Un adelanto del nuevo mundo

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La economía digital ya es central para el funcionamiento económico, pero la crisis de la pandemia de coronavirus la potenció aún más, generando nuevas oportunidades. 

Foto AFP

Los seres humanos guardamos en nuestra memoria los grandes momentos. Como hay hechos y vivencias trascendentes desde lo personal, también los hay desde lo social. Uno de ellos fue la llegada del hombre a la luna, en 1969. Pero ¿quién de los que haya vivido en este 2020 se va a olvidar de las palabras “pandemia”, “coronavirus” o “cuarentena”? Salvo algún distraído, casi nadie. En medio de esta secuencia de acontecimientos movilizadores entró a escena también una definición de la que la mayoría hablará mucho más a partir de ahora: la economía digital.

Muchos, a través de sus hijos o nietos, otros, por sus amigos, y otros simplemente por lo que hacen sus vecinos, todos han desembarcado en lo que se podría denominar “el nuevo mundo”.

De golpe, aparecen en el horizonte aquellos que trabajan en una empresa que provee software para realizar todo un proceso productivo o contable; o aquel que vende artículos on-line; o el que imprime matrices en 3D para fabricar piezas; o el que interpreta datos (big data) para empresas que producen bienes o venden servicios. 

Son cada vez menos “raros” y forman parte de “la nueva normalidad”. Sí, porque una de sus características es que no necesariamente trabajan en una oficina, una fábrica o el campo. Solo necesitan dispositivos digitales y conectividad de calidad para hacer su trabajo.

Llevado a tamaño de mercado, para las empresas y actividades comerciales, de servicios y productivas, es lo mismo. Las herramientas digitales se integran e interactúan con las acciones físicas y, a la vez, crean nuevos productos y servicios y, por lo tanto, nuevos negocios. No es nuevo. Desde la irrupción de Internet en la vida de la gente allá por los años 90 hasta hoy, las transformaciones avanzaron en todos los órdenes. La diferencia es que la pandemia hizo visible este nuevo mundo más allá de la idea del entretenimiento o el consumo on-line. Ahora, las palabras “e-commerce”, “big data”, “inteligencia artificial”, “redes sociales”, “agrotech” (tecnología digital aplicada a la producción agropecuaria) o “fintech» (tecnología digital aplicada al negocio financiero) tendrán un significado parecido al que antes supieron tener las palabras “taller”, “supermercado”, “carpintería” o “fábrica”. Es decir, una representación, personas que lo hacen y experiencias vividas. También hay nombres como Mercado Libre, Globant o AuthO –seguridad– que ya se quedaron con el lugar de preponderancia que antes tuvieron YPF o Ford.

Por eso, la cuarentena no fue para todos igual. Mientras la mayoría sufría el encierro y el no poder hacer o moverse, para otros ha sido una ventana de oportunidad. El inicio de un nuevo camino.

Andrés Piazza es abogado especializado en gobernanza de Internet (el gobierno de Internet) y ha trabajado como consultor y también para organismos internacionales en distintos países de Sudamérica. “Si uno quisiera mostrar nuestro ecosistema digital, tenemos nuestras multinacionales de la economía digital volando (Mercado Libre, OLX, AuthO y Globant). Contamos con recursos humanos de alta valía, pero el cuello de los recursos humanos respecto de cómo se pueden insertar a la economía del conocimiento, agregando valor, sigue existiendo desde hace una década, con mayor demanda que oferta en el mercado laboral”, explica.

“Agrotech y fintech están volando, tienen una velocidad de crecimiento muy importante”.
Andrés Piazza

Sobre este escenario, señala que “hay crecimiento de desempleo en la economía en general, potenciado por la pandemia, y en este lugar, en donde hay más demanda de empleo, no se puede satisfacer. La Argentina todavía no tiene un escenario muy claro de cómo va a sostener esa creación de mano de obra necesaria. No se sabe cómo será la oferta educativa ni cómo será apuntalado el sector de la economía digital. En este sentido es clave, como han demostrado los países centrales, la inversión pública, sobre todo para empujar el pico de innovación. Todavía hay un escenario un poco errático y oportunidades no aprovechadas”, advierte. 

SECTORES EN CRECIMIENTO

Para Piazza, los grupos de actividad que se han fortalecido y tienen mayores posibilidades de desarrollo son los de la economía digital que tienen que ver con seguridad de la información, market place (por ejemplo, Mercado Libre, al cierre de este artículo, alcanzaba un valor de 60 mil millones de dólares). “Agrotech y fintech están volando, tienen una velocidad de crecimiento muy importante”, afirma. También, la industria del entretenimiento.

El especialista en gobernanza en Internet está convencido de que la economía digital puede alcanzar suficiente volumen en la Argentina. Para él, va a depender de cómo se alineen las políticas públicas y los diferentes sectores privados de este ecosistema, de cómo se produzca la cooperación público-privada. “Hay que dar un salto para aprovechar esta oportunidad que se abre –asegura–. Venimos de atrás, por lo tanto, es necesario saber lo que las políticas públicas pueden aportar en este sentido. Se necesitan, por ejemplo, más INVAP para dar saltos de innovación en más sectores estratégicos”.

Por su parte, Carmen Mur, fundadora de la consultora Mur & Partners, especializada en búsqueda de ingenieros, dice en el diario económico Cinco Días que “esta crisis ha descolocado muchas cosas. Para empezar todas las empresas han visto la necesidad de digitalizar sus organizaciones, y esto ya no tiene marcha atrás”. La expresidenta de Manpower y pionera del trabajo temporal en España opina que si antes existía, ahora se acentuará una mayor demanda de ingenieros, especialistas en robótica, en ciberseguridad y blockchain, programadores, expertos en marketing digital y profesionales de todas las áreas relacionadas con la medicina preventiva. 

Mur apunta que todas las empresas estarán cruzadas, independientemente de la industria en la que se trabaje, por la necesidad de formar a las plantillas en las denominadas soft skills, esto es, en la capacidad de adaptación, trabajo en equipo y creatividad. “Hay un gran reto en la gestión y desarrollo de las personas”, concluye. 

Nuevas tareas para nuevos negocios que requieren nuevas habilidades y elevada capacidad de adaptación. Bienvenidos al nuevo mundo.