Cómo tratar los resfríos en los animales

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Con los primeros fríos todos tenemos que cuidarnos, inclusive las mascotas. Los consejos de los expertos para evitar enfermedades por las bajas temperaturas.

Quienes tienen o tuvieron animales saben que ellos también se resfrían. Tal como ocurre con las personas, la exposición al frío o a determinados virus puede provocarles esta enfermedad que, aunque no es peligrosa, debe ser tratada con el fin de ayudarlos a tener una pronta recuperación, ya que de extenderse podría derivar en un cuadro de mayor gravedad. ¿Cuáles son, entonces, los signos para tener en cuenta y los cuidados necesarios para aliviarlos?

Si bien los meses de invierno son los más peligrosos, siempre hay posibilidad de que los perros contraigan un resfrío, que suele observarse por la presencia de determinadas señales físicas, como estornudos, tos, secreciones oculares y congestión. En casos más graves puede aparecer fiebre y dificultad para respirar o la emisión de un silbido al hacerlo. También se reconocen conductas como cansancio, pérdida del apetito y falta de interés por el juego o la actividad física. “Lo primero que se debe hacer si se identifica algunos de los síntomas es acudir a la clínica o al centro veterinario que tengamos más cerca, donde también pueden descartar otras enfermedades –explica la médica veterinaria Marcela Rodiño–, ya que será el especialista quien podrá diagnosticar el alcance del problema”.

De todos modos, si bien es posible darles algún medicamento para paliar el malestar, existen otras medidas para tomar que pueden ayudarlos a superar el resfrío (o prevenirlo). Rodiño aconseja evitar los grandes cambios de temperatura y las corrientes de aire, sacarlos lo menos posible si hace frío o hay mal tiempo, utilizar prendas de abrigo especiales para ellos que los ayuden a mantener la temperatura corporal, dejarles suficiente agua al alcance para que puedan hidratarse, entrarlos al baño cuando nos duchamos para que puedan respirar aire húmedo y se alivie su congestión nasal, permitir que descansen y no dejar de brindarles compañía y afecto. 

A su vez, los gatos tampoco se encuentran exentos de esta enfermedad y suelen presentar síntomas similares a los de los perros. También hay que estar atentos si se observa un cambio de temperatura corporal, vómitos o fatiga, y nunca medicarlos sin el consentimiento del médico veterinario. En caso de que el especialista determine que la condición no requiere mayor atención, es posible ayudarlos buscando un lugar cálido y cómodo donde logren descansar a gusto y que esté lejos de las corrientes de aire. Además, para ellos la higiene es primordial, por lo que conviene limpiar sus secreciones, en especial el moco que se les puede escurrir por la nariz o los ojos, siempre con una gasa o algodón limpio. Otra técnica casera es realizar baños de vapor, abriendo el chorro de agua caliente de la ducha y dejándolos en el baño por al menos diez minutos, de ser posible acompañados, con el fin de contribuir a abrir las vías respiratorias. Además, habrá que ayudarlos a comer, ya que es vital que el animal siga nutriéndose.  

¿PODEMOS CONTAGIARLOS? 

No existe contagio posible de un resfrío entre las personas y los animales, según estudios elaborados por profesionales de la medicina. A pesar de que los síntomas que suelen aparecer en estos casos (como tos, congestión nasal, decaimiento) sean similares, el virus que los provoca es diferente. Sí hay una alta probabilidad de contagiarse entre especies similares. Por lo cual, en caso de tener un animal enfermo en la casa hay que aislarlo de las otras mascotas que haya en el hogar; aunque sigue siendo posible, y necesario para una pronta recuperación, acariciarlo y acurrucarse junto a él.