Julieta Jankunas:
“La clave es disfrutar”

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Con solo veinte años, la cordobesa lleva cuatro en el plantel de Las Leonas y ocho desde su primera convocatoria a un juvenil. En un período de transición, sueña con los Juegos Olímpicos.

Por Juan Martínez Foto Gentileza Adidas

Janku, entrá!. El grito de Noel Barrionuevo la empuja al área. La Argentina pierde 1 a 0 contra España en el debut del Mundial de Hockey y tiene un córner corto a favor. Un remate al arco se desvía en su palo y termina dentro del arco. “Sentí que la bocha tocó mi palo, nada más, no vi que entró, pero comenzaron mis compañeras a gritar y la árbitra hizo sonar el silbato. Vinieron todas a abrazarme, así que comencé a festejar”: así recuerda Julieta Jankunas su primer gol mundialista, que la convirtió en la jugadora más joven en la historia de Las Leonas en anotar en esta competencia.
Julieta comenzó a jugar al hockey a los cuatro años, a los doce fue convocada a su primera selección nacional (dio dos años de ventaja en la sub14), y desde los dieciséis forma parte del plantel del seleccionado mayor. “Hay una línea muy fina entre crecer rápido y quemar etapas, y creo que tuvieron ese cuidado conmigo, sabían cuándo dejarme ir a equipos de chicas más grandes y cuándo no”, asegura la jugadora cordobesa.
 
  • Cuando comenzaste, ¿te dio pudor ser parte de Las Leonas, con jugadoras que admirabas y veías de chica?
Es superloco. Yo fui a Rosario con mi papá a ver en las tribunas el mundial de 2010, y me levantaba siempre, a la hora que fuera, para ver a Las Leonas. Estar de este lado es increíble. Por ahí me junto con mis familiares, me dicen “Te vi en la tele”, y es reloco. A veces lo tomamos como rutinario, porque ya es normal para mí entrenar todos los días en el seleccionado, pero si freno y lo pienso, es el sueño que tenía desde chiquita. Es superlindo y lo disfruto.
 
  • Siempre te manejaste en grupos donde sos de las más jóvenes, ¿cómo te sentís cuando estás con chicas de tu edad?
No sé si es un problema, pero me pasa que, cuando vuelvo con mis amigas o con gente de mi edad, me cuesta hablar. Siempre ando con gente más grande, estoy en ese ritmo. Aprendo cosas adaptándome rápido, y desde muy chica me encuentro en ese proceso acelerado. Hace unos meses, jugué el Campeonato Nacional de Selecciones sub21 [N. de la R.: Fue la goleadora del torneo, en el que fue subcampeona junto al combinado cordobés] y, al ser la de más experiencia del grupo, en algunos momentos de los partidos, cuando el equipo necesitaba levantar situaciones, tenía que transmitir seguridad y confianza. Estoy más acostumbrada a que la presión la tengan otras, pero es lindo transmitirles a las demás lo que me transmitieron antes a mí.
 
  • Todo se te fue dando muy rápido, ¿sentís que fluyó y fue sencillo? ¿O te costó?
Tuve muchos tropiezos. Son cosas personales, que no se ven. Alguien puede decir que porque llegué rápido fue todo fácil, pero me siguen surgiendo cosas que me desafían y me hacen crecer como persona todos los días. Por ejemplo, irme a vivir sola a Buenos Aires es algo que me hizo feliz, pero los domingos a veces lloro porque no tengo a mi familia… Los lunes me seco las lágrimas y voy a entrenar igual. Hay cosas que no se ven, que son el trabajo invisible, un entrenamiento extra. Esas cosas rutinarias, quieras o no, influyen.

“Mi sueño era llegar a Las Leonas. Cuando lo cumplí, me surgieron un montón de sueños y objetivos nuevos“.

  • ¿Cómo se hace para que no entren a la cancha con vos?
Es complicado separar las cosas que le pasan a una de lo deportivo. Es un desafío que tenemos, porque cuando entramos a la cancha tiene que desaparecer todo. Es algo de lo que estoy trabajando para mantener un equilibrio deportivo: que las cosas no me influyan tanto, no estar un día bien y otro mal. Todas las personas que pasaron por el proceso de un deporte de elite, de llegar a un sueño, saben que no es fácil, que hay mucho atrás que no se ve.
 
  • ¿Qué vuelve a cambio?
Seguir con las metas. En su momento, mi sueño era llegar a Las Leonas. Cuando lo cumplí, me surgieron un montón de sueños y objetivos nuevos, y creo que es eso: renovarse constantemente. El regalo, lo que después te queda, son los pequeños detalles: que venga una nena llorando y te abrace; que tu familia esté orgullosa y te vea feliz; que te feliciten en cualquier lugar. Esas son las cosas que me llenan.
 
  • Al estar renovando metas permanentemente, ¿hay tiempo para disfrutarlas?
Para mí, es la clave. Si no disfrutás, no aguantarías lo que hace falta aguantar para llegar a conseguir lo que querés.
 
  • ¿Cuál es tu próxima meta?
La más importante, los Juegos Olímpicos. Siempre que sueño con algún torneo, me veo con la dorada en los Juegos. Lo digo y se me pone la piel de gallina… Sería tremendo ir; salir campeonas, mucho más.

TRANSICIÓN

Entre 1998 y 2016, Las Leonas estuvieron siempre entre las primeras cuatro selecciones en cada competencia en la que participaron. En los Juegos Olímpicos de Río se cortó la racha, y en el Mundial de Londres en 2018 nuevamente quedaron afuera de las semifinales. “Sabemos que somos Las Leonas, y que la Argentina se merece estar ahí. Es duro cuando no conseguimos quedar entre las mejores. Es raro decir ‘No salimos campeonas, pero jugamos bien…’. Queremos la medalla, queremos ganar. La que dice que no quiere ganar, miente”, asegura.