Yerba Caá, un modelo sustentable

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Las organizaciones Aves Argentinas y Birdlife crearon un modelo de yerba mate con sello sustentable que garantiza la protección del bosque nativo y sus especies.

En el noreste de nuestro país se está desarrollando un modelo de yerba orgánica con sello sustentable bajo el nombre “Yerba CAÁ” (por Cultivo Amigo de las Aves, pero también significa “yerba” en guaraní). Es inédito en la Argentina y permite no solamente garantizar las propiedades naturales del producto, sino, fundamentalmente, la conservación del hábitat donde se desarrolla la producción y las especies que lo habitan. 

“La yerba mate es una planta nativa de la selva misionera. Sin embargo, al transformarse en un cultivo agronomizado, también puede llegar a generar impactos ambientales negativos, ya que para plantar yerba necesariamente o se usa una tierra que ya fue utilizada productivamente o se avanza sobre el bosque nativo”, explica a Convivimos Juan Pablo Cinto, responsable del componente Restauración y Uso Sustentable del Proyecto Bosque Atlántico de Aves Argentinas.

Según estudios internacionales, solo queda el 16 por ciento del bosque atlántico en pie, un área que abarca la costa oriental de Brasil, el noreste argentino y la zona este paraguaya. En ese entorno de gran biodiversidad, se elabora yerba en Paraguay (4 por ciento), sur de Brasil (34 por ciento) y la Argentina (62 por ciento, lo que equivale a unos 300 millones de kilogramos por año). La zona productora en nuestro país tiene una superficie de unas 210 mil hectáreas, donde viven 130 especies de aves silvestres. 

“Sabemos que en Misiones es un cultivo que ha causado deforestación en la selva”, coincide desde Ecuador Ana María Barriga Paredes, oficial de conservación del Programa de Bosques para las Américas de BirdLife International. “Cuando es cultivado de forma tradicional, genera pérdida de bosque y de biodiversidad”, agrega. El impacto es aún mayor si las aves no tienen un espacio cercano donde construir otro hábitat, como parques, reservas o corredores de fauna. 

El sello de verificación de Aves Argentinas está dirigido a productores primarios y empresas yerbateras de Misiones y Corrientes que se comprometen a mantener una proporción de un mínimo de dos hectáreas de selva por una hectárea de cultivo a cielo abierto, o de un mínimo de una hectárea de selva por una hectárea en cultivos de yerba bajo monte. Esas zonas de selva son identificadas, mapeadas, relevadas y monitoreadas periódicamente.

YERBA MODELO

“Tenemos un sitio piloto con Aves Argentinas en la reserva Curindy, en el municipio de Garuhapé, provincia de Misiones”, relata a Convivimos José Luis de la Peña, de la reserva privada Curindy. 

“Somos socios de la Cooperativa [Agrícola Mixta de] Monte Carlo y empezamos a hacer yerba orgánica, dejando los árboles. Y esa relación entre planta, árboles y pájaros es la que da lugar a la yerba CAÁ, teniendo como esencia la conservación del monte”, continúa. La organización visita la propiedad dos veces por año para realizar el relevamiento y verificar la cantidad de espacio dedicado a la plantación y al bosque. 

“Lamentablemente, todo lo que se habla de las leyes y demás deja mucho que desear. Al no tener el apoyo del Estado, uno le va buscando la vuelta a todo esto, porque, si no, esto no se hace sustentable. Tenemos que crear actividades productivas”, resume de la Peña. 

Aves Argentinas también trabaja, entre otras, con la Cooperativa La Abundancia, que produce yerba orgánica y biodinámica con el nombre de Arapeguá. La organización espera poder aplicar el sello para fines de este año.

“Para ser yerba CAÁ primero tiene que estar certificada como orgánica, lo que manifiesta el primer compromiso del productor con el ambiente. La producción orgánica no certifica conservación de la biodiversidad, que es lo que este sello espera acreditar. Lo que nosotros verificamos son las condiciones en las que se encuentra ese sector de bosque nativo tanto en términos de vegetación como en términos de comunidad de aves. Una vez cumplida esa verificación, convenio mediante, se otorga el sello”, detalla.

AMIGOS DE LAS AVES

Aves Argentinas desarrolla este modelo con el apoyo de la organización internacional Birdlife, de la que forma parte; ambas son entidades centenarias. En América del Sur, a través de programas regionales que incluyen diversas estrategias de conservación, trabajan en el desarrollo de capacidades y en acercar oportunidades de financiamiento para que los grupos locales desarrollen su trabajo en territorio. 

El modelo de yerba CAÁ sigue el de otros productos bird friendly (“amigos de las aves”) que ya se ven en el mercado internacional y son considerados premium, como el café en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, o el cacao, el arroz y la miel en Colombia. 

“Con nuestro socio Guyra Paraguay desde 2006 también estamos impulsando su iniciativa de yerba mate bajo sombra. Trabajan de forma directa con unos 80 productores de diferentes comunidades en el departamento de Alto Verá, Itapuá, donde la yerba está cultivada al lado de árboles, con el bosque en pie o con enriquecimiento de especies nativas”, cuenta Barriga Paredes, quien reconoce un cambio de mentalidad en la región. 

“Aves Argentinas ha hecho un esfuerzo muy, muy grande en iniciar el contacto con productores orgánicos para que puedan ser los pioneros dentro de esta iniciativa. Hemos tenido bastante interés, sobre todo en el modelo argentino”, señala y asegura que superaron su meta inicial de involucrar a doce productores. 

El plan ahora es seguir fortaleciendo el modelo y encontrar mercados cada vez más interesantes “para que esa diferencia en productividad, tiempo o cualquier otro elemento que consideraban beneficiosa de la práctica tradicional pueda ser intercambiada con otros beneficios que son mucho mejores a largo plazo y también para la biodiversidad”. 

“Buscamos permanentemente saber cómo podemos conservar y restaurar, pero al mismo tiempo cumplir con las necesidades de vida de las comunidades que viven en territorio, porque sabemos que ese es el único camino para mantener el bosque en pie”, finaliza Barriga Paredes. 

AMENAZADAS 

Aves Argentinas está trabajando para recuperar a diversas especies amenazadas en el bosque atlántico. Una de ellas es la yacutinga, que pertenece a la familia de las pavas de monte, es perseguida por su calidad de carne y es fácilmente distinguible para cazar. Este pájaro, declarado Monumento Natural Provincial de Misiones, se resguarda en zonas que están protegidas, donde la presión de caza es mínima. Otras especies en este programa son las perdices de monte, las aves rapaces y el loro vinoso.