Las viandas caseras que los chicos llevan al colegio pueden ser un manjar y, también, la opción más saludable. Recomendaciones para que sean seguras y nutritivas.
Foto: IStock
A la hora de preparar la vianda, es necesario tener en cuenta algunos hábitos básicos, como lavarse bien las manos, mantener la higiene de los utensilios y también de los recipientes utilizados para la conservación de los alimentos.
• Envases adecuados
Los alimentos deben ser conservados a temperaturas seguras (menos de 5° y más de 60°) y protegidos de la contaminación. Para eso, hay que colocarlos en envases aptos, tales como recipientes de plástico o bolsas con cierre hermético. Las bolsas de supermercado no deben utilizarse para su conservación.
Una vez preparados y puestos en los envases, lo ideal es ubicarlos en una lonchera con aislante térmico.
Los perecederos no deben estar más de dos horas expuestos a temperatura ambiente. Para conservarlos, se utilizan refrigerantes que se colocan en la lonchera. Las bebidas congeladas ubicadas entre los envases de alimentos son una buena opción para mantener la temperatura adecuada.
Algunas comidas no requieren ningún cuidado especial con respecto a la temperatura. Otras, como la carne picada y el pescado, necesitan especial cuidado para su conservación.
Todos los alimentos deben estar frescos.
• Refrigeración y calentamiento
Si en la escuela no hay heladera, solo se podrán llevar alimentos que no necesiten refrigeración, como panes, galletitas, alfajores, cereales y barritas de cereal, nueces, maní, almendras y semillas, frutas desecadas, leches y chocolatadas envasadas en cartón sin abrir, frutas enteras, pochoclo y aguas sin abrir.
Si hay heladera, pero no se puede calentar la vianda, solo se deberán llevar alimentos que puedan consumirse fríos, como sándwiches (queso, pollo, carne, jamón, aceitunas, tomate), presas de pollo, milanesas, empanadas, tartas, ensaladas, pizzetas, arroz hervido, etc.
• Nutrición
Resulta conveniente incluir en una misma vianda de cuatro a cinco de los siguientes grupos de alimentos:
Frutas: naranja, manzana, banana, pera, uvas, ciruela, trocitos de melón, sandía o ananá, bien lavadas, como postre o en reemplazo de golosinas.
Verduras: tomate, lechuga, pepino en sándwiches, zanahoria, repollo, remolacha, choclo en ensaladas, calabaza o papa hervida como guarnición de carnes, acelga, zapallitos, brócoli en tartas, tortillas o bocadillos al horno.
Cereales y legumbres: panes integrales, arroz, lentejas, arvejas y fideos en ensaladas, barritas de cereal, copos de maíz, arroz inflado, pochoclo.
Lácteos y derivados: leche, queso, yogur, flan.
Carnes y huevos: carne vacuna, pollo, atún, caballa, huevo.
Grasas de origen vegetal: aceites, frutos secos (nueces, almendras, maní con cáscara), semillas (pipas de girasol).
Evitar comidas con alto contenido de grasas (hamburguesas industrializadas, panchos, galletitas), sal (snacks, productos congelados rebozados) y azúcares (caramelos, chupetines, gaseosas y jugos artificiales).
Incluir como bebida agua mineral o corriente, jugos naturales o leche.
