Ana Luz Pellitero: Alta en el agua

0
22

La nadadora pampeana tuvo un 2023 consagratorio, con un bronce en el Mundial y seis medallas (tres de oro) en los Parapanamericanos. Se prepara para los Paralímpicos de París.

Enfundada en una malla naranja, con un gorrito blanco en el que resaltaba la bandera argentina, Analuz Pellitero se hizo cargo del favoritismo con el que arribó a los Juegos Parapanamericanos en Santiago de Chile y fue la primera argentina en ganar una medalla de oro en el campeonato.

El festejo fue medido, como el de quien se sabía superior, pero no solo por eso: tenía por delante otras cinco pruebas. No podría celebrar hasta que finalizara todo el evento, que la tuvo como la gran protagonista de la delegación nacional: en todas las carreras de las que participó en la capital chilena se subió al podio. Ganó tres medallas doradas (100 m estilo libre, 50 m libre y 100 m espalda), dos plateadas (200 m combinados y 400 libres) y una de bronce (relevos 4×100 combinado mixto).

Pampeana, nacida en General Pico hace 26 años, Anita comenzó a nadar a sus ocho años: “Siempre me gustaron todos los deportes, y de chica pensé que la natación era ideal por mi condición. Es un deporte que puedo practicar sin acompañante. En el agua, no importa si veo o no”, afirma.

  • ¿Te diste cuenta de entrada de que tenías condiciones?

Es algo que me decían los profes, pero yo siempre fui bastante exigente conmigo misma. Y sigo siéndolo. Aunque los resultados me demostraban que iba bien, creo que un deportista de alto rendimiento es el último en decirse a sí mismo que tuvo una buena actuación. Todo el tiempo me exijo para mantenerme al máximo nivel y seguir obteniendo los resultados que busco. Quiero superarme constantemente, y entonces me pongo desafíos cada vez más difíciles. Eso hace que no me relaje ni pueda decir “Soy la mejor, ya está”. Siempre voy a estar buscando una mejor versión.

  • Cuando llega el momento de la competencia, ¿ahí no pensás que sos la mejor?

Sí, a la hora de competir me llevo el mundo por delante. Salgo con actitud ganadora, obviamente, porque es lo que funciona. Si bien hay algunas competencias en las que tengo rivales que me intimidan un poco más que otras, para mí en ese momento siempre soy la mejor. Sin esa confianza en mí misma sería bastante complicado competir.

  • En el agua siempre estuviste cómoda, ¿tuviste inseguridades afuera?

No, la realidad es que desde muy chiquita fui muy independiente y me manejé sola a pesar de la discapacidad. Fui bastante mandada y no me importó tener una discapacidad, nunca me victimicé. A veces necesito pedir ayuda para tomar un colectivo o algunas otras cosas que por cuestiones lógicas no puedo hacer, pero después, en lo cotidiano, no tengo ningún tipo de inconveniente.

  • ¿Cuándo comenzó a volverse la natación algo más serio?

Creo que el punto de inflexión fue cuando me citaron a la selección, a los 16 años. Primero, me invitaron a una concentración. Yo no conocía nada, ni siquiera sabía que existía una selección paralímpica de natación. Fue todo nuevo para mí. Desde ese entonces me lo tomé muy en serio, con mucha responsabilidad, y decidí volcarme al alto rendimiento.

  • ¿Cómo tomaron tus padres la decisión de mudarte sola a Buenos Aires?

Al principio les daba incertidumbre, a pesar de que yo siempre fui independiente. Sentían miedo de que no pudiera manejarme con mi discapacidad en la gran ciudad. Yo me puse firme, porque la decisión era mía y lo quería hacer, así que no les quedó otra que aceptarlo. Yo estaba muy segura de la decisión que había tomado.

Con esa convicción que la acompañó desde que a sus ocho años se involucró en este deporte, su crecimiento fue constante y paulatino. Tres veces campeona nacional en los Juegos Evita, luego dio el salto a nivel internacional, donde también fue protagonista en las grandes competencias. Además de sus medallas paralímpicas, obtuvo diplomas paralímpicos en Río 2016 y Tokio 2020. En 2023 también pudo subirse al podio en un Mundial por primera vez en su carrera, con el bronce obtenido en Manchester.

La nadadora, que reparte su tiempo entre los entrenamientos y su trabajo administrativo en el Senado de la Nación, tiene entre ceja y ceja el principal objetivo de 2024, y la única gran prueba en la que todavía no obtuvo medallas: los Juegos Paralímpicos. “Me fue bien en mis dos experiencias anteriores, aunque no alcancé el podio. Ahora siento que voy a llegar con otra confianza, con un hambre diferente. Las expectativas son muy buenas, pero tengo que ir tranquila y seguir por este camino. Llego de otra manera después de todos los éxitos del año pasado”. 

Planificación e incertidumbre

A la hora de señalar uno de los motivos del que califica como el mejor año de su carrera deportiva, Anita menciona la preparación que tuvo en 2023, con la posibilidad de viajar a competir en muchos torneos internacionales, en los que se pudo medir con las mejores del mundo. Este año, con el cambio de gestión deportiva, aún no sabe cómo será la previa hacia París 2024: “Por ahora conservo mis becas, pero está costando confirmar competencias y viajes preparatorios, por lo que me enfoco en los entrenamientos individuales. Me siento con mucha incertidumbre, ojalá que salga todo bien”, expresa.