La conversación, matriz del aprendizaje

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Dialogar permite comprender. Y cuanto más tempranamente esto suceda, mejor. Especialistas en alfabetización consideran que la conversación en el aula es la matriz del proceso de enseñanza y aprendizaje.

La conversación en el aula no es solo una estrategia que permite comunicarse y abrir una puerta de acercamiento y de diálogo entre estudiantes y docentes, sino también una herramienta fundamental para el aprendizaje de la lengua. 

La licenciada en Ciencias de la Alfabetización Magdalena Lacunza explica que de la expresión oral de los chicos depende la futura expresión escrita. 

“En el aula, el docente debe conversar con los alumnos con un objetivo didáctico preciso: convertir el estilo del lenguaje oral en estilo de lenguaje escrito”, precisa Lacunza, también especialista en alfabetización y miembro del programa de alfabetización Queremos Aprender, que coordina la investigadora Ana María Borzone. 

En este sentido, explica que da excelentes resultados conversar sobre las experiencias personales de los niños. Dice que este intercambio debe comenzar aun antes de que escriban palabras. “A través de ciertas estrategias que usa el docente, se logra que los niños produzcan relatos completos y coherentes, comprensibles para quienes lo escuchan”, sostiene. 

Este aprendizaje permitirá que, al momento de escribir textos, lo hagan con coherencia y cohesión. 

“Para que a un niño le interese conversar sobre algún tema es imprescindible que este sea de su interés, por eso en la escuela se empieza por conversar sobre algo que les haya pasado, porque siempre a los chicos les gusta contar lo que les impactó o los emocionó”, dice Lacunza. 

Además, el hecho de que todos presten atención a quien está contando incrementa la autoestima de quien habla y logra que quiera establecer conversaciones en otras áreas, no solo en Lengua. De esta manera, se promueve el aprendizaje en otras asignaturas.

ESTRATEGIAS DE DIÁLOGO

La conversación en el aula o la interacción verbal es la matriz del proceso de enseñanza y aprendizaje. Ana María Borzone –doctora en Letras, investigadora principal del Conicet, asesora de la Dirección General de Escuelas de la provincia de Mendoza y profesora de la Cátedra Unesco de la Universidad de Buenos Aires (UBA)– remarca que la conversación es el instrumento fundamental para enseñar.

“Está estudiado desde hace tiempo. Un estilo de interacción es un estilo de enseñanza, y hay estrategias de interacción que lamentablemente a los docentes no les enseñan, que son las que promueven el aprendizaje”, sostiene. 

Borzone especifica que hay buenas y malas estrategias de interacción; buena o mala enseñanza. En este sentido, subraya que si la maestra hace preguntas cerradas cuya respuesta será “sí” o “no”, “no está enseñando nada”. Ocurre lo contrario si se hace una pregunta abierta. Por ejemplo: “¿Qué pasa en esta historia?”, interroga el docente. Y el niño responde: “En esta historia, había un perro que se llamaba Chun que vivía en un circo”. El maestro retoma lo que dice el alumno, lo amplía, lo repite y le da pie para que continúe (“¿Y qué hace Chun?”). De esta manera, le está enseñando a narrar. 

Por el contrario, esto no ocurre si el planteo es el siguiente: “¿Quién era Chun?”, “Un perro”. “¿Qué hacía Chun?”, “Saltaba”. “¿Dónde vivía Chun?”, “En el circo”. Así, la conversación se desvanece, no ocurre.

La estrategia del diálogo sirve para todos los géneros discursivos y las áreas temáticas. 

“La enseñanza y el aprendizaje se dan a través del lenguaje, no a través de experiencias directas. Los chicos van a aprender sobre el koala con ilustraciones y la descripción que haga el docente. Si no tiene un koala al lado, aprenderá de la reconstrucción que haga la maestra de la descripción junto con ellos”, razona Borzone.

POR QUÉ NO APRENDEN

El lenguaje es el instrumento básico para enseñar. “¿Por qué nuestros chicos no aprenden? ¿Por qué tienen problemas de comprensión? Porque en la Argentina no se enseñan los procesos de comprensión”, pregunta y responde Borzone. 

En el país, opina, se promueve una práctica obsoleta basada en el uso de la lengua y en que el chico “aprende solo”. Sin embargo, desde hace muchos años, las investigaciones y la experiencia mundial confirman que el aprendizaje debe seguir un método y que la vía para la comprensión es la lectura dialógica.

“Es una lectura que el docente prepara antes de realizar la lectura de un texto y es válida para cualquier curso escolar”, dice la experta. Para comprenderlo, un chico antes de leerlo (o de que se lo lean) tiene que conocer el significado del 95 por ciento de las palabras. 

La lectura dialógica propone que antes de la lectura, el docente les enseñe a los chicos el significado de las nuevas palabras del texto que va a leer, sea una poesía, una experiencia personal, un cuento, un texto expositivo. 

“Los chicos pueden aprender estrategias de comprensión a través de la oralidad.»
A Borzone

También tiene que explorar el conocimiento que tienen los niños. Ahí, una vez más, gana la conversación.

Por ejemplo, si la lectura habla de un gorila, es necesario corroborar que los chicos sepan cómo es el animal. Si no lo conocen, habrá que mostrar ilustraciones para que formen una imagen mental y, luego, entre todos investigar y compartir cuáles son las características del gorila. 

“Si un niño nunca ha visto una selva, un desierto o una montaña, no se la puede imaginar. La imaginación se nutre de imágenes mentales, y estas se forman a partir de ver imágenes”, remarca Borzone. 

Sin información, es imposible comprender el texto. 

Para optimizar el proceso de lectura, incluso en el jardín de infantes, es preciso realizar pausas para hacer inferencias. Dialogar permite comprender. Y cuanto antes, mejor. “Los chicos pueden aprender estrategias de comprensión a través de la oralidad, y cuando aprenden a leer palabras, ya dominan estrategias que van a utilizar para comprender los textos escritos”, dice Borzone.

Y añade: “¿Por qué los chicos fracasan en la secundaria? Porque no aprendieron a leer y a comprender los textos. El proceso es comprender-aprender. Para aprender, primero tenés que comprender; y si no trabajás ese aprendizaje, no lo vas a poder consolidar. Son tres momentos: comprender, aprender, consolidar”.

Borzone cree que en las escuelas del país hay un divorcio entre la enseñanza y lo que propone la ciencia. “Hace 30 años en la Argentina se adoptó una propuesta de ‘no enseñanza’ de la lectura y la escritura. Se dijo que los chicos aprendían solos a leer y escribir, por eso hay chicos que en la secundaria no leen ni escriben”, subraya Borzone.

“Ni la pobreza ni el nivel socioeconómico de los padres son causa de que el chico no aprenda a leer ni escribir. La única causa del fracaso escolar, de que los chicos abandonen la secundaria o que no aprendan es que no les enseñan de manera adecuada. Ya se sabía en 1967 que el método de enseñanza que se usa en la Argentina lo único que produce es fracaso, y se sigue utilizando”, concluye Borzone. 

“SIN DIÁLOGO NO HAY EDUCACIÓN”

El pensador, pedagogo e investigador argentino Carlos Skliar ha hablado infinidad de veces sobre el valor de la conversación en el aula, sobre la necesidad de que todos los chicos tomen la palabra y que las escuelas promuevan el diálogo nacido de la confraternidad. 

“Una conversación no juzga, escucha, es profundamente ética, no es lineal, sino que se hunde en la búsqueda de preguntas y respuestas. Sin conversación no habría educación (…). Educar no consiste en transmitir el valor de objetos o el para qué sirven las cosas, sino de los efectos que esas cosas producen en nosotros”, dice Skliar en un video que puede verse en Youtube: