Shotainá (Estoy aquí)

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Estudiantes qom de la ciudad de Santa Fe realizaron libros artesanales y bilingües en los que visibilizaron su identidad ancestral. Con la colaboración de una editorial autogestiva, llegaron al resto del país y recaudaron fondos con los que construyeron sus primeras casas de material.

Foto: Gentileza Legüera Cartonera

Están aquí, en el barrio Santo Domingo, el de calles polvorientas y casas de chapas viejas, diseminadas entre la Circunvalación Oeste y las márgenes del río Salado, en la periferia de la ciudad de Santa Fe. Son alumnos qom –también denominados “tobas”– del Centro de Alfabetización y Educación Básica para Adultos provincial que funciona en el espacio comunitario “Casita de Pepe”. Son cinco estudiantes, Ariel Benítez, Agustín Gómez, Iván Lorenzo, Cristian Gonzáles y Juan Yorqui; y un maestro, Andrés Cettour. Juntos protagonizaron una experiencia educativa que les está cambiando la vida. Publicaron Shotainá (Estoy aquí), un libro bilingüe –qom y español– donde narran con la fuerza del mito la identidad originaria, sus cosmogonías y sueños.

“Llegué al CAEBA de Barrio Santo Domingo como maestro reemplazante en el 2018”, cuenta Andrés Cettour, protagonista inicial de este proyecto que incentiva la creatividad a través de la literatura. “Al comienzo fue un poco frustrante, porque los chicos venían muy poco y casi no me hablaban; pero yo les daba clases desde el corazón y decidí conectarme preguntando por los sueños de cada uno, para que saliera algo y así comunicarnos”, dice el maestro.

Los alumnos son Qom lla lacpi (hijos de qom), tienen en promedio 25 años y se ganan la vida realizando artesanías (cerámicas y canastos en fibra de palma) y trabajando en las cavas ladrilleras de la zona.

En 2019, Andrés Cettour terminó su libro La canción de Qomlashi, el relato ficcional de una garza y su bandada en proceso de migración, con telón de fondo del Impenetrable chaqueño, uno de los territorios originarios de este pueblo. “A medida que transcurrió el tiempo, los alumnos se empezaron a soltar, me contaron cosas, surgieron sus sueños y empezaron a ir a clase todos los días. Entonces tomé la decisión de mostrarles mi libro, y quisieron leerlo entero. Cuando lo terminaron, me preguntaron ‘¿Por qué las garzas en su libro hablan en castellano?’, y les respondí ‘¿En qué van a hablar?’. Y ellos me dijeron ‘En qom’. Allí les propuse que lo tradujeran, y empezó una búsqueda de la gramática qom. Ya no era cuestión de oralidad, teníamos que conocer las normativas de la escritura; en esto nos ayudó un maestro idóneo de la comunidad, que lo examinó junto a un diccionario qom realizado por un antropólogo, y nos dijo que el trabajo de traducción de los chicos estaba perfecto. Entonces les ofrecí las diez páginas finales de mi libro para que ellos escribieran sus propias historias y aceptaron, aclarándome que lo hacían para dejarles algo a sus hijos”. 

“Después, mis alumnos siguieron escribiendo sus vivencias en qom, traduciéndolas al español”.
Andrés Cettour

Lo que vino después de la presentación de Shotainá fue una visibilidad social y mediática inusitada, en particular por la originalidad y potencia de la experiencia intercultural creativa, que los llevó al reconocimiento del Plan Nacional de Lecturas de Santa Fe. En 2019, sus autores también formaron parte de eventos promovidos por el Ministerio de Cultura y la Secretaría de DD.HH. y Diversidad de la provincia.

“Después, mis alumnos siguieron escribiendo sus vivencias en qom, traduciéndolas al español. Ya con mucha más soltura se largaron sin temor a la página en blanco y yo se las llevé a las chicas de una nueva editorial, Legüera Cartonera, interesadas en las voces silenciadas por la historia. Como les gustó, decidieron publicarlas”, relata el maestro.

COMO BOMBO LEGÜERO

“Una vez que los textos estuvieron terminados, comenzó el proceso de realizar las tapas pintadas a mano por ellos mismos. Son libros cartoneros, artesanales, únicos. Eso es muy hermoso de ver, contemplar una diversidad estética. Fue mucha la emoción”, asegura Micaela Piccini, una de las integrantes de Legüera Cartonera, la editorial nacida en 2019. Ellas fueron las encargadas de la edición, del armado y, en gran parte, de la circulación del libro. 

“Pensamos este proyecto como parte de la cultura, en la idea de visibilizar y abrazar voces que, como bombo legüero, se escuchen a lo lejos. Los libros han llegado a casi todos los puntos del país y al exterior en formato de PDF. A lo largo de este recorrido, han sido muchísimos los elogios. Por las historias, por estar escritos en primera persona, por lo que significa que sea bilingüe, por la posibilidad de transmitir una lengua que es, sobre todo, oral, y así visibilizar la cultura. Nos han llegado testimonios de escuelas, gremios, centros de día que han trabajado en torno al contenido y el formato”, explica la editora.  

Además, con las ganancias socializadas por la venta del libro, los cinco jóvenes pudieron construir sus casas de ladrillos, acompañados por las mujeres de Kiva Comunidad, quienes los ayudaron a realizarlas mediante un sistema ecológico de bioconstrucción. Las integrantes de esta organización (que se dedican a la albañilería, son ceramistas, carpinteras y artistas) les enseñaron a fabricar ladrillos y a levantar las paredes, utilizando paja, barro, botellas rellenas de plásticos, pallets y otros materiales disponibles en la zona.

“Estos jóvenes fueron autores de su propio libro, con el que viajamos a distintos lugares y tuvimos muchos agasajos”, señala Andrés Cettour, el maestro con el que se inició este sueño. “Pero lo mejor fue que mis alumnos dejaron de sentir que recibían las limosnas como en el semáforo, porque la gente los empezó a mirar como artistas, aplaudiéndolos de pie”, asegura. 

Cómo comunicarse:

Shotainá: @shota.ina

Mail: [email protected]; [email protected]

Teléfono: 03497-481373