Torta de miel

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Desde Rusia, por mar, se embarcó esta torta de miel. Llegó a mí por línea materna, cruzando el océano y con la herencia judía de mi bisabuela. Todo lo que llevara miel era un bálsamo para el frío enérgico de aquellas regiones. Y así desembarcó en Santiago del Estero, donde no fue ajena al mestizaje de estas tierras y al cariño de las tradiciones más allá de las temperaturas. Mi mamá la aprendió de mi abuela, y le introdujo sus propios toques mágicos, como la manzana. Fiel al estilo de la familia de modificar la letra rígida de las cantidades, yo también le he dado mis retoques para seguir alimentando esa vieja y ancestral costumbre de inventar para el goce del paladar de los que tengo cerca. Espero que ustedes también puedan meter mano a esta creación transoceánica  

Marcos Rapetti (Córdoba Capital)

Ingredientes (6 personas)

  • 3 manzanas verdes
  • 2 cucharadas de té negro
  • 1 cucharada de café
  • 1 vaso de aceite
  • Pasas de uva amarillas remojadas en oporto/coñac: cantidad necesaria
  • 1 cucharada de bicarbonato de sodio
  • 1 cucharadita de polvo para hornear
  • 2 huevos
  • 2 ½ o 3 tazas de harina
  • 500 g de miel, bien líquida

Preparación:

Precalentar el horno mientras preparamos la mezcla. Para ella, debemos rallar las manzanas y colocarlas en un recipiente tipo bol. Allí agregar todos los ingredientes líquidos (teniendo en cuenta que la miel tiene que estar bien líquida). Integrar todo y, al final, incorporar los secos. La consistencia debe ser cremosa (si está muy líquida, no sirve). Volcar en un molde para horno enharinado. Como es una torta muy rendidora recomiendo usar un molde alto (de 24 cm o más) o varios moldes de budín. Cocinar a horno medio, por 30-40 minutos o hasta que al pincharla con un palillo no queden restos.