ve obligada a revisar su vida entera, todos sus amores, su matrimonio.
Fragmento de la novela de Monique Schwitter, sobre las ilusiones y los misterios del amor.

Cierro mi cuaderno, cierro el documento de Word y abro otra ventana. Escribo el apellido de Petrus en el buscador, el apellido de mi primer amor.
Estoy preparada para no encontrar nada y cortar la búsqueda insatisfecha. Cuento a la vez con encontrar referencias a una esposa e hijos. ¿Por qué no habría formado también él una familia entretanto? Hasta me espero fotos.
Pero eso no. No eso. Aunque Petrus lo había anunciado ya la primera noche. Había hablado de volar, para lo que el ser humano no estaba capacitado, y de la aflicción infinita que eso le causaba. Se había puesto a hablar de caer, y a partir de ahí súbitamente de andar; y como yo le pregunté: ¿Andar?, había agregado: Solo un paso, un único paso hacia el vacío, y ya está bien. Había abierto los brazos como queriendo volar, me había mirado y sonreído. Entra mi marido, sin golpear ni haberme llamado antes por mi nombre, algo que ocurre rara vez, solo cuando peleamos, y está muy furioso, muy indignado o muy exaltado. Estás ocupada, pregunta. No, respondo y trago: me acabo de enterar de la muerte de Petrus.
Te falta el aire, dice.
Sí, yo… de qué será, si solo estoy sentada.
Debe ser de eso. Se queda paralizado. Da la impresión de que quiere decir algo. Toma aire, luego gira rápido la cabeza y escucha ni idea qué. Cierra la puerta. Pasó algo, pregunto, pero él contesta: Nada que no pueda esperar. Le pone traba a la puerta.
Abro el cajón de las postales y enseguida encuentro lo que busco. Un inmenso Cristóbal barbado con capa marrón, piernas desproporcionadamente largas y sobre el hombro un Redentor diminuto como un muñequito. En el dorso dice: Representación de San Cristóbal (alrededor de 1400) en la iglesia San Pedro de Mistail.
Recorro con el dedo el manto de Cristóbal, tomo una de sus puntas marrones y, con los ojos cerrados, me dejo llevar. Aquellos días de la primera vez. Es invierno, nuestro primer invierno. Petrus y yo de visita en lo de los padres de Marc, durante los feriados de Navidad de 1992, en su casa de vacaciones en las montañas.
Los copos de nieve, según lo mojados que estén, caen parecido de rápido a como camina una persona. No tengo zapatos de invierno, mucho menos unos que sirvan para una larga caminata en la nieve. Tengo los zapatos de taco que llevo puestos todo el año. Durante kilómetros, aunque los pies duelan. En la universidad no nieva. Elfi me mira los zapatos. Querida, ¿sabes dónde estás? Digo que sí con la cabeza: Lenzerheide. Marc, el hijo de Elfi, y su Lisa asisten a los mismos seminarios que yo, y también ellos llevan a diario y en todas partes el mismo par de zapatos, con la diferencia de que en su caso son zapatos de caminata. Y aquí, en el cancel junto a la puerta de entrada de la casa de vacaciones, se calzaron botas de nieve altas hasta las rodillas, con forro interior extra y recién engrasadas, como me explica Marc con la mirada puesta en mis tacos. Entonces me quedo aquí, miro de reojo el fuego de la chimenea abierta, la mecedora de ratán, la piel de cordero que Elfi le puso encima, y a Urs —lo llamo así porque olvidé su nombre— que, sumergido en un libro de historia, ni escucha lo que hablamos. Está sentado en su sillón de cuero negro, el libro sobre las rodillas, y cada par de segundos se sube los anteojos hasta el lugar en el que antes empezaba la cabellera. Pero todo el tiempo se le vuelven a caer. El mito Suiza. Identidad-Nación-Historia 1291-1991. Ha recibido el libro el año anterior como regalo de Navidad. Marc tiene la sospecha de que se lo está aprendiendo de memoria. Hoy es el 31 de diciembre. Poco después del mediodía. A la noche habrá fondue.

 

Los amores de una vida
Editorial Edhasa.

Monique Schwitter
Nació en Zúrich y desde 2005 vive en Hamburgo. Estudió Actuación y Dirección Teatral en Salzburgo, y trabajó en teatros de Suiza, Austria y Alemania. Es autora de dos volúmenes de cuentos y de dos novelas, y ha recibido diversos premios por su obra: el Robert Walser y el Förderpreis der Schweizer Schillerstiftung, en 2006, y el Swiss Book Prize por Los amores de una vida, también seleccionada para German Book Prize. Sus libros se tradujeron al inglés, al francés y al italiano.