Calidad-precio, la relación más valorada

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Paradójicamente, hoy se están haciendo los mejores vinos de la historia, pero el consumo sigue en retroceso, más allá de la leve recuperación que se dio a partir de la pandemia. Sin embargo, esa no es la única contradicción entre el vino y su mejor aliado, el consumidor. Porque el atributo más importante para la mayoría es el precio, aunque no tenga nada que ver con el producto. Claro que es un indicador de la calidad, pero deberían ser mucho más importantes a la hora de elegir un vino la variedad, el origen, el tipo o estilo, el hacedor, la cosecha, etc. Todos aspectos de esta bebida que son los responsables de gustar más o menos a la gente. Y así como muchas cosas entran por los ojos, muchos vinos entran por su precio. Algo obvio en un país acostumbrado a la inflación. Y por eso la relación calidad-precio (RPC) se volvió la más valorada. Por suerte, también se puede elegir bien un vino empezando por su segmento de precios. Cabe destacar que esta relación depende de las botellas que estén al lado, por ende, una buena RPC se puede dar en todos los niveles de precio, ya que el concepto de caro y barato es subjetivo, y no aplica al vino porque depende de las posibilidades de cada uno. Para dar con el mejor vino posible hay que poner foco en el segmento deseado y optar por el prestigio de la etiqueta, por la fama del varietal y por una cosecha reciente. Y a medida que aumentan los valores, se puede exigir más información específica sobre terruño, crianza y hacedor. Aunque todo se confirmará al final en la copa. 

MINIGUÍA DE VINOS

Colón Selecto Cabernet Sauvignon 2020

Bodegas Colón, San Juan ($290)

Puntos: 87,5

La tradicional bodega del Valle de Tulum presenta esta novedad, con una gran relación precio-calidad. Un tinto bien logrado y fácil de tomar con los sabores especiados y cierta estructura de taninos, típicos del Cabernet Sauvignon. También resulta expresivo en nariz. De trago amable, es ideal para acompañar comidas caseras como carnes al horno y pastas rellenas.

Puna 2600 Malbec 2020

Bodega Puna, Cachi, Altos Valles Calchaquíes ($1000)

Puntos: 89,5

La expresión de este Malbec joven permite viajar a los Altos Valles Calchaquíes a través de las copas. Se trata de un tinto fluido y con gracia, hay frescura y carácter de lugar por sus toques herbales. Completo, con buena fruta roja y taninos incipientes. Paladar limpio y ágil, ideal para acompañar empanadas y comidas de olla. Solo se hacen 13.000 botellas al año.

Talud Cabernet Franc 2019

Casa Petrini, Tupungato, Valle de Uco $4500

Puntos: 92

Es un vino que llama la atención más por la sutileza de su carácter que por su impacto, camina más por la fluidez y la delicadeza. Sutil y con una tipicidad que se insinúa más de lo que se evidencia. De buen volumen, con agarre fino y paladar no muy profundo, joven y con la frescura integrada. Lo carnoso que le falta lo reemplaza muy bien con los taninos finos.

TIPS:

Para que un maridaje sea completo, la combinación debe ir más allá de cómo se expresan los aromas, los sabores y las texturas de comida y vino en conjunto. Deben tener sentido de pertenencia, una conexión que no se ve, pero está. Es decir que a cualquier argentino le puede gustar el champagne con ostras, pero seguramente se sentirá más identificado con un Malbec y carnes rojas a la parrilla. Y si bien son varios los platos nacionales, hay una combinación que nos representa y se está revalorizando: la picada. Eso que pasa antes de la entrada o el principal, en el momento del aperitivo. Así como los españoles tienen las tapas y los italianos el antipasto, acá está la picada. Un maridaje que puede convertirse en uno de los más elegidos porque tiene que ver con las raíces del país, integrando el campo y la ciudad. Y el mejor aliado de fiambres, embutidos, chacinados, quesos y encurtidos es el espumoso.