La inclusión, una forma de vida

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Jóvenes santafesinos de una escuela pública especial y de una secundaria de gestión privada comparten múltiples actividades. Rompiendo prejuicios y estereotipos, lograron sentirse iguales y crecer en valores.

Foto: Gentileza Daniela Di Mauro

Cómo llevar la inclusión de la teoría a la práctica? Con este desafío, una docente de educación física que enseña en la Escuela Secundaria 8097 “Santa María Goretti” y en la Escuela Especial Nº 2055 “Ceferino Namuncurá”, ambas ubicadas en la localidad santafesina de Arroyo Seco, comenzó a propiciar durante sus horas de clase encuentros entre estudiantes de los últimos años de ambas instituciones.

La idea se fue consolidando a raíz de la motivación que les generaban a los alumnos y a la comunidad educativa en general las vivencias de los primeros encuentros: el disfrute, la ronda de charlas, el intercambio de teléfonos. En 2018, el Ministerio de Educación de Santa Fe autorizó a los jóvenes de las dos escuelas a compartir la clase de Educación Física dos veces por semana, una en cada institución. Realizaron deportes en conjunto, festejos del Día del Niño y otras actividades mediadas siempre por el nexo del juego y la inclusión.

“Nos proponíamos que la inclusión fuera una forma de vida; que los jóvenes de la escuela especial no estuvieran separados con otros de la misma edad. Y el resultado fue maravilloso: este proyecto les permitió a todos crecer como personas en cuanto a valores, rompiendo prejuicios y estereotipos, sentirse iguales, ser empáticos, solidarios y corresponsables con la educación”, afirma Daniela Di Mauro, la docente de educación física promotora del proyecto. 

El año pasado, a causa de las restricciones generadas por la pandemia, las clases presenciales se vieron interrumpidas, pero el proyecto continuó. “Los alumnos de quinto del Goretti les mandaban actividades por WhatsApp o mail a los de la Escuela 2055 para que realicen circuitos, juegos, lean cuentos, armen rompecabezas, bailen, y hasta un alumno mandó un tutorial de una clase de taekwondo”, cuenta Daniela. A medida que se levantaron las restricciones, armaron materiales didácticos para acompañar las propuestas virtuales.  

Por su parte, la vicedirectora de la escuela especial Namuncurá, Julieta Carello, resalta la importancia de haber creado un espacio para adolescentes. “Nos faltaba poder incluir a nuestros jóvenes con chicos de su edad en ámbitos que no fueran terapéuticos o de discapacidad. Fue maravilloso desde el comienzo ver lo que se generaba cuando íbamos a la escuela secundaria o ellos venían acá, porque el tema de la discapacidad y de ver cómo funciona una escuela especial genera cierto tabú, y este proyecto nos abrió las puertas”, asegura. 

CÓMO COMUNICARSE:

Escuela Secundaria 8097 Santa María Goretti: [email protected] 

Escuela Especial Nº 2055 Ceferino Namuncurá: [email protected]