Iván Hochman: “Me gusta mucho dejarme transformar”

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Las puertas de la vocación creativa siguen abiertas para este joven actor, director, guionista y escritor, decidido a no encasillarse. Conocemos al artista que interpretó a Fito Páez.

Foto: Alejandra López

Iván Hochman tiene 29 años y la vida ya le ha cambiado muchas veces. Dice que quiere dar el salto definitivo a la adultez, sin embargo, habla con una madurez que se extiende hasta los largos dedos de sus manos, con las que le dio vida al piano de Fito Páez en la biopic del músico, El amor después del amor.

Ese fue uno de los grandes cambios que atravesó. Todavía se está acostumbrando a la gran exposición que le dejó una actuación formidable en una serie de alcance mundial. “Cuando terminé de filmarla, sentí que todo había cambiado, porque aprendí mucho participando en el proyecto, exponiéndome ante tanta gente y siendo honesto con mi deseo y mis necesidades. Crecí como persona y como trabajador”, dice con unos rulos rebeldes que le caen sobre la frente.

Pero antes ya le habían ocurrido otras transformaciones, como cuando se mudó solo. Se fue de la casa familiar hace cinco años, buscando conocerse más y forjar su personalidad. Con esa inquietud, escribió Por qué te vas, su primera novela que, como él, dio el salto a las grandes ligas y acaba de ser reeditada por Alfaguara. Con el mismo sello internacional ya está trabajando en su próximo libro. Esta vez, una historia de ciencia ficción, pero con preguntas profundas sobre la existencia.

  • Luego de interpretar a Fito Páez, todos se preguntaban sobre el talentoso actor, ¿quién es Iván?

Muchas cosas. Siempre confié en no definirme por nada en particular. Eso es muy vital en mi recorrido. Me permití no armar una carrera fija y estructurada en “soy esto”, sino más bien amplia e integral, donde darle lugar a si tenía ganas de escribir, ir a la universidad, hacer teatro. Por otro lado, también soy un chico que viene de una familia muy amorosa y comprensiva, eso también se relaciona con la posibilidad de crear, porque me dieron mucho apoyo. 

  • ¿Alguna de tus facetas es tu vocación más profunda? 

Antes que nada, soy lector, empecé a leer a los cinco años con Harry Potter y a partir de ese momento se me abrió un mundo distinto. La lectura es de las actividades más importantes. Creo que Por qué te vas invita a crear lectores, es un libro bastante simple y vertiginoso, que apuesta al crecimiento del lector como tal dentro de la novela. Realmente creo en la no fijación de las cosas y en no etiquetarme como creador, entonces más que la lectura que preconfigura todo, no hay ninguna actividad que prevalezca sobre las otras. Sí me formé como actor y me desarrollé en el mundo de lo escénico, pero fueron estos diez años, quizá en los próximos me dedique a escribir, y luego al cine, no lo sé. 

  • ¿Qué une todas estas partes?

Hay algo de la ternura y siempre entra el humor de alguna manera, que tiene que ver con una autoexposición, reírme de mis neurosis y dificultades, y a través de mí hablar de otras personas, de cosas más universales. Además, une a mis proyectos el gusto por jugar con las estructuras y las formas, jugar conscientemente para poder romperlas. 

  • ¿Ser parte de la serie de Fito te cambió la vida? 

Sí. En general, los grandes proyectos de mi vida me la han cambiado. Así como los encuentros con algunos maestros, amigos o parejas maestras, porque me gusta mucho aprender y dejarme transformar, siempre estoy en transformación. Lo de Fito sí fue una gran crisis porque fue un proyecto enorme, con mucha exigencia, mucha autoexigencia, una posibilidad de visibilidad muy grande, contando una historia que me movilizaba. Además, después la serie fue un boom, a la gente le encantó y, en ese sentido, volvió a cambiar la vida, porque salir a la calle y recibir comentarios o miradas es un flujo constante de cariño y, también, mucha exposición. 

  • ¿Qué descubriste en vos al independizarte?

Aun con las dificultades, la soledad, lo económico, estar solo con mis tiempos fue una experiencia muy transformadora. Lo que he descubierto son cuestiones más innombrables, algo del tiempo, de la elección propia, cómo te vas configurando luego de separarte de los deseos familiares. Cuando uno se permite estar solo, de a poquito vas desarmando todo eso. Viviendo solo y con psicoanálisis [se ríe]. 

  • ¿Qué metas tenés para el 2024?

El año pasado estuvimos trabajando con mi compañera Dana en varios proyectos creativos: una serie, dos películas, un libro de ensayos. Ella también es directora, actriz y guionista. Una de las metas es viajar por Europa con alguna beca, tener esa experiencia enriquecedora. Estudié cine, así que me gustaría empezar a hacer películas. Después del lado espiritual y del crecimiento personal, afianzar cuestiones más íntimas. Tengo una pata en la adolescencia, me gusta esa cosa más inmadura en el buen sentido, la frescura, pero también me gustaría pasar a la adultez definitivamente. 

CAFÉ SOLO

Iván vive “solo, solo”, sin compañeros, pareja ni mascotas. Si no hay leche vegetal casera, el café también va solo. “Bien negro, como lo tomaba mi abuelo Frank”, dice. Luego de varias obras teatrales como actor, debutó como director con Decir te amo es un atentado, en 2020, y el año pasado recorrió el país con el unipersonal Yo también me llamo Hokusai. Ambos, proyectos colectivos. Se formó en la carrera de Artes de la Escritura de la UNA y en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. Durante una década fue docente, con más de trescientos estudiantes por año.