Cande Molfese: “Encontrar una identidad en las redes no es tan fácil”

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Es una de las figuras del nuevo mapa de medios virtuales, con el streaming en el centro de la escena. Lanzó su propia plataforma, Loft, mientras continúa en paralelo con su carrera como actriz.

Fotos: Nico Pérez / Estilismo: Lula Romero

En poco más de una década, a tono con la velocidad con la que todo se mueve en los tiempos actuales, Cande Molfese recorrió un espectro amplísimo en el rubro de lo que ahora se conoce como “creadores de contenido” y hasta hace poco tiempo se llamaban “influencers”. Con una base estructural sólida, sostenida por su talento y formación en actuación, canto y baile, dio temprano el paso de ser una intérprete en función de un espectáculo a convertirse en su propia marca.

Los sueños infantiles, asociados al ambiente disponible en aquel momento, se dirigían hacia la comedia musical y ramas artísticas aledañas. La atomización de espacios de encuentro con el público, la valorización exponencial del carisma y la posibilidad de capitalizar casi cada aspecto de la vida cotidiana le otorgaron un escenario aún mayor, que comparte y alterna con los tradicionales.

Los primeros pasos profesionales los dio en un lugar inmejorable para proyectar un futuro: fue una de las protagonistas de Violetta, la serie de Disney con la que Tini Stoessel ingresó a hogares de todo el mundo. Hoy se encuentra al frente de su primer proyecto como productora: Loft, el ambicioso canal de streaming que hizo posible junto a su pareja, Gastón Soffritti, y el empresario Fernando Blanco, entre otros socios.

Un personaje clave de esta historia es una de sus hermanas (ella es la menor de cinco), Constanza. Fue quien incursionó primero en la actuación, aquella a quien una Cande todavía niña veía en el escenario de obras teatrales, a la que admiraba mientras acompañaba en ensayos y estudios. Licenciada en Artes Dramáticas, Constanza se reubicó detrás de cámara y es manager de Cande desde el principio. “Hicimos esta carrera juntas. Yo comencé por admirarla a ella, que fue la que creó mi canal de YouTube. Un día me dijo ‘Cande, Violetta se va a terminar, y vi que en Estados Unidos y México están haciendo esto’. Me preguntó qué me gustaba, además de actuar, me ayudó a encontrar qué decir, escribía mis guiones y me hizo conocer un mundo nuevo”, cuenta Cande.

De lunes a sábado, grababa y viajaba por Violetta; los domingos, le daba vida al canal de YouTube con recetas, tutoriales, historias personales. Los suscriptores se apilaron de a miles, y tanto el canal como sus redes sociales se transformaron en vidrieras de la tienda en la que vende todo aquello que actualmente se engloba dentro de la palabra “contenido”: experiencias, consejos, bailes, otros trabajos o, simplemente, ella, en las buenas y en las malas, como poseedora de una vida aspiracional o como una amiga virtual con la que empatizar.

“La conducción, las redes sociales y el streaming vinieron a mí, fueron algo que nunca busqué. Me fue sucediendo. Mi pasión es el escenario, interpretar personajes”, explica Cande, que el año pasado fue parte de uno de los mayores sucesos en el nuevo mapa de medios. En Luzu TV, el canal de streaming que tiene como cara más visible a Nicolás Occhiato, que arrasó con los Martín Fierro a la Comunicación Digital Nativa, integró el equipo del programa Antes que nadie, con el que ganó su respectiva terna (Mejor Programa Periodístico). Una de las muestras de su compromiso con el proyecto está en su brazo izquierdo: cuando cumplieron cien programas, ella misma propuso que todo el equipo se tatuara las iniciales “AQN”. “Irme de Luzu para mí fue muy difícil, me dio mucha nostalgia y fue una decisión complicada, porque es difícil bajarse de un éxito. Le dedicaba mucho tiempo, llevaba muchas temáticas, estaba supermetida. El grupo es hermoso, son mis amigos, pero algo como lo de armar Loft es una oportunidad que sucede pocas veces y hay que saber aprovechar. Yo no la quise dejar pasar, así que estoy muy contenta con mi decisión”, confiesa.

  • ¿De qué manera surgió esta oportunidad?

Fue algo que sucedió orgánicamente. Gasti estaba a full en contacto con Fernando Blanco por otro tipo de cuestiones, una serie, una peli, todo más por el lado de la ficción. Un día, me cuenta que venía preparando un proyecto de streaming y le dije que estaba disponible un canal de YouTube, que no uso, con más de 40 mil suscriptores. Empezamos a cranear la posibilidad, se lo planteamos a Fernando sin saber cuál sería la respuesta, y automáticamente él nos dijo “Hagámoslo”. Y empezamos a trabajar con todo.

  • ¿Cómo fue ponerte al frente del área artística?

Intenso y frustrante. Paso por todas las emociones. Cuando empecé a llamar gente para que se sumara, muchos me dijeron que no podían, y eso me frustraba. Gasti, con su experiencia de productor, me calmó y me dijo que era parte del proceso. Es todo un desafío, estoy contenta, sabía que tarde o temprano me iba a llegar algo así, lo sentía y era algo que buscaba.

  • ¿Cómo definirías la propuesta de Loft?

Yo creo que tiene muchos condimentos, mucha diversidad. Me parece que hay algo que nos une y es que no existe esa división de programación, sino que somos todos uno. Hay mucho contenido, nada está librado al azar, todo está muy producido: los columnistas, los invitados, las secciones, las temáticas. No queremos subestimar al público, queremos darle contenido. Que se lleve algo, que se pueda quedar con algo una vez que termina cada segmento. Yo soy de capricornio, muy precisa, muy productora, y quiero que todo esté perfecto.

  • Viene más en línea con tu faceta de redes que con la actuación…

Sí, claro. Aunque todo tiene que ver con todo, porque vamos a tener el espacio para actuar y demás. Acá se trata de hacer de una, que es mucho más difícil.

  • ¿Por qué?

Cuando tenés un personaje, hay ciertas licencias. Acá hay otro tipo de cuidados, hay que estar atentos, hay que seguir mucho al compañero. Atrás de un personaje, una está escondida.

  • Esa gimnasia de que Cande sea otro personaje ya la tenés incorporada.

Obvio. Una se lleva al extremo. Ya no soy, cuando prendo una cámara, la Cande que está en mi casa, pero sí se exacerba parte de mi esencia. Hay que saber manejarlo, dosificarlo.

  • ¿Te costó en algún momento la exposición que implica hacer de vos en redes?

Siempre fui bastante histriónica y bastante para afuera. Hay algo de eso que venía conmigo. Después, haber trabajado en Disney me dio muchas herramientas, tanto delante como detrás de cámara. Hubo mucho aprendizaje. Tuve momentos con Violetta que eran una locura, donde realmente no podía salir a la calle, pero siempre desde un lugar muy amable y tranquilo. Era una exposición más naif. Después, con el correr de los años, siento que siempre tuve una exposición normal. Lo que tengo que aprender a manejar más son las redes sociales, no sentirme herida si leo algún comentario negativo. Mi trabajo está más ahí que en la calle. En las redes sociales existe más eso de tener que tolerar ciertas cuestiones, bancar algunas cosas que a veces son dolorosas.

"Para mí la gente empatiza con quien se muestra como persona".

  • ¿Te sigue pasando?

Sí, obvio. Lo trabajo mucho. Es difícil. Una no deja de ser persona, y a veces leo comentarios o ciertas cosas que me crean inseguridades, me hacen dudar de mí. Es necesario entender que es completamente banal y que no es algo real.

  • Cuando el personaje sos vos, ¿es más fina la línea a partir de la cual algo te puede herir?

Totalmente. Yo siempre mostré mucho todo, lo bueno, lo malo, lo más o menos. No significa que no tenga intimidad ni me resguarde, pero sí se ve lo que soy. Es mi forma de vivir con las redes. 

  • También hay aplausos, likes, comentarios positivos, ¿cómo te llevás con todo eso?

Tengo un trabajo en el que vivo un poco del reconocimiento, me gusta. Creo que todos los seres humanos necesitan reconocimiento. No soy la excepción, y lo llevo bien. Hay días en los que me siento muy segura y días en los que no. Lo trabajo, no quiero depender de eso ni de lo que digan del afuera, sino concentrarme en lo que me pasa a mí por adentro. La opinión de ciertas personas me importa, me ayuda, pero trato de confiar mucho en mí, sobre todo.

En 2022, Cande presentó Un año diferente, su segundo libro (en 2015 publicó Mundo Cande). Lo siente como si fuera el primero, por el proceso que llevó hasta el resultado final y por la identificación con la propuesta, que es parte de una etapa en la que se ve más que nunca con las riendas de su profesión y contenido. “Con mi hermana Jofi, que es artista plástica y vive en Barcelona, habíamos leído El camino del artista, que nos encantó. Yo estaba transitando un momento difícil e intenso, y decidimos generar una carpeta en Drive donde tirábamos contenido que nos hiciera bien. De todo: influencers, libros, videos, canciones. Fue un camino muy intenso, de enfrentarme a muchas cosas mías, superpersonal”, cuenta.

  • Como te sucedió con este libro respecto al anterior, ¿sentís que tus trabajos actuales son más personales?

Re. Al principio, cuando comencé con mis videos, yo estaba colapsada, con el auge de Violetta, y era todo un lío. Entonces, me dejaba guiar más por lo que me decían que tenía que hacer. Uno cuando crece toma seguridad, confía en lo que hace, tiene más herramientas y más capacidad para hacerlo propio. Encontrar una identidad en las redes sociales no es tan fácil, es todo un proceso hasta que lo conseguís. Yo siento que hoy, con 32 años, ya la encontré. Encontré que a la gente le gusta verme cuando estoy bien y cuando estoy mal también, le gusta que le muestre mi realidad, que sea vulnerable, de verdad. 

  • Actualmente, en general no te siguen solamente por cómo actuás, o por cómo ejercés determinado rol, sino que se busca una identificación más personal, ¿no?

Sí, creo que la gente busca verdad, como que se va encariñando con las personas. Si bien no me muestro en un cien por ciento, porque eso sería casi imposible, la gente busca cosas verdaderas, humanizadas. Tenés ocho millones de seguidores o estuviste en lugares muy exitosos, entonces te idealizan. Y vos no dejás de ser una persona de carne y hueso que sufre, que a veces la pasa mal y a veces la pasa bien, que a veces está contenta y a veces está triste. Para mí la gente empatiza con quien se muestra como persona.

  • Cuando eras chica no soñabas con streaming ni redes sociales, que en ese momento no eran un espacio desarrollado; soñabas con actuar. Hoy, ¿con qué soñarías?

No sé, me cuesta responder eso. Antes hubiese dicho “Filmar una película, que me dirija tal, trabajar afuera”. Algo supergrande. Con el correr del tiempo me volví más presente, como que trato de no soñar. Parece algo negativo, pero es estar más en el hoy. Estoy contenta con las cosas que me pasan, me siento muy afortunada, y sé que me quedan millones de cosas por vivir. Sueño con evolucionar como ser humano, ser mejor persona, ayudar más, hacer algo que tenga más que ver conmigo que algo profesional. Después, lo profesional viene solo. Siento que es por ahí. 

FACETAS

Además de sus trabajos en Disney y en redes sociales, Cande filmó algunas películas (Bruno Motoneta, Te pido un taxi, La sombra del gato), grabó la canción oficial para los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, protagonizó recientemente el musical Rent, integró el elenco de Regreso en Patagonia, filmó la serie Barrabrava –que se estrenará por Amazon Prime Video y ya anunció una segunda temporada– y fue parte de Wellness, una obra de teatro independiente, escrita y dirigida por Paloma Contreras, entre otros.

“Hay trabajos que tienen estructuras más grandes y otros son más a pulmón. Creo que hacer cosas tan diferentes es la clave para crecer. Hay proyectos, como Wellness, que no hago ni por la plata ni por la popularidad, sino simplemente porque me hacen crecer como actriz y porque trabajo con amigas. Es interesante ese contraste, me parece que está buenísimo y me sirve un montón como actriz y como persona”, analiza.