Ese motor llamado deseo

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“En todo lo que hago tiene mucho peso el deseo, lo que tengo ganas de hacer”, nos dijo Agustín Aristarán, el multifacético personaje que nos acompaña este mes en nuestra portada. Su secreto es fundamentalmente jugar, y saber hacerlo para encontrar en todo lo que hace algo placentero. “Rada”, como lo conocen sus miles de seguidores en redes sociales y en cualquiera de los ámbitos donde actúa, está convencido de que las carreras artísticas se forman y se basan mucho más en los no que en los sí. “Cuando decís más veces que no, estás marcando tu camino”, afirma. Una premisa que parece haberle dado muy buenos resultados.

El deseo, mejor dicho, la búsqueda del deseo acompaña la carrera de Camila Fabbri. La joven escritora que hace unos meses fue galardonada por la revista inglesa Granta como una de las promesas literarias sub-35 escribe desde los 12, estudió y se dedicó a la dramaturgia y también a la actuación, donde cosechó una nominación al Cóndor de Plata. “Desde que terminé el secundario estoy formándome en la escritura y buscando espacios propios, no hice carrera académica, lo intenté por otros medios. Fue con mucho tesón perseguir ese oficio”, nos dijo en una entrevista muy inspiradora.

También el deseo puede hacer posible lo imposible. A Iñaki Basiloff, cuando tenía dos años le diagnosticaron mielitis transversa, una enfermedad que de un día para el otro lo paralizó. Hoy, con 20 años, Iñaki atesora siete medallas panamericanas, cuatro diplomas paralímpicos, una medalla en mundiales y nada los 200 metros estilo libre en la categoría S7 más rápido que nadie en la historia. 

A veces claros y precisos, otras veces solapados en el mar de nuestros pensamientos, los deseos nos acompañan siempre.

Como dice la escritora norteamericana Siri Hustvedt, “el deseo es el motor de la vida, la urgencia que nos estimula a seguir adelante”.

Que disfruten la revista.

¡Buena vida!